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lunes, 20 de julio de 2020

Mi experiencia con las aplicaciones de citas antes y después de estar en silla de ruedas

Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.

Mi única experiencia con las aplicaciones de citas podría ser un anuncio de cómo no usar las aplicaciones de citas.

En el breve período entre separarme de mi ex y comenzar una relación con mi novio actual, descargué Bumble. Fui a una cita con un chico que, por supuesto, había mentido sobre su estatura. También terminé pagando toda la cuenta, y cuando volví del baño, estaba revisando su Bumble. No volvimos a salir.

Entonces, antes de descargar Tinder para averiguar si la gente me trataría diferente debido a mi discapacidad, no tenía muchas esperanzas. Como ya estoy en una relación, básicamente estaba aplicando el catfishing, así que admito que tampoco soy precisamente un modelo a seguir. Pero acordemos ignorar eso por el bien de este experimento.

Desde abril del año pasado, he estado en silla de ruedas y muchas veces me pregunto qué pasaría si volviera a la soltería. Otros usuarios en silla de ruedas me han contado que las personas o son capacitistas o tienen fetiches con la discapacidad, ninguna opción es ideal, pero quería comprobarlo yo misma.

Primero, hice un perfil con una foto sin silla de ruedas, y luego otro con una foto en silla de ruedas. De hecho, como había estado de vacaciones justo antes de ingresar al hospital, tenía bastantes fotos "decentes", es decir, el tipo de imágenes que uno podría usar tradicionalmente en un perfil de Tinder.

Para hacer el proceso lo más justo y "científico" posible, cerré los ojos y le di like a 100 personas por perfil. Estoy bastante segura de que la metodología no es lo suficientemente rigurosa como para incluir este estudio en una revista arbitrada, pero fue lo mejor que pude hacer para establecer un parámetro y calcular porcentajes de "matches con silla de ruedas" versus "matches sin silla de ruedas".

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En el perfil sin silla de ruedas, escribí la biografía más banal que se me ocurrió –"Amo vivir en Londres"– y puse fotos en las que salgo de pie.

Empecé a sentir un poco de culpa cuando empecé a relacionarme con la gente, sabiendo muy bien que nunca iba a salir ellos, así que decidí guardar una última pizca de mi ética al no responderle los mensajes a nadie. La buena noticia es que no fue difícil, porque lo que decían era basura.

De un potencial de 100 partidos, hice match con 41 personas, lo cual me parece razonable. Mi ego no quedó tan magullado.

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El siguiente paso era lo que me ponía nerviosa. Eliminé mi cuenta, despidiéndome de Tinder con la Meg sin discapacidad y le dije hola a Tinder con la Meg discapacitada. No tenía idea de lo que me esperaría. En todas mis fotos dejé muy claro que estaba en silla de ruedas. Y por si fuera poco, también lo puse en mi biografía: "Como pueden ver en las imágenes, estoy en silla de ruedas".

También decidí que iba a mensajear un poco con estos chicos, porque no pensé que fueran a demostrar directamente su capacitismo o a fetichizarme sin que yo empezara la conversación (otra vez, sé que mi metodología no es irrefutable).

Una cosa que noté casi de inmediato fue que había logrado menos matches. Muchos menos. Estoy bastante segura de que mi cara no ha cambiado debido a mi discapacidad, y mi biografía era mucho menos básica, supongo que eso cuenta –entonces se debió a que salía en silla de ruedas.

En total, hice 22 matches de un potencial de 100, casi la mitad del número de mi contraparte sin discapacidad.

Tengo que admitir: aunque este experimento no tuvo ningún resultado en la vida real, me molestó que hubiera tanta diferencia. La idea de que la gente me juzgara a primera vista, en función de mi capacidad para caminar, no fue nada agradable. Pero los mensajes que recibí en este perfil, me sorprendieron gratamente. Ahora me doy cuenta de que, en primer lugar, nadie que fuera capacitista hubiera hecho match conmigo. Aún así, esperaba recibir mensajes de personas que inmediatamente me preguntaran por qué estaba en silla de ruedas, pero eso no sucedió. De hecho, tenía que mencionárselo a las personas para obtener una respuesta; resulta que a la gente no le importa tanto como pensé.

No hace falta decir que mis experiencias estando discapacitada serán diferentes a las de otras personas. Pero es bueno saber que, si vuelvo a estar soltera, las aplicaciones de citas podrían no ser lo peor del mundo.

@megrozfozz

Meg Fozzard https://video-images.vice.com/test-uploads/_uncategorized/1594981859806-tindermatches.png

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