Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Durante una conversación celebrada el miércoles por la noche en una aplicación llamada Clubhouse —una red social de audio a la que solo se accede por invitación y que es popular entre los capitalistas de riesgo y las celebridades—, el empresario Balaji Srinivasan, varios miembros de la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz y, por alguna razón, la celebridad de televisión Roland Martin pasaron al menos una hora hablando sobre cómo los periodistas tienen demasiado poder para "vetar" a las personas y preguntándose qué podían hacer ellos, los titanes de Silicon Valley, al respecto.
La conversación muestra cómo los millonarios de Silicon Valley, quienes han sido acogidos por la prensa y alabados como innovadores y revolucionarios, básicamente malinterpretan el papel del periodismo en el momento en que se vuelve crítico hacia su industria. También sugiere que están ansiosos por encontrar nuevas formas de contraatacar lo que perciben como cobertura de prensa desfavorable e injusta.
Motherboard obtuvo una grabación de la conversación ocurrida a través de Clubhouse, una aplicación a la que se accede solo mediante invitación, que a fines de mayo tenía solo 1,500 usuarios y que, después de recibir una inversión de $12 millones de dólares por parte de Andreessen Horowitz, fue valorada en $100 millones de dólares. En mayo, la reportera de cultura de internet del New York Times, Taylor Lorenz, escribió que esta aplicación es "donde los capitalistas de riesgo se reúnen para charlar entre sí mientras están en cuarentena en sus hogares".
"A veces hay un tarotista que critica la cuenta de Instagram de alguno de los miembros; a veces es como un programa de consejos de citas; a veces los aburridos se quejan de cualquier cosa que se les ocurra", escribió.
El miércoles por la noche, el tema de conversación fue la propia Lorenz, que poco antes había estado escuchando la conversación pero la abandonó antes de que terminara. Después de que ella se fue, los participantes comenzaron a discutir si Lorenz estaba jugando "la carta de ser mujer" al hablar sobre su acoso luego de tener un altercado en Twitter con Srinivasan.
"No puedes arremeter contra alguien, atacarlo y simplemente decir: 'Oye, tengo ovarios y, por lo tanto, no puedes defenderte'", dijo Felicia Horowitz, fundadora de la Fundación de la Familia Horowitz y esposa del cofundador de Andreessen Horowitz, Ben Horowitz.
En los últimos días, Lorenz, quien criticó el miércoles al co-CEO de la empresa de accesorios de viaje Away, Steph Korey, en Twitter, ha sido acosada y suplantada en Twitter.
En la llamada, Srinivasan sugirió que Lorenz —quien poco antes ese mismo día lo había acusado en Twitter de "tratar constantemente de destruir mi carrera en Internet y en privado"— estaba teniendo una reacción exagerada y que tal vez tenía miedo de él, y que esa era la razón de que ella hubiera abandonado la conversación esa noche en Clubhouse.
"¿A Taylor le da miedo un hombre de piel oscura en la calle? Entonces, no debería tenerle miedo a un hombre de piel oscura en Clubhouse", dijo Srinivasan. "Literalmente no he hecho nada más que un escribir un tuit. Solo uno, ¿entienden? Así que, en general, ya saben, sobre eso de que la he estado acosando en Twitter, es completamente ilegítimo, completamente equivocado, completamente fabricado y simplemente falso".
El chat de audio había iniciado como una conversación más amplia sobre el estado del periodismo y lo que los capitales de riesgo deberían hacer para recibir una mejor cobertura, pero luego se salió de control por completo. Srinivasan, anteriormente socio general de Andreessen Horowitz, afirmó que "toda la prensa especializada fue cómplice en encubrir la amenaza del COVID-19", y afirmó que confiar en la prensa es "es poner en manos de terceros, quienes además no están alineados contigo, tu cadena de suministro de información", lo que es equiparable a que Estados Unidos haya puesto en manos de terceros su cadena de suministros médicos. Sugirió que los enfoques de verdad y rendición de cuentas ofrecidos por GitHub, el financiamiento de capital de riesgo y la criptomoneda ofrecen mejores modelos para el periodismo que "el modelo de la Costa Este de 'Respeta mi autoridad autoritaria'".
