Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Muchos de los consejos que existen sobre cómo trabajar desde casa se centran en la productividad y en cómo lograr que el tiempo rinda. Lo cual tiene sentido; cuando trabajas desde casa, definitivamente debes priorizar hacer las cosas por las que te están pagando.
Pero también: ¡a la mierda tu jefe! Si te aconsejan o te exigen trabajar de forma remota porque tu jefe está preocupado por la propagación del coronavirus, ¡estás trabajando desde tu casa para cuidar tu salud y la de todos los demás!
Es fácil quedar atrapado en tratar de impresionar a tu jefe y demostrar que eres bueno trabajando desde casa que te olvidas de cuidarte. Al final del día, acabas como una versión de tu antiguo yo: el cabello lleno de grasa, la sudadera cubierta de trozos de frituras rancias que "almorzaste", y te duele la espalda porque llevas horas en la cama encorvado con tu laptop sin moverte.
¡No tiene por qué ser así! En la cúspide de una pandemia global, tal vez sea hora de pensar un poco menos sobre la productividad y un poco más sobre no sentirte como una basura. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte.
No empieces a trabajar desde que te levantas.
Es muy fácil que lo primero que hagas sea revisar tu celular o abrir tu laptop y dejarte inundar por los correos electrónicos... y luego no salir a tomar aire hasta el mediodía. En lugar de pasar por alto tu rutina matutina normal, asegúrate de no checar tu mail de trabajo o Slack hasta que te hayas levantado y despertado por completo y te sientas un poco más humano.
Ya que no irás a ningún lado, toma un baño largo en lugar de una ducha, o agrégale un paso a tu skincare.
Tomar una ducha = a un fastidio. Tomar un baño = a un regalo. Comenzar el día con un baño se siente como un lujo. Otra opción: utiliza alguna mascarilla facial. Ponte una por la mañana y otra durante esa aburrida teleconferencia que tomarás más tarde.
Por lo menos, lávate la cara, los dientes y ponte ropa interior limpia.
Lo anterior constituye la santa trinidad de "pasos mínimos para no sentirse asqueroso", que en última instancia es lo que estamos tratando de lograr o superar.
Ponte ropa cómoda y limpia.
El primer consejo en casi todos los artículos sobre trabajar desde casa es "ponerse ropa de verdad". Tienes que vestirte... pero tampoco necesitas vestirte como si fueras al trabajo. No se te ocurra usar trajes, ¡pero tampoco estar sentado en tu propia suciedad todo el día! Procura cambiarte la ropa con la que hayas dormido por algo limpio y cómodo antes de comenzar a trabajar por el día.
Como alternativa, ponte algo que te haga sentir activo.
Usar tennis deportivos mientras estoy en casa me hace más propensa a levantarme y moverme y, en última instancia, me hace menos lenta. Mi colega Hannah dice que se siente mejor cuando se peina de trenzas francesas. "[Hay] algo sobre tener el cabello recogido", dijo. Descubre qué te hace sentir que estás trabajando y hazlo.
No trabajes en tu cama.
Si tu cama es cómoda y/o no tienes un buen escritorio, es tentador pasar el día allí... pero lo que se siente bien a las 8 am puede hacerte sentir mal, y posiblemente como una violación del código de salud, a las 3 pm. Instálate en otro lugar de tu casa y considera moverte (desde la mesa de la cocina al sofá, etc.) durante todo el día; esto ayudará a evitar que te sientas demasiado descuidado.
…Pero si debes trabajar desde tu cama, al menos tiéndela.
Las pequeñas cosas son las que marcan la diferencia.
Esfuérzate en hablar con otras personas.
Cuando trabajas de manera remota, es muy fácil no interactuar con ningún otro humano en la vida real, lo que puede contribuir a esa sensación de muerte cerebral y ansiedad a las 4 p.m.
Si la propagación de gérmenes es una preocupación seria, asegúrate de hablar por teléfono o hacer FaceTime con otros humanos (tus compañeros de trabajo o tus amigos). Eso evitará que te sientas solo y te ayudará a sentirte un poco más vivo y conectado con el mundo real.
Trata de comer saludable.
Nada me hace sentir más mierda cuando trabajo desde casa que comer pura porquería (¿los dulces sobrantes de San Valentín cuentan como almuerzo?) porque no tengo nada para comer. Decide en la mañana qué comerás durante el día y pon una alarma para recordarte que tienes que hacerlo.
Si vas a trabajar de manera remota durante unos días, vale la pena comprar suministros para sándwiches, sopas, huevos u otros alimentos que puedes hacer rápido y fácil.
No te preocupes tanto por ser productivo.
Debes hacer tu trabajo cuando trabajas de manera remota, pero enloquecer hasta el punto de no bañarte o almorzar no es útil. Cuando vas a la oficina probablemente tienes tiempos muertos, y eso también pasará cuando estés en casa. Si no es así, y terminas con tu trabajo unas horas antes de lo normal, acéptalo.
Y trata de no esforzarte demasiado en demostrar que estás siendo productivo a expensas de todo lo demás.
Ten en cuenta el grado en que quieres "parecer" activo en Slack, y no exageres en detrimento de tu trabajo. En lugar de eso, infórmale a tu jefe y compañeros de trabajo cuando salgas a almorzar, saques a tu perro, o lo que sea.
Establece tu hora de "salida" y haz planes para la noche.
Cuando no tienes ritmos de oficina que marquen el paso del tiempo, es muy fácil perder el rastro la hora por completo y encontrarte sentado en la oscuridad total y seguir escribiéndole a tus colegas por Slack después de horas laborales. Es mejor poner una alarma para saber que ya terminaste a una hora razonable.
Haz planes para la noche para que sepas qué hacer una vez que termine el día. Si te quedas en casa para evitar un brote viral (o porque personalmente podrías estar enfermo), tu plan para la noche podría ser quedarte en casa. ¡Esta bien! Incluso solo decir, voy a dejar de trabajar a las 6, y luego voy a hacer sopa, puede ser suficiente para evitar que caigas en un estado de decrepitud.
Rachel Miller es la autora de The Art of Showing Up: How to Be There for Yourself and Your People, mayo de 2020. Síguela en Twitter.
Rachel Miller https://ift.tt/eA8V8J
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