Este contenido fue creado en colaboración con Puma RS-X PUZZLE.
Antes de ser la industria de entretenimiento que más dinero mueve en el mundo, los videojuegos eran un nicho un tanto extraño, con habitantes estigmatizados por sus bajas habilidades de socialización o por sus gustos alejados de la norma. Pero en el seno de todo movimiento cultural está el cambio: llegaron competencias profesionales, todo el mundo se volvió videojugador gracias a los smartphones, y miles de personas transmitieron sus sesiones de juego por internet, dando paso a la fama de los streamers. De pronto, reconocerse como un videojugador estaba normalizado y era cool.
A nivel de comunidades, sin embargo, todo es más difuso. ¿Qué pasa con los que crecieron echando retas en un local?, ¿con los que buscaron en los videojuegos justamente alejarse un poco de la norma o encontrar un lugar seguro?
México es el país con mayor consumo de videojuegos en América Latina y uno de los primeros 15 del mundo, por lo que echar luz sobre quienes juegan y sus costumbres no es un acto mínimo.
Los videojugadores y sus comunidades evolucionan: se adaptan a las tendencias, se reinventan y muchas veces miran hacia su propio pasado para dar el siguiente salto hacia adelante. Al igual que Puma, una marca clásica, tomando su diseño RS característico y lo ha elevado al RS-X PUZZLE: con detalles amplificados en la parte superior, mezclas de materiales más fuertes y combinaciones de colores llamativos.
Daniel Mastretta, experto jugador y antiguo colaborador de uno de los sitio más históricos de videojuegos en el país, Atomix, opina que gracias a la masificación de los juegos y la gran cantidad de información a la que abrió paso internet, se han generado cientos de divisiones dentro del nicho general que representa esta forma de entretenimiento. La división va más allá de qué juego te gusta más. Hay personas que no juegan videojuegos y que solo siguen a algún streamer, o se limitan a participar de comunidades en línea. “Siempre han pintando como antisocial al mundo gamer pero en realidad es el más social de todos”, opina Mariano Latapí (@PunisherIV), uno de los comunicadores más reconocidos de la escena, quien actualmente organiza el podcast NRDWARE y ha estado relacionado durante años con el mundo de la música de videojuegos. “Los gamers están en Instagram, Facebook, Twitter, tienen sus comunidades, sus amigos digitales: en todos lados”, agrega.
Hace dos o tres décadas tener muchos videojuegos era un asunto de clases privilegiadas. Muchas veces la única forma de estar al día con las novedades del mundo gamer era seguir revistas como Club Nintendo o Super Juegos, donde no solo se buscaban trucos para mejorar el desempeño o superar un nivel muy difícil, sino que eran una puerta de entrada a una comunidad: con cartas, conversación, concursos y encuentros en la vida real. Según Daniel, esa suerte de foro vive aún en los sitios de videojuegos y en algunas comunidades de streaming.
El mundo de las retas
El rey de los videojuegos de pelea en México es actualmente Super Smash Bros. Ultimate (SSBU), un juego con 74 personajes provenientes de títulos que van desde series clásicas como Pokémon, Castlevania y Mario a otras como Game & Watch y Earthbound. Una de las características clave de los juegos de pelea es que empujan a reunirse en el mundo real: exigen un nivel de exactitud que solo se consigue frente a frente, no por internet. Es por esto que han surgido lugares por toda la CDMX donde los jugadores se juntan a "echar retas" o a participar más seriamente en un torneo. El fanatismo por el SSBU es increíble, existen grupos de Facebook como Super Smash Bros Ultimate México y Smash Ultimate CDMX - Mexico City, con miles de miembros. Diario hay gente queriendo jugar, comentando, invitando a torneos o subiendo memes. México incluso tiene un campeón mundial de SSBU, conocido como MKLeo; su hermano, Ángel López, tiene desde hace un par de años un local en la Frikiplaza —una plaza para amantes del anime y los videojuegos— llamado MK Gming, donde tres veces a la semana se reúnen jugadores de diferentes niveles para entrenar o competir en este título de Nintendo. Los domingos el local abre la competencia a todo el que quiera jugar.
Los videojuegos son una casa en la que cabemos todxs
Son las dos de la tarde de un sábado en la sección 2 del Bosque de Chapultepec y un grupo de casi 50 personas saltan la cuerda, comen gelatinas y platican animadamente. Algunos llevan corbatas hechas a imitación de pixeles, abundan las playeras de Pokémon. Es el Picmin Gaymer 2020, un encuentro que ya va por su cuarto año y de los más importantes que organiza la comunidad Gaymers México, el grupo más grande y antiguo de gamers LGBTTTIQA en el país.
