Artículo publicado originalmente por VICE India.
Se habló mucho sobre cómo a los adolescentes, que usaban demasiado los teléfonos inteligentes, les estaban creciendo cuernos en la parte posterior de la cabeza. Si bien estos resultados fueron inciertos, un nuevo estudio publicado en la revista Addictive Behavior descubrió que la adicción a los teléfonos inteligentes tiene los mismos efectos en el cerebro que la adicción a las drogas.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Heidelberg en Alemania examinó las imágenes de resonancia magnética de 48 participantes, 22 de los cuales eran adictos a los teléfonos inteligentes, mientras que los otros 26 no lo eran. Los resultados arrojaron que aquellos con adicción a los teléfonos inteligentes mostraron cambios físicos en la forma y el tamaño de sus cerebros, particularmente en la materia gris. La materia gris en el cerebro es el centro asociado con el control muscular, el habla, la vista, el oído y también la salud mental, ya que contiene las áreas que controlan las emociones, la memoria, la toma de decisiones y el autocontrol. Las imágenes de resonancia magnética mostraron una disminución de la materia gris en regiones importantes del cerebro, como la ínsula anterior izquierda responsable de las emociones, el temporal inferior que utiliza la memoria para identificar objetos y la corteza parahippocampal, que es un procesador clave de la memoria.
Estos resultados son similares a los de un estudio publicado anteriormente por la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., que revelaron que el abuso de drogas como la cocaína causaba que la materia gris del cerebro se redujera, justo en la misma manera en que lo hace el abuso del uso de teléfonos inteligentes. Esto también respalda estudios anteriores que dicen que la adicción a los teléfonos inteligentes libera dopamina y estimula el sistema nervioso central del cerebro de una manera similar a como lo hace inhalar una línea de cocaína. "Dado su uso generalizado y su creciente popularidad, el presente estudio cuestiona la inocuidad de los teléfonos inteligentes, al menos en las personas que pueden estar en mayor riesgo de desarrollar comportamientos adictivos relacionados con estos", concluyeron los investigadores.
Si bien ya antes se habían realizado muchos estudios para examinar qué tan malo puede ser para la mente usar el teléfono móvil, todos los resultados obtenidos habían surgido mediante mediciones de los neurotransmisores del cerebro, pero ahora, según el Daily Mail, este nuevo estudio constituye la primera prueba basada en evidencia física de que el uso de teléfonos inteligentes y los cambios físicos en el cerebro pueden estar vinculados.
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