"Concebir la felicidad como un estado permanente sería un error. Una teoría".
La felicidad tiene diversas formas, colores, momentos. Un estado emocional de bienestar necesariamente autopercibido –porque somos felices solo cuando nos damos cuenta de que lo somos, o que lo fuimos. Y dentro de ese contexto analítico, estamos frente a un sentir que se manifiesta solo de maneras breves y pasajeras, en instantes, puntos en nuestra linea del tiempo, casi como una unidad que mide nuestro medio positivo. Pensar en ella como un estado longevo, y peor aún, que podemos buscarla, perseguirla, encontrarla y tomarla por el resto de nuestros días, es una de las encrucijadas más absurdas del hombre contemporáneo. Y de eso, más o menos, va el nuevo tema de The Guadaloops.
Después de lanzar una versión de sesiones de La Viuda, la agrupación de raíces regias –con la excepción de Franco Genel del Distrito– regresa a entregar lechuga fresca con "La Teoría de la Felicidad", primer adelanto de Soma, disco que preparan para entregar de manera entera antes de que finalice el año. El tema se siente como vuelta al pináculo de los poderes de Ferdi, Franco y Fermín, donde una guitarra al natural funciona como base de hojas que crujen cuando las secuencias y el drumkit aparecen pisando dentro de la hermosa terrosidad que surge de ese mestizaje sonoro, entre orgánico y sintético, entre coros de poder y raps multicapas, entre sentimentalismo abstracto y artesanía de la palabra, que hace de los Guadaloops una de las propuestas permanentemente relevantes en la música independiente latinoamericana.
"La Teoría de la Felicidad" viene acompañado de un video dirigido por Ramiro Medina Flores y producido por La Tuna Group y Monsterfly Studios, donde un hombre –retratado por el mítico actor mexicano Mario Zaragoza– habita un mundo postapocalíptico donde peregrina dentro del absurdo intento de encontrarse cara a cara con la felicidad, dándose cuenta que una vez que se desprende de intenciones, ideas prescritas y paradigmas, la sonrisa estuvo esperando.
Para platicar más del track, de su nuevo disco, de la presentación que preparan en el Lunario junto a los Petit Fellas el próximo 26 de octubre y varias cosas más, me reuní con el trío estelar de los Loopitos y esto me contaron:
VICE: A ver, pues de entrada hay que acudir al concepto del track y preguntar: ¿qué representa la felicidad para ustedes? ¿es un concepto teórico?
Fermín: Cuando estuvimos debrayando sobre el nombre del tema, llegamos a este punto donde tiene que ver creo más bien con intentar generar una conversación sobre el cuestionamiento de los pilares con los que nuestra generación ha sido criada. Muchas veces lo hemos discutido nosotros tres, como se nos hace, quizás no sea la mejor palabra pero simple, o muy unidireccional, la idea de buscar la felicidad. Y entre conversaciones salió esta idea, creo fue Franco quien lo mencionó, que la felicidad es teórica, porque en realidad uno experimenta momentos de tiempo donde es feliz, digamos, pero también periodos de tiempo donde se sufre, se es triste, o se es nostálgico, todos esos colores. Y luego también está esa obsesión de nuestra generación de perseguir como objetivo principal la felicidad.
Y es que, vaya, de entrada ni siquiera sabemos cómo definir y entender la felicidad.
Fermín: Claro, es un concepto abstracto, pero creo que sí se ha podido resumir en eso, en momento felices, pero son momentos, no un estado permanente. Siempre lo he dicho que por eso a mí me gustaría hacer películas, porque una canción es un espacio muy breve para explicar una idea, así que hemos tenido que reducir todo a una imagen sencilla que represente todo lo que queremos abordar, y en mi caso, en la letra que canto yo, hago referencia o tiene ciertas imágenes que a lo que van es que esta ansiedad que tenemos –que también es un padecimiento generacional– se interponen en ese estado breve de felicidad. También quiero agregar que la manera en que últimamente hemos estado haciendo música y ordenando conceptos ha sido de manera un poco más abstracta, y quizás hasta más poético, donde el mensaje tal vez no es tan directo, pero lo hemos hecho así para que pueda ser interpretado de acuerdo a quien lo escuche.
Entonces, en esta idea de romantización de la felicidad, quizás hablamos de un concepto melancólico y nostálgico, ¿no? Donde nos preocupamos por la felicidad en el pasado o en el futuro, pero no necesariamente en el presente.
Fermín: Creo yo que acá no hay una perspectiva tan romántica.
