Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.
En las paredes del edificio Old Kingsway en Jamestown —una histórica comunidad pesquera en Accra— el complejo mural de Amina Gimba está casi completo. Mientras firma su nombre en la parte inferior de la pieza, a solo unos metros de distancia el rapero estadounidense Mitchy Slick baja del escenario. Mo'believe, un cantante de folk urbano nigeriano con creciente popularidad en África occidental, toma el lugar de Slick en el escenario. Alborota a la multitud ya emocionada tanto en su idioma nativo yoruba como en el idioma local ga.
Apenas son las 8 de la noche de un día de agosto, y la emoción se está acumulando para celebrar la última noche del Chale Wote 2019, el festival de arte callejero más grande de África. Ahora en su novena edición, esta reunión anual de dos semanas de artistas y músicos atrae a 30.000 visitantes a Jamestown cada agosto, convirtiendo uno de los distritos más antiguos de Accra en una instalación de arte en vivo. Los niños corren por las calles mientras los adultos, ataviados en colores vibrantes, compiten entre sí para destacarse. Como un evento creado originalmente para promover a los artistas locales, Chale Wote alberga actualmente a más de 160 músicos, ilustradores, artistas y bailarines de todo el continente. Los organizadores describen este evento como una “celebración de amistad... y humanidad compartida”.
El festival de este año coincide con el bicentenario de la abolición de la trata de esclavos en África occidental y el año del regreso a Ghana, una iniciativa del gobierno de Ghana que tiene como objetivo alentar a la diáspora africana a reasentarse en el continente y conectarse con sus raíces. Para hacer esto, el gobierno retiró los requisitos de visa para los ciudadanos de Jamaica y modificó una ley de 2002 para facilitar que las personas de origen africano soliciten el derecho a permanecer indefinidamente en Ghana. En 2018, el turismo contribuyó con el 5,5 por ciento del PIB del país de África Occidental, y se espera que ese número aumente considerablemente este año.
Es el segundo año que Gimba expone en el festival. Pero ella me dice que Chale Wote ofrece más que una plataforma para mostrar su trabajo. Es una oportunidad para colaborar con otros artistas africanos que se han convertido en familia. Según Gimba, esta experiencia compartida y colaborativa es lo que hace que el festival se sienta como un hogar. El año pasado hizo un mural en la casa de Brasil, el primer edificio construido por los ciudadanos afrobrasileños que regresaron a Ghana después del tráfico de esclavos. "Dejas algo atrás cuando vienes a Chale Wote", me dice. "Para algunas personas, es el estrés. Para mí, es el regalo de mi trabajo".
Mo'believe regresará a Ghana a finales del año para presentarse en Afronation, llamado localmente el "Coachella de África Occidental". Su set en Chale Wote fue su primera vez fuera de Nigeria, y ya se ha enamorado de Ghana. "Chale Wote es mucho más que mi primera actuación internacional. Ha sido una experiencia espiritual para mí".
Además del arte y la música, los visitantes pueden participar en una gran variedad de eventos durante 12 días, incluyendo un laboratorio de cine en el Museo de Ciencia y Tecnología, un taller de clasificación de color para cineastas y fotógrafos nuevos y establecidos, y clases de baile. El festival también alberga conferencias sobre negritud, religión y experiencias compartidas como africanos. Pero las principales atracciones son las fiestas íntimas en salas poco iluminadas con DJs sin renombre que tocan sets de música house sudafricana.
Es la primera vez de Ibrahim Voodoo en el festival. A fines de julio se mudó a Accra desde Lagos con su esposa, en lo que inicialmente era una mudanza temporal de tres meses. Pero quedó tan impresionado por el espíritu y la intención de Chale Wote que decidió quedarse en Accra para siempre. Ibrahim quedó particularmente impresionado con la procesión de Homowo, un gran desfile que rinde homenaje al festival de la cosecha llevado a cabo por el pueblo ga de Jamestown, el cual celebra una antigua cosecha abundante que se produjo después de un largo período de hambruna en la ciudad. "Todos se unieron a la procesión, agradecidos por un triunfo pasado", me dice.
"Chale Wote es una experiencia disruptiva y caótica, cuyos participantes son expertos en lo que hacen, y eso es genial para la cultura africana", dice Okorie, investigador en curaduría del Instituto de Artes y Conocimiento ANO. "Está en la permanencia; las pinturas, murales y obras de arte se convierten en parte de la vida cotidiana de Jamestown durante al menos un año. Es un recordatorio de la magia ocurrida aquí, para los visitantes y para las personas que viven permanentemente en este espacio".
A continuación presentamos más fotos de Chale Wote 2019.
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