Artículo publicado originalmente por VICE Australia.
En diciembre, el corresponsal de The Economist John Parker predijo que 2019 sería "el año de lo vegano". Argumentó que este sería "el año en que el veganismo se generalizaría" y puso como ejemplo a McDonald's que ya tiene hamburguesas veganas, sugiriendo que estamos a punto de ver una gran cantidad de consecuencias ambientales y sociales.
Una de esas consecuencias, probablemente, es que las mascotas también terminarán con dietas veganas. Y los dueños de dichas mascotas argumentan que, como los perros pueden digerir fácilmente los suplementos a base de plantas, no hay razón para alimentarlos con carne. ¿Pero es cierto? ¿Y, en dado caso, es ético?
"Personalmente quiero que mi perro sea lo más sano, lo más fuerte y más feliz que se pueda, y eso no es tan fácil con una dieta vegana", dice Clare Kearney, una nutrióloga animal holística con sede en Australia. Está de acuerdo en que los perros pueden sobrevivir sin carne, pero se pregunta si la supervivencia es realmente el estándar al que aspiramos.
"En realidad, es muy difícil crear una dieta vegana robusta desde el punto de vista nutricional para un perro, especialmente sin agregar nutrientes sintéticos. Definitivamente no recomendaría intentar hacerlo en casa sin la guía de un nutriólogo porque lo más probable es que no funcione", dice.
Por lo tanto: la respuesta de Claire fue negativa, pero también dijo que era posible. Y a lo que se refiere es al hecho de que los estómagos de los perros vienen equipados con dos enzimas, la amilasa y la maltosa, que son capaces de digerir las plantas con almidón como las papas y las legumbres, así como las verduras de hoja verde, sin dificultad.
Sin embargo, aunque los perros puedan digerir las plantas, sus cuerpos requieren más proteínas. Por esta razón, darle una dieta vegana a un perro puede privarlos del colágeno, la elastina y las proteínas de queratina que son esenciales para la piel, los músculos y las articulaciones de un perro. Estas proteínas están disponibles como suplementos, pero desgraciadamente son muy caros.
Y ahí radica otro inconveniente: encontrar productos veganos para perros es bastante difícil.
Sin embargo, todos estos problemas son de logística y no llegan al meollo del problema: ¿es ético? Porque a diferencia de los humanos que elegimos qué comer, los perros obviamente carecen de este razonamiento. Por lo tanto, ¿es justo forzar a nuestras mascotas a seguir nuestras ideologías personales?
Según Peter Wedderburn, que es un veterinario con base en Irlanda, los dueños de perros veganos a veces son crueles pero no se dan cuenta. Lo principal es que la dieta de un perro no solo debe ser nutricionalmente adecuada, es decir, formulada por un profesional y no basándote en el conocimiento de los bloggers veganos, sino que también debe ser variada e interesante.
"Para todos los seres conscientes, comer debe ser placentero", explica en un correo electrónico. "La gente que tiene perros tiene el deber de encontrar una dieta que su mascota disfrute comer".
Sin embargo, la dieta vegana en los perros no es imposible, dice. “Trata de ofrecerle puré de papa a un perro y verás cómo lo devora… los perros no necesitan carne en su dieta para disfrutar lo que comen”. No obstante, también enfatiza que el puré de papa no es suficiente, y una variación adecuada requiere esfuerzo y planificación.
En este punto, vale la pena destacar, que el negocio de la carne industrial es horrible en casi todos los parámetros. Si bien es cierto que el veganismo canino cuidadosamente planificado es costoso, complicado e inconveniente, lo mismo puede decirse del calentamiento global. Porque, como informa el New York Times, alrededor del ocho por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de Estados Unidos provienen del ganado. Y si eso no es una justificación suficiente, entonces considera que la comida para perros es principalmente un producto de la agricultura industrial: posiblemente la industria más grotesca y éticamente reprobable del planeta.
En resumen, el veganismo para perros probablemente es una buena idea... excepto que es un dolor de muelas. Entonces, si la idea de convertir a tu perro en vegano parece complicada, Clare tiene un último consejo: "quizás sea mejor tener un conejo".
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