Franco: A mí me gustó mucho como lo puso Fermín, y en realidad creo que explico bien cómo llegamos a la idea. Por sumar algo creo estar de acuerdo en que abrimos los caminos de nuestros conceptos a sensaciones más abstractas y poéticas. Fíjate que yo podría agregar que todo este tema de la teoría de la felicidad a mí me hace sentido porque es una cosa instintiva we, no lo tengo que explicar tanto. El concepto quizás da para hacerlo así, para explicarlo más ampliamente, que en realidad tan amplio no lo es, un álbum de diez piezas, pero digo que el concepto se presta más a un sentido instintivo que teórico porque así lo siento. De repente es más duradera la sensación de estar chido pero seguido no, ¿sabes? En mi caso mi proceso es así, instintivo escribiendo hasta textos significativamente más extensos de los que hace Fermín, entonces termina habiendo un trabajo que es más metódico y donde también hay una labor de corrección. Con él siempre hacemos las correcciones de manera pertinente, aunque ya nos conocemos y hay cosas que solo nos mostramos y fluyen sin mucha explicación en el otro. Sí discutimos mucho sobre ideas concretas, recuerdo justo para este tema, para “La Teoría de la Felicidad”, yo creo que cambie unas cinco o hasta seis frases que decían cosas similares pero que cuando las platiqué con Fermín me preguntaba “¿qué estás intentando decir?”. Me acuerdo de la parte de “ahora hay que ir a la inversa a forcejear las creces” donde yo decía originalmente “¿por qué hay que ir a la inversa a forcejear las creces?”, refiriéndome concretamente a que es una cosa absurda y equivocada el pensar que hay que estar yendo constantemente contra la corriente, y la pregunta surgía en un sentido de propuesta, sintiendo mi humanidad justificada. Al final Fermín sugirió cambiar el por qué a ahora, “ahora hay que ir a la inversa”, como consecuencia de la frase anterior. Entonces eso, discutimos las cosas y bajamos ideas concretas, es una cosa que se ha vuelto importante para esta banda, quizás por una cosa de inercia de cómo hemos venido trabajando.
Fermín: Sí, definitivo siempre está la retroalimentación, de ambas partes. Y si me permiten, ahora me gustaría muchísimo hablar del papel que está jugando la música en este disco porque casi no ha intervenido nadie más que Ferdi por primera vez, es la primera vez que él ha puesto casi todo el layout para nosotros, y con eso el mood también, hay mucha emoción, cada vez más, de acuerdo a esas transiciones cuando truena el beat o donde flota la armonía. Son elementos de Fer que ahora que me puse a ver las memorias de hace dos años salió cuando empezó a manejar esta máquina, el OP-1…
Franco: ¿Neta ya llevas dos años con el OP Uno?
Ferdi: Sí we.
Fermín: Pues es que eso es toda una conversación porque es una máquina que para empezar ha ganado premios de diseño y todo, y lo que siempre discutimos es que cómo hay máquinas que moldean la manera en que se hace música. Como cuando salió la guitarra eléctrica, que cambió cómo se escuchaba y la manera en que se tocaba con esa resonancia casi infinita, y a partir de ahí nacieron estilos…
Sí pues todas esas máquinas, el [Roland] 808 chance el más famoso…
Ferdi: Exacto.
Fermín: O el [Akai] MPC, que según los documentales que he visto lo bonito de ese modelo clásico es que era una sampleadora con tiempo limitado, los samples tenían una duración, no como ahorita que puedes ponerle un track de sample si quieres, yo tengo un MPC de ahorita y puedo hacer eso. Y eso era lo bonito, que esa misma limitación que tiene la máquina es de alguna forma tierra para el estilo. Esas son cosas que marcan generaciones, y es algo de lo que se tendría que hablar creo. Ahora mismo hay pocos individuos manejando esa máquina [OP-1] en México, y Fer es uno de ellos. Aparte está bien chido porque las limitaciones que tiene de ¿cuatro tracks?
Ferdi: Sí, son cuatro tracks.
Fermín: Es que eso te moldea la manera de hacerlo wey, puedes encontrar un hilo conductor entre la música a partir de que fue hecho con esa máquina. Independientemente de que haya samples e instrumentos que Fer mismo grabó, la guitarra la grabó él a pesar de que yo soy el guitarrista, grabó el riff, lo moduló y demás, la máquina tiene su papel. Hay toda una conversación alrededor de estilos en la música de este disco.
A ver Ferdi, platícame entonces qué rollo con el OP-1. ¿Qué es, qué te permite hacer y qué papel jugó en la producción de este disco?
