Artículo publicado originalmente por VICE Italia.
Cuando vi por primera vez los videos virales de los camiones militares recogiendo los ataúdes de las personas fallecidas por coronavirus en Bérgamo, al norte de Italia, admito que pensé que eran falsos. Por desgracia, no lo eran. El 21 de marzo, el ejército italiano fue llamado a transportar unos 60 cadáveres fuera de la ciudad, ya que su crematorio no podía procesar más de 25 cuerpos por día, a pesar de trabajar las 24 horas sin parar.
Bérgamo es hasta ahora el área más afectada por el brote italiano; desde el comienzo de la crisis, más de 1.000 personas han muerto de COVID-19 tan solo en la ciudad y sus alrededores. Los ataúdes en los camiones militares fueron llevados a Ferrara —situado a 200 kilómetros al suroeste de Bérgamo— y otras ciudades para aliviar la presión sobre el sistema.
Las fotos y videos arrojaron luz no solo sobre la emergencia médica de la región, sino también sobre la presión sufrida por las funerarias. Hablé con el jefe de la Federación Nacional de Directores de Funerarias de Italia (FENIOF, por sus siglas en italiano), Alessandro Bosi, para comprender las restricciones y los riesgos que enfrentan.
VICE: ¿Cómo ha cambiado el trabajo de las funerarias desde la crisis?
Alessandro Bosi: Es particularmente difícil para las funerarias en este momento, ya que tienen que respetar los procedimientos especiales de seguridad para procesar a las víctimas de COVID-19, además de hacerse cargo de las muertes regulares que ocurren en el país (alrededor de 600.000 por año), por supuesto. Con las nuevas restricciones, no pueden ofrecer toda la gama de servicios y apoyo a las familias en duelo.
¿Cuál es el protocolo actual?
Las reglas varían de región a región. En general, cuando una funeraria recibe el cuerpo de alguien que murió por COVID-19, no debe quitarle la ropa y debe envolverlo en una sábana cubierta con desinfectante. Luego debe colocar el cuerpo en el ataúd e inmediatamente sellarlo antes transportarlo al cementerio o crematorio.
Cuando alguien muere por COVID-19 en el hospital, a menudo sus familiares ni siquiera pueden volver a verlo. Tienen que despedirse frente a un ataúd sellado. Cuando alguien muere en casa y su causa de muerte se vincula a la enfermedad tras el fallecimiento, las personas que vivían con él o ella, o que hubieran estado en contacto, deben permanecer en cuarentena. Es un problema para las funerarias: tienen que encontrar la manera de coordinarse con los familiares para organizar un funeral sin ellos. Tienen que tomar las precauciones máximas.
¿Crees que los empleados de las funerarias están protegidos adecuadamente?
Planteamos este problema hace semanas; las mascarillas FFP3 y los desinfectantes son imposibles de encontrar. Nuestro sector está en segundo plano frente al trabajo del personal médico, pero como estamos a cargo de los servicios funerarios, debemos proteger a nuestros operadores y garantizar que sigan haciendo su trabajo, en beneficio de toda la población.
¿Cómo funciona un funeral para una víctima de COVID-19?
Por el momento, los funerales consisten en transportar los ataúdes al lugar del entierro y no mucho más. Todas las celebraciones y reuniones de cualquier tipo están prohibidas. Las nuevas regulaciones también prohíben transferencias con el ataúd abierto. He visto información falsa que dice que si mueres por COVID-19 tienes que ser incinerado. Eso no es cierto. Los cuerpos pueden ser enterrados o cremados, como todos los demás.
Si la familia no puede acudir al funeral o llevarlo a cabo de manera regular, ¿cómo se coordinan con ellos?
Ha habido muchos cambios. Particularmente cuando alguien muere en casa, no puedes dar nada por sentado cuando tratas de establecer la causa del fallecimiento. También tienes que usar mascarilla facial, traje hazmat y guantes cuando interactúas con los familiares. Algunas ciudades han levantado las restricciones a los procedimientos que normalmente deben manejarse en persona. Por ejemplo, la autorización para incinerar puede otorgarse a través de una videollamada en WhatsApp y otros asuntos pueden manejarse por correo electrónico.
¿Cómo impacta esto el proceso de duelo?
Tengo que decir que las familias italianas están reaccionando de manera muy responsable y colaborativa. Mucha gente ha hecho convenios con las funerarias locales y los sacerdotes para celebrar simbólicamente a sus seres queridos una vez que termine la emergencia.
¿Las imágenes de los camiones del ejército transportando cadáveres reflejan la gravedad de la situación que están enfrentando?
Esas imágenes muestran cuán problemático puede ser un aumento repentino de las muertes por COVID-19 en un área pequeña. El problema con Bérgamo es que muchas funerarias también han sido cerradas. La ciudad incluso tuvo que colocar temporalmente ataúdes en una iglesia porque no había espacio en el cementerio ni en el crematorio. Estas soluciones son normalmente impensables.
La mayoría de los ataúdes no pueden quedar expuestos por mucho tiempo; tienen un recipiente en el interior que ayuda a contener cualquier líquido expulsado por los cadáveres, pero dentro de unos días los recipientes pueden desbordarse, creando obvios problemas de higiene. Creo que las imágenes del ejército fueron efectivas en hacer que la gente se quedara en casa y respetara las leyes de emergencia. Hicieron que todos se dieran cuenta de que no era una broma.
Leonardo Bianchi https://ift.tt/eA8V8J
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