Artículo publicado originalmente por Munchies Estados Unidos.
Michael Forrest Behne dice que bebió solo un vaso de vino y luego salió de su casa para ir a una gasolinera cercana. Llamó a su madre mientras estaba fuera para preguntarle si necesitaba algo de la tienda de comestibles, y luego empezó a conducir de regreso a casa. Unos minutos más tarde, tuvo un grave accidente, en el que se estrelló contra otro coche y, al parecer, el impacto con la bolsa de aire fue tan fuerte que perdió el conocimiento temporalmente.
Después del choque, le hicieron una prueba de alcohol en la sangre a Behne y alcanzó un asombroso .325, que es más de cuatro veces el límite legal en el estado de Ohio. Según el sitio WXYZ, Behne no podía creerlo; insiste en que solo tomó una copa de vino. Su madre tampoco pudo entenderlo, especialmente porque no arrastraba las palabras, ni parecía estar ebrio o desorientado cuando hablaron por teléfono.
Behne finalmente aceptó un acuerdo de culpabilidad, fue acusado de agresión con agravantes y está cumpliendo una sentencia de prisión de dos años. Su madre, sin embargo, no quedó satisfecha con ese resultado, pues estaba convencida de que algo tenía que estar mal con su hijo.
Cuando leyó sobre el síndrome de la autofermentación o etanol endógeno, una rara condición que hace que el intestino de quien lo padece convierta los carbohidratos en alcohol, comenzó a considerar la posibilidad de que el propio cuerpo de su hijo fuera la razón por la que éste pasará los próximos dos años en la cárcel. "Lo que pasa con esta enfermedad es que puedes andar por ahí durante días con dos, tres, o cuatro veces el límite legal de alcohol en la sangre y ser completamente inconsciente de ello", dijo Betsy Behne.
En un intento de probar esta teoría, los niveles de alcohol en la sangre de Behne se evaluaron en intervalos periódicos, en momentos en que no había estado bebiendo y que ni siquiera había tenido acceso al alcohol. "Estuvo en cuarentena en una habitación de hospital durante más de 24 horas y sus niveles de alcohol en la sangre fueron medidos de forma regular, y fluctuaron una y otra vez desde cero", le dijo Scott Croswell, abogado de Behne, a WXYZ. "El hospital sabía que no había consumido alcohol antes de que comenzaran las pruebas, y durante algunos períodos sus niveles de alcohol se dispararon. Subían, bajaban, subían, bajaban y, francamente, los números fueron algo dramáticos".
Saber qué causó su alto contenido de alcohol en sangre podría ser un alivio para Behne, pero no le sirvió de mucho en la corte: al estado de Ohio no le interesa cómo aumentan los niveles de alcohol en la sangre de un acusado, solo le importa el hecho de que estaba por encima del límite permitido, punto. El abogado de Behne cree que el juez "empatizó" con la condición de su cliente, pero eso no le impidió sentenciarlo.
Sin embargo, existe un precedente del uso del síndrome de autofermentación como defensa legítima ante un cargo de conducción en estado de ebriedad
. En 2016, una mujer de 35 años de Búfalo, Nueva York, fue detenida después de que se la viera "zigzaguenado por todo el camino" mientras conducía un automóvil con una llanta ponchada, lo cual produjo "una gran cantidad de humo y un notable olor a plástico quemado". Su declaración fue confusa, no pasó la prueba de sobriedad que le hicieron en el lugar y su nivel de alcohol en la sangre rebasó por mucho el límite con .33.
Su abogado finalmente contactó a la Dra. Barbara Cordell, una investigadora que ya antes había estudiado, escrito y visto esa condición. Ella refirió a la mujer a otro investigador del síndrome de la autofermentación, quien pudo diagnosticar a la mujer correctamente. (También fue sometida a una cantidad significativa de pruebas bajo condiciones controladas. En una ocasión, al estar siendo monitoreada por dos enfermeras y un asistente médico, su contenido de alcohol en la sangre llegó hasta 0.36, a pesar de no haber consumido ni una gota de alcohol). Los cargos por conducir en estado de ebriedad fueron retirados.
Matthew Hogg, quien ha pasado la mayor parte de su vida tratando de lidiar con el síndrome de la autofermentación, dijo que enfrentar esa enfermedad puede ser algo miserable. "Si consumiera una dieta normal con granos, frutas y alimentos procesados con azúcar agregada, todos los días experimentaría los síntomas que ya he descrito, pero he aprendido a adaptar mi dieta para minimizar la fermentación en mi intestino", le dijo a vice. "A pesar de esto, la causa subyacente de la afección no ha sido tratada con éxito, por lo que todavía sufro síntomas crónicos, como fatiga, dolores, intolerancia al estrés y al ejercicio y disfunción cognitiva, pero no los síntomas de una resaca aguda y grave".
En el caso de Behne, cree que sus síntomas podrían haber sido provocados por una prescripción de antibióticos que tomó en la universidad, o por el tiempo que pasó trabajando en el laboratorio de una cervecería local. (Parte de su trabajo requería que probara cepas de levadura, para asegurarse de que fueran aptas para ser utilizadas en el proceso de la elaboración de cerveza). Le dieron una dieta baja en carbohidratos y le recetaron un fuerte medicamento antimicótico después de su diagnóstico, y el juez recomendó que fuera "alojado en un hospital o centro médico" para que pudiera continuar tratando su condición.
Esa solicitud fue ignorada. Behne es parte de la población general en la Institución Correccional de Londres y come los carbohidratos que sirven normalmente en el comedor de la prisión. Dice que ha sufrido algunos "síntomas" durante su encarcelamiento, pero considera que los agresivos tratamientos que recibió primero sí le ayudaron.
"Lamento mucho lo que pasó", dijo. “Saber que esta condición fue la causa del accidente no hace que sea más sencillo. De cualquier manera, sucedió y lo lamento".
Jelisa Castrodale https://ift.tt/eA8V8J
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