Ferdi: Es una especie de evolución de un sampler, desde el MPC ya era un secuenciador con sampler y esta es una clase de evolución de lo mismo con un poco de síntesis digital ahí agregada. Está muy hecho a la manera de que sea intuitivo, que todo esté hecho por dibujitos, no por parámetros que son complicados si no estás entrenado en esta onda de la síntesis o de la producción del audio. Y es que luego te da miedo, agarras un MPC y solo ves números y no lo quieres ni tocar, pero el OP-1 su cualidad principal creo que es justo que rompe con esa onda tan técnica de ver parámetros. El proceso entonces también se vuelve diferente porque estás viendo el botón azul y no otra cosa, entonces tiene que ver más con el oído porque aprietas un botón y escuchas lo que hace, sin saber en realidad lo que está pasando. Eso es lo principal, aunque como dice Fermín tiene sus limitantes, cierto espacio de almacenaje, cierto límite de sonidos, pero en general es una máquina bastante poderosa. Creo que lo principal que marcó diferencia para mí es la parte de la pila jajaja, no tiene nada que ver con el sonido pero es que si la batería ayuda mucho, puedes tenerlo hasta dos días sin cargar y sirve. También el aspecto de la portabilidad, que puedes ir en el avión trabajando beats, que aunque al principio puede ser visto como algo simple ya luego se traduce a “wow, esta idea la saqué en un parque”, y si no hubiera tenido manera de hacerlo ese día, quizás no existiría una canción. Entonces es eso, más una onda de poder aprovechar el momentum que luego tienes para poder sacar las cosas. Yo normalmente trabajo las ideas principales en el OP-1 y ya luego las traduzco a la computadora donde se desarrolla más y todo. Y pues sí, también trae una especie de micrófono como de teléfono ahí medio lo-fi pero no tanto, donde puedes grabar y te da algo, por ejemplo acá la guitarra la grabé directo ahí y me dio un sonido chido, con texturas que me gustan. Ahí vas moldeando tu workflow de acuerdo a la herramienta. Entonces sí, es una buena máquina, por eso dicen que es el MPC de nuestra generación.
Fermín: Yo soy el más grande aquí de los tres y me tocó la transición de crecer queriendo hacer música con guitarras a este momento donde hay otras herramientas, y he podido ver de qué manera ha cambiado el hacer música a través de la tecnología. Hay muchos ejemplos en cuanto formatos, almacenaje, programas, etc. Y todavía no veo el desenlace, no veo hasta dónde nos va a sensibilizar.
Ferdi: Y es que aparte ya pasamos esa época donde todo se hacía digital, donde las baterías que se grababan en estudio después se reemplazaban, esa época por ahí de 2005 o algo así. Creo que ahora estamos en una era donde ya comprendemos las máquinas tanto que ya decimos “ok, ahora quiero una guitarra”, como empezando otra vez a entender de lo que nos habíamos alejado un poco, por así decirlo.
Fermín: Ya hicieron las paces los dos mundos.
Ferdi: Ajá. Llegamos a un punto donde sabemos lo que da y lo que no da el OP-1 y donde si buscamos otra cosa quizás podemos acudir a un piano. Nos tardamos un rato en llegar, en comprender y disfrutar las máquinas por sí solas, pero creo que ya estamos ahí y podemos ver hacia los dos mundos.
Franco: Una perspectiva 360, ¿no? En lugar de estar viendo hacia un solo lugar ahora ves hacia todos lados al mismo tiempo. En este aspecto sí me gustaría hacer énfasis particular en que para este disco usamos beats que Ferdi construyó en un periodo de casi un mes, estuvo mandándonos una selección que creo no pasó de los treinta beats y con eso fuimos escogiendo y trabajando. Y quiero hacer énfasis en eso porque creo que fue una decisión, reciente porque seguimos metidos en el proceso del disco, pero también padre porque creo que tiene mucho que ver con el mismo concepto de la felicidad. Toda la idea del carpe diem y demás, que sí tiene un fundamento trascendental en el budismo, fue nuestra manera de decir “claro, esto es en este momento lo que pasa y lo que sentimos, y vamos a dejarlo ser sin fijarnos que está pasando alrededor”.
Ahora, retomando un poco de lo que me decían antes, los Guadaloops parecen haber llegado a este momento donde usan la palabra no solo de manera estética y retórica –con su máximo ejemplo en “Hombre Caja”–, si no que parecen haber llegado a una nueva dimensión poética a partir de este nuevo track y de lo que fue “Caoscrito”. ¿Cómo se dio esa búsqueda o intención?
Fermín: Pues fue una cosa que fue apareciendo de manera natural, tampoco creo que haya sido una vuelta en el espectro, de cantar absurderas a lo más y mejor pensado del mundo. Creo que tiene una intención de volverse concreto, una intención muy simplista de, y es mi opinión personal, no caer en el José Alfredo Jiménez si no tienes cuidado, que es una persona que decía cosas muy concretas pero que también su universo estaba muy limitado. Y fue el mejor, en esa época donde se decían cosas muy sencillas, te quiero, te extraño, te fuiste, etc. Nunca hemos tenido reglas sobre lo que hacer o no, y más bien fuimos evolucionando un poquito el lenguaje a que se convirtiera en un lenguaje con apertura. Es decir, que mucho de las decisiones que toma Franco, y también de lo que escribo yo, pasa más por una cuestión fonética que de entropía, de intentar meter un mensaje por ahí. Son decisiones que pasan por lo fonético, sin caer tampoco en cosas como…
Franco: En monosilábicos…
Fermín: Sí, en lo que hace este tipo, ¿cómo se llama? Mmm no recuerdo.