Cuando intentamos comunicamos con Srinivasan en busca de comentarios sobre el chat de Clubhouse, él hizo una captura de pantalla de nuestra solicitud y tuiteó al respecto.
"En lo que respecta a nuestra industria, en este momento existe una dinámica muy, muy tóxica en ella", dijo Nait Jones, socio en Andreessen Horowitz, en el chat mientras hablaba sobre los reportes recientes de abuso en la industria tecnológica. "Debido a que esas historias son tan populares y generan mucho tráfico, han creado también un mercado para más de esas historias. Lo que ha puesto mucha presión en los reporteros para que encuentren la siguiente de esas historias dentro de una compañía tecnológica de rápido crecimiento, pues esas historias funcionan muy bien en Twitter, especialmente si tienen que ver con la protección de las personas vulnerables".
(En 2020, la idea de que buscar "clics" para generar ingresos publicitarios es un modelo comercial exitoso o incluso común es una falacia. Las publicaciones que dependen exclusivamente de la publicidad están fracasando de manera sorprendente; financieramente, muchos medios periodísticos se están alejando cada vez más del modelo de ingresos resultantes de la publicidad basada en el tráfico y, en lugar de eso, se están enfocando en eventos en vivo, suscripciones, poner sus artículos a disposición de los estudios cinematográficos y otros modelos que se basan en tener lectores dedicados que confíen en la publicación).
Los exclusivos usuarios de Clubhouse en el chat de voz parecían concebirse a sí mismos como ciudadanos humildes que son presa de las elites corruptas que cobardemente ansían dinero y poder. Esto alcanzó un extraño punto cúspide cuando Srinivasan se jactó de defender al CEO de una marca de accesorios de viaje plagada de escándalos, describiéndola como casi indefensa debido a su relativamente bajo número de seguidores en Twitter. La conversación parecía esencialmente un chat conspiracionista, con personas obsesionadas con un pequeño drama, en el que a a veces, sugerían que Lorenz había cruzado una línea en Twitter y que debía ser castigada.
"¿Cómo puede haber una función de rendición de cuentas que sea implementable en todos los medios y permita que esto suceda, que suceda este retroceso sin que se pueda revertir y se convierta así en algo tóxico, donde se utiliza todo tipo de dinámicas de poder y las personas están listas para atacar?", dijo Jones.
"Su empleador debería decirle, 'cruzaste la línea con tus comentarios editoriales'", dijo Martin, y agregó que "si yo fuera Srinivasan, el argumento que le daría a sus jefes es que deberían instruir a sus reporteros para que no hagan juicios editoriales sobre nadie. Que se limiten a reportar los hechos".
Los usuarios exclusivos de Clubhouse en la llamada parecían concebirse a sí mismos como ciudadanos humildes aprovechados por elites corruptas que ansiaban con ansia el dinero y el poder; Esto alcanzó un extraño apogeo cuando Srinivasan se jactó de defender al CEO de una marca de equipaje plagada de escándalos, y la describió como casi impotente debido a su relativamente bajo número de seguidores en Twitter. La conversación se parecía esencialmente a un chat de Gamergate, con personas obsesionadas con un drama minucioso y, a veces, sugiriendo que Lorenz había cruzado una línea en Twitter y debía ser castigado.
"Taylor es una excelente periodista que hace reportajes increíblemente relevantes para este momento. Ella y todos los reporteros deberían poder hacer su trabajo sin sufrir hostigamiento alguno", le dijo a Motherboard en un correo electrónico Choire Sicha, editor de la sección Styles del New York Times.
Los fundadores de Clubhouse, Rothan Seth y Paul Davison, no respondieron a nuestra solicitud de comentarios; Jones tampoco respondió; Andreessen Horowitz declinó hacer comentarios.
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La conversación se inició por una serie de eventos internos ocurridos en las últimas dos semanas. Algunos millonarios de Silicon Valley volvieron la vista hacia el New York Times después de que Scott Alexander, un psiquiatra que administraba el blog de filosofía SlateStarCodex, borró todo el blog porque dijo que el medio de noticias lo "expondría" al publicar su nombre real en un artículo próximo a salir. (Vale la pena señalar que Alexander republicó todas las entradas del blog SlateStarCodex en libros usando su nombre real). Este evento hizo resurgir la discusión permanente y tediosa entre los capitalistas de riesgo sobre la ética periodística, los modelos de negocios y los incentivos de publicación.
