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jueves, 19 de marzo de 2020

En "Colores", J Balvin deja atrás la vanguardia y explora nuevos lenguajes dentro del pop

Estos últimos cinco años J Balvin conquistó al mundo cantando en español. Headliner de Coachella. Portada de revistas en cualquier idioma. Ganador de 4 Latin Grammy. Logró en 2018 ser el artista más escuchado en Spotify en el mundo. Jugador y protagonista en el dominio global de la música en español. Embajador primordial de la latinidad.

Su disco Energía (2016) rompió viejas creencias sobre lo que significaba ser un artista latino. Dejó atrás la imagen de "latin lover" con la que lo empaquetaban. Dio un giro de 180 grados a esta visión; conceptualizando su obra, una que sirvió como guía para los que venían a su lado y como camino para los que vinieron después. Con Vibras (2018) cimentó y aprovechó un momento clave para el reggaetón. Hizo música que le gustó a quienes no les gustaba el reggaetón. Poco más de un año después colaboró con Bad Bunny en Oasis (2019) y en este disco se unieron las dos máquinas con más fuerza de la música en español para lanzar un disco y acaparar conversaciones en todo el planeta. Flexearon sus músculos. Y hace poco José actuó en el halftime show del Super Bowl por 75 segundos junto a Shakira, Jennifer López, y el mismo Bad Bunny con una audiencia de 100 millones de personas.

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Portada de "Rojo".

Hoy, en medio de una pandemia global sin precedentes, José Balvin estrena su sexto disco de estudio, Colores. 10 canciones. 10 productores distintos. 10 videos. 10 flores de Takashi Murakami, artista con impacto cultural notable. Un disco corto, de 30 minutos, que va en contra de las obras largas y que sacan provecho de los streams, lo que parece ser una nueva norma en otros releases en la industria. Un sampler que contiene diez esencias, formas y figuras de cómo él quiere exponer el reggaetón al resto del mundo. Un esfuerzo por empujar al límite el núcleo del género para maximizar la oportunidad de llegar a todas las personas posibles. Esto puede hacer que su obra pierda en "vanguardia", pero Balvin prefiere crear un idioma "fácil de entender", como le dijo a la revista Billboard.

"Saben quién es Balvin, les presento a José", canta en "Amarillo"; canción que da la bienvenida al disco en medio de referencias a Tego Calderón y horns conocidos en el sonido made in Balvin. José trata de romper fronteras entre el pop y el reggaetón. Toda su vida ha estado en esa eterna exploración. Y esa búsqueda puede traer resultados importantes y algunos no tan acertados. Errores humanos. Pero que son parte de esta búsqueda y conquista.

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Portada de "Blanco".

José tiene baladas importantes en su carrera ("La canción"; ejemplo reciente). Y por tanto al buscar desvanecer la separación entre el reggaetón y el pop encuentra resultados como "Gris"; que está más del lado de los momentos no tan afilados de Balvin, se siente como una canción de paso. Pero esa misma búsqueda lo puede llevar a lugares importantes como "Rosa"; producida por Diplo. Canción con una melodía notable en la carrera de José.

Siguiendo su trayectoria podríamos pensar que Balvin tiene una especie de mapa en donde señala, distintos países y mercados a los que quiere conquistar, con pequeños barquitos. Como si jugara "Risk". Va y lanza sencillos entre sus discos dependiendo de qué mercado se le antoje ganar. Ahí se entiende que se haya asociado con Scooter Braun como su nuevo mánager y para posicionar su marca globalmente. "Arcoiris", una de las dos canciones que grabó con Mr Eazi, estrella del afrobeat nigeriano –la anterior fue la excelente "Como un bebé" en el álbum Oasis– es de los puntos más altos de Colores. Pareciera banda sonora de la pista número cuatro de Mario Kart del Nintendo 64; el "Rainbow Road" que siempre nos daba miedo/felicidad jugar. Esta canción, además, nos dibuja un posible mapa para seguir la búsqueda artística de José. ¿Por qué no seguir indagando en el afrobeat o este tipo de colaboraciones? El reggaetón necesita urgentemente innovar y expandirse o corre el riesgo de cansar. Muchas cosas suenan igual. Y quizás acá exista respuesta o caminos por seguir.

Hacer hits que funcionen en coyunturas de baile o clubes constantemente no es fácil. Algo de lo que viven artistas como Drake, por ejemplo. Balvin, ha construido su carrera a través de a ellos. "Morado" entra en este paquete. Producida por Sky Rompiendo; productor ejecutivo de Colores y clásico colaborador de Balvin. "Azul", por su parte, también podría colarse en este discurso; con probablemente el coro más pegajoso de Colores. "Verde" es el debut de Alejandro Ramírez (Sky Rompiendo) como intérprete. Pasa la prueba con honores y logran sonidos más cercanos a otra época del reggaetón; pero siempre dándole texturas que hacen que sea un producto fino y bastante vendible. "Negro" es el punto más crudo del disco. Reggaetón puro, cercano a cómo sonaba el género al comienzo del milenio. Con la diferencia de que hoy "estamos pegao' como en los tiempos de Rikarena", (banda de merengue bastante popular en Venezuela y Colombia en los noventa).

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Portada de "Morado".

La anteriormente estrenada "Blanco" cierra el disco con otro punto alto en la carrera del made in Medellín; producida por Dee Mad.

La misión que se ha propuesto José desde sus inicios es una complicada. Puso al reggaetón, la latinidad y al español en el Everest de la cultura. En todos los canales de televisión. En todos los tuits. Colores es otra carta en la misión de José para llevar al género a las máximas instancias. Una búsqueda de un nuevo lenguaje entre el reggaetón y la música popular. Hacerlo más digerible y masticable aún.

El resultado es un disco que deja atrás pensamientos o ansias vanguardistas. La carrera de José luego de Colores pasa a otra fase. Una en la que piensa más en la masividad y alcance de su mensaje, llevando al reggaetón a sus límites culturales para ver si le quedan más caminos por recorrer.

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