Artículo publicado originalmente por Free Estados Unidos.
Mi amiga Liz se sentó en mi sofá, mientras celebrábamos mi nuevo trabajo. “Puedo preguntarte ¿cuánto estás ganando?”, dijo. En algunas culturas la gente te pregunta abiertamente cuánto ganas y cuánto cuesta tu celular. Incluso, una vez cuando le di a alguien un regalo, me preguntó cuánto había pagado por él. Cuando le dije a la cumpleañera cuánto costaba su regalo, me reprendió porque había pagado de más, y me dijo que debería haber ido a otra tienda para encontrar un mejor precio.
Qué grosera, debes estar pensando. Definitivamente, yo lo pensé en ese momento. Pero lo que quiero plantear es que, realmente, no existe algo como “mala educación”. Los modales son un conjunto de reglas que evolucionan de la mano con nuestra cultura.
Ser un esclavo de los modales y no hablar de plata ha representado un gran costo. “La manera en la que estamos afrontando esto nos está dejando más pobres, menos conectados y más vulnerables a que la gente se aproveche de nosotros”, dice la terapeuta financiera, Amanda Clayman. “No somos capaces de ser sabios porque no estamos colaborando entre nosotros”.
En resumen, es tiempo de dejar de ser educado y empezar a hablar de dinero. Saberlo todo, desde cómo te están cobrando de más por un regalo para tu amigo hasta las formas más inteligentes de reducir el cobro de tus préstamos estudiantiles, es una buena idea. Si piensas que es vulgar hablar de plata, básicamente estás volando sin ver – y es más probable que se sigan acumulando los sobrecostos mientras luchas por salir adelante financieramente.
¿Cómo se volvió tabú hablar de dinero?
En Manners: American Etiquette, su libro de 1928, Helen Hathaway escribió que “para elegir un tema de conversación – podemos discutir todo lo que hay bajo el sol, excepto el dinero, la enfermedad y los asuntos personales”.
¿De dónde vino esta decisión de que, colectivamente, no revelaríamos la cantidad de nuestros recursos, o cuántos de ellos intercambiamos por cierta compra? De acuerdo con la consultora de etiqueta Jodi RR Smith, nuestro tabú frente a la plata (que es culturalmente específico, pero no culturalmente único), viene de la clase terrateniente en Inglaterra.
“Es un país muy pequeño, solo hay cierta cantidad de tierra. Era muy estricto en cuanto quién tenía la tierra y cómo había sido heredada”, dice Smith, añadiendo que hay una guía de etiqueta en Inglaterra que aún hoy señala quién tiene la tierra y los títulos que la acompañan. Smith dice que, como regla de oro con la plata, así como con la tierra, “la gente que la tiene no necesita hablar de ella”.
Pero ha habido una guerra cultural sobre esa regla, a medida que la nueva plata ha impulsado en los escalafones financieros a personas como el cofundador de WhatsApp, Jan Koum – quien creció con subsidios para alimentos – y las comunidades marginadas que luchan por igualdad de pago.
“Si soy una mujer haciendo el mismo trabajo que un hombre, ¿cómo voy a saber si me están pagando lo mismo que a él a no ser que seamos amigos y él me diga?”, dice Smith. “Para la gente que estaba en el extremo más bajo de un campo de juego muy inclinado, la habilidad de hablar sobre dinero es la habilidad de defenderte a ti mismo. No puedes defenderte a ti mismo si no sabes que te están engañando”.
En Colombia, el dinero es aún un tema reservado. Hablar de plata durante una conversación, diferente a negocios, no es muy elegante. Preguntar cuánto gana una persona, presumir de lo que tiene de valor, cuánto vale tal o cual cosa, para gran parte de la sociedad, es un acto de grosería digna de personas poco educadas. La religión, la educación de casa, el contexto político y el mismo estrato socioeconómico condicionan en gran parte la percepción que se tiene a la hora de hablar de plata en un círculo social.
Lo que ganamos al hablar de plata
Mientras las tradiciones alrededor del dinero han mantenido el statu quo, muchas personas están trabajando para romper esos patrones. “Cuando los jóvenes se juntan y empiezan a hablar de dinero, y dicen: ‘estamos muy quebrados’”, dice Ramona Ortega, quien dirige My Money My Future, una compañía de finanzas y tecnología que se concentra en finanzas personales para millennials multiculturales. “Tenemos que descubrir cómo corregir algunas de estas conversaciones. Incluso aunque estemos dispuestos a hablar de plata y de lo quebrados que estamos, no hablamos sobre cómo construir riqueza en nuestra casa”.
Cuando Ortega empezó a trabajar en finanzas, pudo ver los libros contables de gente en todo tipo de situaciones financieras, y se dio cuenta de todo lo que no sabía. “Es un tema de acceso”, dice. “¿Quién tiene acceso a la información? Cuando no te la comparten, la aprendes a través de los errores”.
No hablar de dinero puede decir mucho sobre tu clase social
La gente rica, de hecho, habla mucho sobre dinero – frecuentemente con asesores financieros a los que les pagan para obtener más de él.
No hablar de plata socialmente es, de hecho, más frecuente en la clase media, dice la terapeuta financiera Amanda Clayman, porque son los que tienen la mayor ansiedad sobre dónde se ubican en el espectro social. “Incluso hablar de dinero es una señal, entonces cuando la gente no lo hace a propósito, están diciendo ‘me identifico con los comportamientos y normas de esta clase particular’”, dice Clayman.
“Muchos de nosotros creemos que pertenecemos a esa clase, y realmente no lo hacemos”, añade. Si evitas hablar sobre el precio de un sándwich o de un cóctel, puede que pienses que eso te hace ver como si el precio no te importara, pero realmente te está clasificando en la clase media.
Cómo romper el tabú de hablar de dinero
Una gran parte de la razón por la que no hablamos sobre dinero es que puede revelar algo sobre lo que estamos avergonzados – sea cuánto gastamos en nuestras mascotas o cuánta deuda hay en nuestra tarjeta de crédito.
“Frecuentemente, cuando no estamos hablando de dinero, sentimos mucha de la culpa e incomodidad alrededor de nuestra relación con el mismo”, dice Clayman.
Pero cuando nos abrimos sobre el tema, “nos damos cuenta de que no somos los únicos que estamos luchando o los únicos que no sabemos qué hacer”, dice Kathleen Burns Kingsbury, autor de Breaking Money Silence. “Lo que encuentras cuando empiezas a hablar con tus amigos es que todo el mundo lucha con la plata en algún punto y momento de su vida”.
Para empezar, pregúntales a tus amigos si se quieren reunir y empezar a hablar del tema. No tienes que mostrarles tus extractos bancarios o decirles cuánto ganas. Solo habla sobre cómo estás ahorrando, una buena promoción que usaste recientemente que ellos también puedan usar o incluso recompensas que te da la tarjeta de crédito que estás usando. El cambio hacia un futuro financiero más seguro, para ti, para tus amigos, tu familia, y tu comunidad, puede estar a unas conversaciones de distancia.
Paulette Perhach https://ift.tt/eA8V8J
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