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viernes, 29 de mayo de 2020

Científicos encontraron cannabis en un antiguo altar de tiempos bíblicos

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

El Reino de Judá, una civilización de la Edad del Hierro ubicada en las inmediaciones de Jerusalén, ocupa un lugar destacado en la Biblia Hebrea, que la distingue como un sitio de encanto cultural generalizado.

Pero ahora los arqueólogos han resuelto por casualidad un misterio que probablemente nunca haya sido abordado en ninguna clase de la escuela dominical: sí, algunos judaítas inhalaron deliberadamente vapor de cannabis, y sí, probablemente lo hicieron para drogarse.

Este increíble hallazgo es el resultado de estudios cromatográficos de residuos encontrados en un altar que data del siglo VIII a. C. Los resultados representan "la primera evidencia conocida de una sustancia alucinógena encontrada en el Reino de Judá" y "la primera evidencia del uso de cannabis en el antiguo Cercano Oriente", según un artículo publicado el jueves en la revista Tel Aviv.

"Nuestra evidencia de cannabis es la primera en nuestra región", confirmó en un correo electrónico el coautor del estudio, Eran Arie, curador arqueológico de la Edad de Hierro y el Periodo Persa del Museo de Israel. El descubrimiento "fue desde luego una gran sorpresa", agregó.

El altar de piedra caliza que contenía el cannabis carbonizado fue hallado en el "Lugar Santísimo", un espacio sagrado en Tel Arad, una antigua fortaleza en el valle de Beerseba de Israel. Las excavaciones en Tel Arad comenzaron en la década de 1960, durante las cuales se tomaron muestras del extraño residuo del altar, pero las pruebas de su contenido químico no resultaron concluyentes. El Lugar Santísimo fue transportado al Museo de Israel en Jerusalén, donde ha sido una atracción principal durante décadas.

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Vista aérea de Tel Arad. Imagen: אסף.צ en el proyecto Q52

Tanto Arie como Dvory Namdar, investigador principal del Centro Volcani de Investigación Agrícola que codirigió el estudio, decidieron que era hora de volver a analizar el residuo con técnicas modernas más precisas. Además de identificar los restos de cannabis, el equipo también analizó los residuos encontrados en la parte superior de un altar más alto en el santuario, que resultó ser incienso.

Entonces, ¿quién fue el dealer de hierba del Reino de Judá? Es una pregunta desafiante dada la naturaleza sin precedentes del hallazgo.

"Hasta la fecha no tenemos ninguna información sobre la forma en que el cannabis pudo haber llegado a Arad en general o al Reino de Judá en particular", dijo Arie. "Sin embargo, dado que sabemos que el incienso proviene del sur de Arabia (actualmente Yemen y el sur de Arabia Saudita), en teoría estas regiones podrían haber sido utilizadas como sitios para el comercio de cannabis".

"Solo los hallazgos futuros ayudarán a resolver estos acertijos", agregó.

De hecho, otro acertijo fascinante es averiguar con exactitud el papel que desempeñaron el cannabis y el incienso en los rituales del santuario. Según los resultados del estudio, los ingredientes botánicos fueron mezclados con otras sustancias para ayudarlos a arder mejor y emitir vapores: grasa animal para el incienso y posiblemente alguna variedad de heces de mamíferos para el cannabis.

El cannabis del altar también carecía de semillas o polen discernibles, en contraste con la antigua marihuana encontrada en otros sitios arqueológicos en Rusia y China. Por esta razón, Arie y sus colegas especulan que probablemente fue importado a Tel Arad como resina seca, en otras palabras, hachís.

Estos detalles implican que el cannabis desempeñaba "un papel psicoactivo deliberado" que encaja con el "uso frecuente de materiales alucinógenos para fines de culto religioso en el antiguo Cercano Oriente", según el estudio.

"Podemos suponer que la fragancia del incienso creaba un ambiente especial para el culto en el santuario, mientras que la quema de cannabis llevaba a algunos de los sacerdotes y fieles a un estado religioso de conciencia (éxtasis)", explicó Arie. "Es lógico suponer que fue una parte importante de las ceremonias que tuvieron lugar en el santuario".

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El altar de mayor altura con incienso (izquierda) y el altar de menor altura con cannabis (derecha) en exhibición en el Museo de Israel, en el Lugar Santísimo. Imagen: Colección de la Autoridad de Antigüedades de Israel, Foto © Museo de Israel, Jerusalén, por Laura Lachman

Si bien suena como una intensa experiencia religiosa —o al menos una fiesta interesante— la pequeña escala del santuario sugiere que había un número limitado de personas presentes en los rituales, probablemente la élite de Tel Arad. El resto de los habitantes de la fortaleza pudieron haber llevado a cabo las celebraciones en el patio cercano, especuló Arie.

Cualquiera sea la naturaleza de estas ceremonias de consumo de cannabis, parecen haber durado solo dos generaciones, como máximo. Los estudios arqueológicos del santuario indican que estuvo en uso del año 760 o 750 al 715 a. C. —o quizá, solo un par de décadas dentro de ese período— antes de que fuera enterrado deliberadamente, lo que permitió que permaneciera intacto durante miles de años.

Existe un debate sobre por qué los judaítas de Tel Arad enterraron el santuario. Las explicaciones van desde reformas religiosas realizadas durante el gobierno del rey Ezequías hasta un intento preventivo para proteger el valioso espacio de invasores como los asirios. Cualquiera sea la razón real, esta sepultura fue un movimiento inteligente para la posteridad, ya que permitió "una muy buena preservación del material orgánico en los altares", según el estudio.

Entonces, ¿cuáles son las probabilidades de obtener marihuana más antigua —me atrevería a llamarla bibliocannabis— en esta región de riquezas arqueológicas? Los arqueólogos han encontrado aproximadamente 50 altares de piedra relacionados con los artefactos de Tel Arad, cuyo origen proviene de los antiguos reinos de Israel, Judá, Moab y las ciudades-estado filisteas, según Arie.

"El problema", aclaró, "es que debido al clima húmedo de Israel, el material orgánico se deteriora y no puede preservarse".

Sin embargo, otro equipo de arqueólogos encontró material carbonizado en dos altares en Jordania (la antigua Moab), que aún no ha analizado químicamente. Es posible que los próximos estudios de esas muestras —y cualquier otro objeto relacionado con actividades religiosas— puedan arrojar más información sobre los orígenes, el transporte y el uso de sustancias como el cannabis en el antiguo Cercano Oriente.

Por ahora, basta con apreciar la novedad de haber hallado cannabis en un reino perdido tan celebrado a través de la historia.

"La presencia de cannabis en Arad es prueba del uso de sustancias que alteran la mente como parte de los rituales religiosos en Judá", concluyó el equipo en el estudio. "Las plantas detectadas en este estudio pueden servir como fuente extrabíblica para identificar el incienso utilizado en las prácticas de culto no solo en Arad, sino también en otras partes de Judá, incluida Jerusalén".

Becky Ferreira https://ift.tt/2AgAL8C

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