Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.
Se rumora que los millenials no tienen sexo, en este artículo hemos querido preguntarle a una de ellos si eso es verdad o no.
SABINA, 22
Calidad general de tus relaciones sexuales: 8/10
Frecuencia con que practicas sexo: 7/10
Grado de intimidad: 9/10
En general, ¿cómo te sientes con respecto a las personas con las que tienes sexo?: 10/10
¿En qué medida estás satisfecha con el tiempo de que dispones para practicar sexo?: 3/10
VICE: ¡Hola, Sabina! ¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo?
Sabina: Hace una semana.
¿Lo practicas con la misma frecuencia que tus amistades?
Sí, o incluso más.
¿A qué crees que se debe?
La mayoría de mis amigos están solteros y, por primera vez, yo también lo estoy, y las chicas heterosexuales que conozco se acuestan con hombres muy de vez en cuando, a pesar de que son súper atractivas. Y cuando digo “de vez en cuando” me refiero a una vez cada dos semanas. Muchas de ellas incluso menos, tal vez una vez al mes o algo así.
¿Qué opinas del estudio del British Medical Journal? ¿Las redes sociales tienen la culpa de que todos tengamos menos sexo?
Quizá las redes sociales no, pero sí las aplicaciones de citas, porque sabes que tienes opciones y que no te vas a morir solo porque ahí está Tinder para salvarte, así que sientes cierta seguridad.
¿Hay tantas opciones que la gente ya ni se molesta en elegir?
Sí. Yo crecí en Polonia, un país que fue bastante comunista. Ahí, cuando no había mucho donde elegir en el súper, te conformabas con lo que hubiera; era fácil decidir. Ahora Polonia es súper capitalista, y en los 90 llegó una oleada de productos que abrían las posibilidades a tal punto que de repente ya no sabías qué hacer con tantas opciones. Yo creo que eso mismo ha pasado con Tinder: siempre estás a un swipe de encontrar a la pareja ideal y eso puede terminar por ser abrumador para algunos.
¿Siempre has usado Tinder?
Sí, empecé a usarlo a los 18 años. Durante una época de mi vida solo tenía seleccionados a los hombres, luego hombres y mujeres, y ahora solo mujeres.
Háblame de cuando empezaste a cuestionarte tu sexualidad.
De adolescente, creía que el sexo era lo más maravilloso que hay en el mundo. A partir de los veinte, me empezó a aburrir soberanamente. Ya no era una prioridad y eso supuso un problema porque por aquel entonces estaba comprometida con un chico.
¿Qué signos indicaban que eras asexual?
Lo que más odiaba era que, con el sexo, hay muchos detallitos. Si sales de la ducha y a tu novio le apetece, es como, “No, tengo que cepillarme el pelo o se me enredará”. Esas pequeñas insignificancias a las que la gente no suele prestarles atención, a mí me molestaban mucho.
Claro, si se convierte principalmente en un inconveniente, dejas de querer hacerlo.
Exacto. Todo era inconveniente. Para otros será romántico, pero yo lo odiaba.
¿Cómo le dijiste a tu novio que eras asexual?
Se supone que nos íbamos a casar este año o el que viene, pero llegó un punto en que él ya suponía que yo era asexual, porque vio en mi móvil que lo había estado buscando en Google.
¿Te dijo algo?
Recuerdo que fue muy violento: estábamos viendo BoJack Horseman y salía un personaje que era asexual y que creó una aplicación para gente asexual. Fue muy raro verlo con él porque resultaba evidente que yo también lo era.
¿Cómo te hizo sentir ese cambio de actitud respecto al sexo?
Llegó un punto en que él quería practicar sexo y yo aceptaba a regañadientes cada dos semanas más o menos. Empecé a sentirme como una carga pero luego pensé que quizá era porque no me sentía atraída por él.
¿Qué te ha parecido la experiencia de acostarte con mujeres?
Bueno, tengo un problema cuando voy a los locales gay. Todo el mundo se arregla y prepara para ligar, pero nadie liga conmigo. Se lo estaba comentando a una amiga lesbiana y me dijo: “No me extraña, es que pareces superhetero”. No es tan fácil, porque incluso cuando estás en un sitio gay, la gente puede pensar que no lo eres.
¿Has vuelto a recurrir a las aplicaciones de citas cuando no has podido conocer mujeres en persona?
Al principio bajé una aplicación solo para lesbianas. No me acuerdo del nombre, pero recuerdo que me molestó mucho que pidiera que te definieras con categorías sexuales como escoliosexual y cosas así. Estuve con una amiga un buen rato intentando crear mi perfil pero no hubo manera. Era todo tan absurdo que lo borré y volví a Tinder, donde conocí a alguien.