El miércoles de la semana pasada, Korey, la co-CEO de Away, una marca de accesorios de viaje que fue objeto de una denuncia a través del medio The Verge el año pasado, publicó una serie de historias de Instagram en las que sugirió que The Verge la había atacado injustamente en parte por ser mujer. También dijo que debería ser más fácil demandar a los periodistas, y sugirió que la primera motivación del periodismo son los "clics". La historia de The Verge se centró en la denuncia de una cultura de abuso en Away bajo el liderazgo de Korey. Los trabajadores de allí dijeron que no les permitían tomar vacaciones ni enviarse correos electrónicos entre sí y que fueron forzados a cumplir jornadas laborales extremadamente largas.
"Su incentivo no es informar lo que está sucediendo", escribió Korey. "Es escribir cosas que las personas compartan en las redes sociales. Y varios de estos medios, que en su mayoría solo son digitales, tienen estándares editoriales casi inexistentes (especialmente los que únicamente buscan clics, ya saben quiénes son). Comentario aparte: podría escribir un ensayo completo sobre cómo debería ser más sencillo hacer una demanda por difamación ahora que la tergiversación *es* el modelo comercial de algunos de estos medios". (A raíz de la historia de The Verge, Korey anunció que había contratado a la conocida firma de abogados especializados en casos de difamación Clare Locke LLP, la cual se ha dedicado a detener o sumir en el olvido historias periodísticas desfavorecedoras).
Si bien los comentarios de Korey en Instagram fueron supuestamente una crítica a la industria del periodismo, en algunos momento parecían ser más bien una afirmación de que la historia de The Verge era injusta o inexacta en formas que en realidad no explicó.
Después de que Korey publicara sus historias en Instagram, varios periodistas comentaron al respecto, incluyendo a Lorenz, quien tuiteó "Steph Korey, la desprestigiada ex CEO de la compañía de accesorios de viaje Away, está arremetiendo contra los medios de comunicación en sus historias de Instagram. Sus publicaciones son incoherentes y es decepcionante ver a una mujer que dirigía una compañía perpetuar falsedades como esta acerca de una industria de la que claramente no tiene ningún conocimiento".
De inmediato, varios capitalistas de riesgo de Silicon Valley empezaron a tuitear acerca del tuit de Lorenz, especialmente Srinivasan, quien finalmente abriera un hilo de siete tuits en el que sugirió que Lorenz y los periodistas como ella son "sociópatas".
Ese mismo día, una cuenta de Twitter autodenominada como "la parodia" de Taylor Lorenz comenzó a retuitear los comentarios de Srinivasan y de otros inversores y ejecutivos de tecnología que criticaban el trabajo de la periodista. Además, la biografía de la cuenta enlaza con un sitio web, también autodescrito como parodia, que está dedico a hostigar a Lorenz. (Twitter le dijo a Motherboard que eliminó otra cuenta que se hacía pasar por Lorenz).
El miércoles primero de julio, Lorenz hizo un llamado a Srinivasan y sus amigos —como el cofundador de Andreessen Horowitz, Ben Horowitz—, a través de Twitter para que ayudaran a poner fin al conflicto, el cual finalmente continuó en Clubhouse.
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En el análisis de Korey donde señala que el modelo de trabajo de los medios es buscar el clickbait para atraer todas las miradas, también argumenta que las mujeres del ámbito empresarial son más propensas a ser atacadas, en especial por las periodistas jóvenes. La historia sobre la presunta conducta inadecuada de Korey fue escrita por una joven reportera llamada Zoe Schiffer. Korey agregó unos minutos más tarde que se había enterado de que sus comentarios se habían filtrado a Twitter y escribió, "Creo que la gran mayoría de las periodistas jóvenes son realmente excelentes. Es solo que muchos de los ataques mediáticos contra las mujeres empresarias han sido escritos por mujeres periodistas jóvenes, pero no creo que ellas representen a todo ese sector demográfico".
Los ávidos defensores de Korey en la conversación de Clubhouse concordaron con ese análisis.