El mundo de los videojuegos ha sido históricamente machista y discriminador. Por lo mismo, generar espacios seguros donde las personas puedan compartir sus intereses y que sirva como una plataforma para la generación de dinámicas, lenguajes y hasta memes es clave para que el ecosistema completo sea más sano. La comunidad de Gaymers está abierta para todo el espectro de expresiones y ni siquiera se les niega la entrada a los heterosexuales: se consideran un arcoíris de personas.
Pixel voyeur
Ser parte del mundo gamer no tiene que ver con solo jugar. Los espacios de conversación, las historias en común y hasta la forma de interpretar la realidad que los aficionados a los videojuegos comparten atrae a muchas personas solo por sentirlo como un lugar de confianza. Además, ver a alguien jugar cualquier cosa mientras la comenta puede ser una experiencia profundamente divertida. A los 19 años, Kim Bonilla (@Lecpkim17) grabó con una cámara digital la pantalla en la que estaba jugando y subió el video a YouTube. Tuvo cinco visitas. Hoy, a sus 26 años tiene su propio canal y vive de eso. Exponerse a miles de personas anónimas por internet no es fácil. Al principio, Kim recibía acoso cibernético —como otras miles de mujeres en internet— por preferir juegos casuales, por "querer llamar la atención". “Pensé en dejar esto, pero hay personas que han crecido conmigo de alguna forma y eso es muy especial”, comenta. "Ahora el panorama es más positivo, la discriminación ha ido quedando atrás”.
De la pasión al trabajo
En México, los estudios de videojuegos independientes se han multiplicado durante la última década, la comunidad se ha consolidado y ya existen algunos referentes con alto impacto internacional. Antonio Uribe, mejor conocido como Fáyer (@fire_tony) es el fundador de Hyperbeard, el estudio responsable de Kleptocats, quizás el juego más exitoso a nivel de ventas que haya creado una compañía mexicana. Fáyer es además un activo miembro de la comunidad de desarrolladores independientes en el país. De acuerdo con Antonio, a pesar de la creciente cantidad de desarrolladores que surgen en México, muy pocos consiguen realmente vivir de sus juegos y es en ese campo donde enfrentan muchas dificultades. “Ayuda mucho criarse en algo más grande, entender la industria antes. En México llega mucha inversión a nivel de marketing, pero muy poca para desarrollo. El jugador mexicano sigue siendo muy consolero y de juegos muy AAA (de inversiones gigantes y estudios reconocidos). La inversión está llegando por eSport y distribución, pero muy poco al desarrollo”, indica Antonio.
Diana Rodríguez cofundadora del estudio independiente Big Monster, creó el grupo Women in Gamex, que se define como un espacio de encuentro para mujeres creadoras y entusiastas de videojuegos, donde pueden compartir sus experiencias, opiniones, fracasos y éxitos construyendo redes de apoyo. “No me había metido a pensar tan a fondo por qué no habían tantas mujeres en la industria. Yo no era de las que iba a eventos, no me daba cuenta de estas realidades. El año pasado me invitaron a mí a ser parte del Woman Game Jam de América Latina y ahí confirmé que existe un interés de la industria y de la gente pero no existen los espacios”, comenta Diana. La respuesta ha sido positiva, las mujeres se han acercado y las empresas también están aproximándose para informarse más y evitar prácticas discriminatorias. “Estamos armando la agenda con todo tipo de aristas. No es solo para creadoras, sino para investigadoras, jugadoras, creadoras, para inspirar a futuras generaciones. Todas ellas quieren articularse en común”. El grupo organiza capacitaciones y charlas, además de participar del Woman Game Jam México, cuya primera edición fue en agosto pasado y espera repetirse este año.
Las microcomunidades parecen ser la norma en México. Más allá de reunirse como un gran grupo unificado de gamers, se reúnen mucho más por intereses y los intereses, como los videojuegos, son prácticamente infinitos. No hace falta que sea el juego sea el último lanzamiento, o que cuente con millones de fans: lo importante es el propio estilo y lo que conecta con espíritu personal. La escena de los videojuegos en México ha cambiado significativamente en las últimas décadas, se ha expandido, popularizado y especializado, pero la identidad en el fondo es la misma: personas buscando lo que los haga sentir más cómodos y represente mejor su identidad. Así como los RS de Puma pasaron de tener colores básicos y abultados sensores de rendimiento en 1986, a transformarse en modelos fragmentados, coloridos y con una potente estética más propia al 2020, las y los gamers de México supieron evolucionar y empujar los límites que la norma imponía.
El nuevo modelo Puma RS-X PUZZLE está disponible en todas las PUMA STORES alrededor del país.
Christopher Holloway https://ift.tt/39I12bV
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