Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.
Ante la avalancha de noticias falsas y teorías de conspiración que vemos por Internet sobre el coronavirus, no es de extrañar que muchos famosos traten de arrojar luz sobre lo que ocurre. Es el caso de Kim Kardashian, que el 12 de marzo tuiteó: “Kourtney acaba de pasar esto por el grupo” con la captura de pantalla de un libro que alguien había compartido en el muro de Facebook de Kourtney. Era una predicción sacada de un libro publicado en 2008, End of Days: Predictions and Prophecies about the End of the World [El fin de los días: predicciones y profecías sobre el fin del mundo], de Sylvia Brown, una médium famosa. En ella se hablaba de la llegada del coronavirus en 2020:
"En 2020, una enfermedad grave parecida a la neumonía se extenderá por todo el mundo, atacando los pulmones y los bronquios y resistiendo a todos los tratamientos conocidos. Casi más desconcertante que la enfermedad en sí será el hecho de que desaparecerá de repente tan rápido como llegó, atacará de nuevo diez años después, y luego desaparecerá por completo”
El tuit de Kim inevitablemente provocó que miles de personas compraran el libro en Amazon y le dieran cinco estrellas, principalmente, porque la primera parte de la predicción habla de dinero y segundo, porque todos tenemos un montón de tiempo libre en este momento.
No todo el mundo se alegró de ver que la Kardashian compartía este tipo de información. En Twitter, alguien contestó a Kim diciendo: “Es una irresponsabilidad, señora”. Así que, en aras de la responsabilidad, me he leído End of Days. Esto es lo que he aprendido sobre el apocalipsis y Browne.
End of Days comienza así: “Estoy cansada de estar asustada, sé que tú también”. Al parecer, hace 12 años también la gente tenía miedo del mundo moderno y necesitaba una respuesta a esa inminente sensación de perdición que tenían. Browne escribe que los males del mundo serían muchos, incluidos los malos políticos y los titulares sin fin. (Suerte que no vivió para ver la realidad de las noticias falsas o los ciclos de noticias de 24 horas).
Browne murió en 2013 en San Jose, California, siendo millonaria. La autora escribió más de 40 libros sobre temas de espiritismo y clarividencia y apareció frecuentemente en televisión y radio para hablar de sus poderes. En 2008, el año en que publicó End of Days, Browne cobraba más 700 dólares por una sesión de 20 a 30 minutos de adivinación. Teniendo en cuenta que normalmente la sesión cuesta entre 55 y 160 dólares, era bastante dinero.
Muchas veces se cuestionaron sus habilidades paranormales tras descubrirse que sus predicciones y afirmaciones eran falsas, incluidas pistas sobre gente desaparecida. De hecho, en su mayoría, las predicciones de End of Days que tienen una fecha nunca ocurrieron. El resto son tan vagas y obvias que lo raro hubiera sido que no sucedieran.
Browne aseguraba en el libro que el resfriado común desaparecería en 2010 “para disgusto de innumerables compañías farmacéuticas” y que en 2020 no habría ciegos ni sordos. Sobre el cáncer dice que desaparecería, al igual que la anorexia y la bulimia. Lo más raro es que dice que la infertilidad en hombres y mujeres aumentaría porque “el fin de los días” estaría cerca y menos espíritus querrían reencarnar y estar en la Tierra cuando dejara de existir. También que el mundo acabaría pronto, claro está, como resultado del cambio climático.
Si hay alguna verdad universal que extraer del libro de Browne es que desde que existe, la humanidad ha intentado siempre predecir el apocalipsis.
He aquí algunas predicciones históricas sacadas del libro: unos astrólogos predijeron una inundación global que destruiría el mundo entero en 1524 y luego la segunda venida de Cristo el 28 de abril de 1583 a mediodía. El 13 de octubre de 1736, muchos se prepararon para la gran inundación que había predicho William Whitson, un teólogo y matemático británico. El 17 de diciembre de 1919, según Albert Porta, un sismólogo y meteorólogo, una conjunción específica de seis planetas crearía una corriente magnética tan fuerte que haría explotar al Sol y se tragaría la Tierra. Luego tenemos, claro está, el problema informático del año 2000, Y2K.
Querer saber qué va a pasar es una respuesta muy humana ante un mundo en constante cambio que produce ansiedad. Sabemos con seguridad que todos vamos a morir, ¿pero y si ocurre algo mucho más grande que nos lleve a todos? Construimos una narrativa de nuestra vida que le da significado e importancia a la misma. Esperamos que las cosas estén conectadas, aunque lo que en realidad pasa sea mucho más confuso y decepcionante. “Es una característica humana indiscutible que nos sentimos más seguros si sabemos qué ocurre al final de la historia, especialmente cuando se trata nuestra historia”, escribe Browne.
En 2003, en el programa Larry King Live la famosa psíquica predijo que moriría a los 88 años. Sin embargo, ocurrió a los 77, en 2013. Nadie puede ver realmente su final, por razones obvias y poco románticas. Si pudiéramos saberlo, el miedo nos mataría.
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