"La cobertura parece ser tendenciosa y girar en torno a los que dirigen las empresas", se quejó en el chat de voz una persona a la que Motherboard no pudo identificar de inmediato. "Todos abusan, todos intentan hacerse ricos. Es algo casi deprimente, más aun siendo alguien que trata de construir y crear cosas. Es duro ver ese tipo de cobertura, la cual parece ir en contra de la creación y la construcción... El ADN entero de Silicon Valley ha sido optimista desde el primer día".
Artículos como la investigación de The Verge sobre la empresa Away no aparecen de la nada. Las personas que trabajan en empresas tecnológicas, a menudo afirman acuerdos de confidencialidad, y por lo tanto se ponen en riesgo al discutir las condiciones laborales de su empresa. En el momento en que se publicó el artículo de The Verge, Korey se disculpó; pero para el miércoles de la semana pasada, ya estaba sugiriendo que había sido atacada injustamente y que "algunos usan la plataforma que les ofrecen los medios donde trabajan para avanzar en sus carreras atacando alevosamente a las mujeres empresarias solo para ganar clics y fama".
"La defendí porque ella solo tenía 8,000 seguidores y estaba siendo atacada por una reportera del New York Times, señalándola como una desprestigiada ex CEO y ella aún es la co-CEO actual", dijo Srinivasan. "Creo en defender a las personas que no tienen voz, que no pueden defenderse por sí mismas".
Los que han sido olvidados en toda esta confusión son los empleados que dicen que esta CEO aparentemente indefensa sigue presidiendo la dividida empresa. El jueves por la tarde, una coalición de empleados de Away envió un correo electrónico a la dirección de Away para decir: "los comentarios de Steph nos están dañando".
"Las recientes acciones de Steph Korey en Instagram y Twitter nos han perjudicado y desmoralizado", escribió la coalición en el correo electrónico, el cual fue obtenido por Motherboard y reconocido por la cofundadora de Away, Jen Rubio. "Le escribimos a usted como empleados de Away y le pedimos que haga algo para hacer frente a la historia que se está construyendo en torno a los comentarios de Steph en Instagram y Twitter de los últimos días.
En gran medida, Steph ha estado ausente durante la crisis pandémica de salud, los despidos de la compañía y los disturbios civiles del movimiento Black Lives Matter. Lo cual tiene sentido, pues tenía licencia por maternidad y se había tomado un tiempo para concentrarse en su vida personal. Es por eso que su actividad en las redes sociales de los últimos días ha sido tan sorprendente y francamente perjudicial hacia los empleados de esta empresa".
En respuesta a una solicitud de comentarios por parte de Motherboard, el vicepresidente de comunicaciones y asuntos corporativos de Away nos compartió dos capturas de pantalla. La primera fue de un correo electrónico de Jen Rubio, cofundadora, presidenta y directora de la marca Away, dirigido a los empleados que se quejaron de los comentarios de Korey. (El correo electrónico proviene de la cuenta de correo electrónico de Rubio; también está firmado por Stuart Haselden, el otro co-CEO de la compañía).
Rubio escribió que los comentarios de Korey "no reflejan ni afectan las prioridades actuales de nuestra compañía y la gran labor que estamos haciendo con respecto a la diversidad, la equidad y la inclusión". El correo electrónico también indica que Stuart Haselden asumirá el papel de CEO único en Away en 2020, y que Korey ya actualizó sus perfiles de redes sociales para dejar en claro que sus puntos de vista son completamente personales.
En su propia respuesta de Slack, Korey escribió: "Entiendo que, como cofundadora y co-CEO, tengo la responsabilidad de comprometerme a usar mis plataformas personales para apoyar nuestras prioridades, no como una distracción". Además, se disculpó con "cualquier persona a la que lastimé al desviar, la semana pasada, el foco de atención de estos importantes momentos culturales", refiriéndose al movimiento Black Lives Matter y al compromiso declarado de la compañía con la "Diversidad, la equidad y la inclusión", como lo expresó Korey. Ambas declaraciones dicen que la prioridad de Away es "convertirse en una empresa antirracista".
Información adicional de Tim Marchman y Samantha Cole.
Jason Koebler https://ift.tt/2At1GhS
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