¿Cómo fue el proceso de aceptar tu sexualidad?
Descubrí hace muy poco lo fluida que es la sexualidad. A estas alturas, creo que ya he pasado por casi todos los estados de la mía y siento síndrome del impostor en cada uno de ellos.
¿A qué te refieres?
Bueno, mi madre dice que estoy pasando por una “fase lésbica”, y en mi cabeza oigo una vocecita que me dice lo mismo. Entonces, ¿lo de ser hetero también fue una etapa? ¿La mitad de mi vida no es más que una etapa? Recuerdo encapricharme de chicas en el colegio y cosas por el estilo. Años después, estoy saliendo con chicas y no lo veo como una etapa. Entonces, ¿qué es?
¿Y qué tal fue lo de pasar de la asexualidad a ser lesbiana?
Buena pregunta. Creo que era asexual porque solo me veía saliendo con hombres. En mi cabeza era o eso o no estar con nadie. Siempre me he sentido como presionada a ser heterosexual y a llevar una vida acorde a eso, a hacer lo que la gente esperaba de mí. Pero acostarse con mujeres es mejor. Normalmente, cuando te acuestas con hombres, en cuanto terminan se acaba todo. Hay como una limitación de tiempo; tienes siete minutos para intentar…
¿Siete minutos?
Bueno, más o menos. Dependerá del hombre en cuestión. Pero con las mujeres es más fácil, no solo porque juegues con ventaja al conocer la anatomía…
Perdona un segundo: ¿el tatuaje que llevas en el brazo no es Trixie Mattel [una drag queen]?
¡Sí, la conocí ayer en Drag World y se lo enseñé! De hecho, Drag Race también me ayudó con el tema de mi sexualidad.
Cuéntame cómo fue...
Mi amiga me enseñó el primer episodio de la novena temporada y yo pensé: “Bien, esto es muy raro”, pero luego me enamoré de la serie. Es genial que haya un programa entero dedicado a la cultura gay para gente gay y que se acepte como normal. Algunas de las historias de los concursantes son muy interesantes y mucha gente se identifica con ellas. Yo incluso creo que mis padres piensan que soy gay por haber visto demasiado la serie [Risas].
Me alegro de que te sirviera de ayuda. Entonces, después de un periodo sin sentir deseo sexual, ¿la primera vez no te abrumó?
Pues sorprendentemente, fue muy fácil. Me gustó mucho más que acostarme con hombres porque siempre que lo hacía había un elemento de vergüenza implicado.
Ahora tu vida sexual es mucho mejor, ¿no?
Sí. El sexo con una chica es más fácil porque nunca te va a avergonzar ni humillar. Entiendes mejor el cuerpo de la otra persona. Es más emocionante e íntimo, también, supongo que por la novedad y porque de adolescente siempre lo vi como algo tabú.
¿Te refieres a ser gay?
De pequeña, cuando iba a una piscina pública, no miraba a las mujeres desnudas, no me atrevía. No sé por qué… No me parecía normal mirarlas de esa manera en que las miraba.
¿Sentías que no era correcto disfrutar viendo mujeres desnudas?
Sí, más o menos. Pero de niña no era consciente del concepto de cosificación. Solo pensaba que no debía mirarlas. Ahora, en cambio, las miro a todas horas y nadie me puede decir nada [Risas].
¿Cómo crees que maneja su sexualidad la gente más joven que tú?
Mi hermano es cuatro años menor y creo que la gente de su edad está menos obsesionada que nosotros con el sexo. Están más relajados y muchos esperan hasta sentirse preparados, lo cual me parece rarísimo. Yo perdí la virginidad a los 16.
Sí, para nosotros era casi como una carrera.
Exacto. ¡Yo fui la primera de mi grupo de amigos y estaba súper orgullosa!
Yo a los 15 años mentí sobre eso porque fui de las últimas de mis amigas en perder la virginidad, a los 19.
¿En serio? Yo tendría que haber hecho lo mismo. Sin embargo, simplemente fui y lo hice. Pero esa prisa por hacerlo es horrible. ¿Para qué tanta prisa, si al fin y al cabo la edad legal para hacerlo son los 16? A los 16 años pensaba que perder la virginidad a los 19 era muy tarde, pero no es así. Sigues siendo aún una niña. Estoy feliz de que la gente más joven que yo ya se haya dado cuenta de eso. Me siento muy mal por la gente que es diez años mayor que nosotros y que se vio un poco obligada a hacerlo. Es terrible.
Gracias, Sabina.
Nana Baah https://ift.tt/2kTKv14
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