Ferdi: ¿Eminen?
Franco: ¿Peña Nieto?
Ferdi: ¿Quién?
Franco: Da contexto.
Fermín: ¡Mike Patton! Ese wey cuando escribe no ha de entender ni lo que está diciendo, está enfocado totalmente en que las palabras se escuchen bonitas, que creo es un estilo muy similar a lo que hace Franco. Franco es un maestro panadero de las palabras, las hace sonar hermosas y veo a la gente reaccionar frente a ellas, que les encanta y a mí también. Yo que estoy cerca pienso “si vieran la capacidad que tiene de amasar un ingrediente y luego otro para sacar una trenza perfectamente hermosa” pues quedarían más encantados todavía. Creo que es algo que ha ido avanzando conforme nosotros avanzamos. Y yo por el contrario, he tratado de que aunque tiendas a pensar algo cuando lo escuches, haya una palabra que rompa con lo que esperabas escuchar en una canción. Pero es una búsqueda.
Franco: Sí, totalmente. Para mí si el pedo se reduce mucho a decisiones estéticas, porque soy una persona a quien le provocan una atracción especial las palabras, pero creo que se reduce a ambas cosas. Soy un vato que lleva ya catorce años haciendo rap, desarrollando mi estilo, y aunque sigo en mi búsqueda, me ha influenciado todo lo que he escuchado en este tiempo. Ahora, también ya tengo 30 años y no 18, así que he pasado por una especie de maduración personal y emocional que se traslada al oficio. Y pues eso, mucho de cómo decidimos la manera en que las palabras ocupan los espacios tiene que ver con la fonética y con la manera en que a mí me gusta escuchar y hacer rap, lo que para mí significa rapear bien.
Ahora sí, yendo de lleno al nuevo disco, regálenme su ficha técnica. ¿Cuándo, cómo, con quienes se hizo?
Ferdi: Se va a llamar Soma. Creo que lo mencionó hace ratito Franco.
Franco: Sí, se va a llamar Soma, que creo es justo el ejemplo perfecto de cómo llegamos a un concepto que una vez que lo tienes y lo justificas parece bastante sólido, y que a nosotros de verdad nos da para involucrarnos en el pedo de que tenga sentido y sea interesante. Surgió también como de un pinche accidente, porque estábamos pensando cómo conectar el evento del Lunario, y decidimos que íbamos a sacar un EP de dos canciones, aunque después Fermín tuvo otra idea. Si te has dado cuenta nos gusta mucho reciclar nuestro propio pedo, reversionar nuestras canciones, ahí están los materiales de sesiones que hicimos. Y bueno, Fermín tuvo la idea de hacer un EP donde una canción fuera “Caminar” y otra “Sonreír”, que son palabras que salen del coro de “Cada que es abril”. Un poco de ahí bajé la idea de Soma, que, repito, decisiones estéticas, es una palabra que me gusta mucho. Ahí en casa de Fermín nos pusimos a investigar un poquito más de la etimología de la palabra previo a que aparece en Un Mundo Feliz de Huxley, y llegamos hasta el tema del elixir de los dioses en las culturas prehispánicas. Entonces nada, de nuevo fue llegar de una manera accidentada a un concepto que suena congruente ya una vez que lo justificas. Pero sí, definitivamente nos está dando un jugo explorable para ir trabajando en esto, en el disco. Una vez en que pensamos en ese concepto, decidimos que tenía que ser más extenso, que tenía que ser un álbum. Es así, bro, en realidad siempre llegamos a las cosas como por accidente, pero siempre tenemos también la curiosidad de resignificar las cosas. Ferdi también ha tenido mucho que ver con eso porque hemos tenido la intención de que sea distinto a La Viuda, que sea más ligero de oír, que sea entre nosotros tres, con muchos elementos de electrónica y listo. Todo viene de la confianza, del trabajo previo, todo ayuda para que cuando llegan estos nuevos compromisos se puedan meter en este envase estético.
Fermín: Este año debe de quedar Soma, tenemos la meta de que cariñosamente terminemos de trabajar el disco este año. Estamos ahorita en esta gira donde andaremos tocando nueva música, tenemos el Lunario el 26 de octubre, vienen los Petitfellas de Colombia a tocar, con quienes estamos haciendo una especie de intercambio cultural porque pronto vamos a tocar allá. También está lo que hicimos con este chico de Guatemala, Kontra Marín, que hace poco fuimos a tocar allá y nos atendieron muy bien. Entonces hay varias cosillas por ahí.
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