Artículo publicado originalmente por VICE Canadá.
Como alguien que nació a principios de los 80, tengo vívidos recuerdos de mí hablado con mi novio por teléfono, acostada en la cama, con los dedos enredados en las espirales del cable telefónico. Él asistía a una escuela diferente en otra ciudad, por lo que el teléfono fue el medio por el que desarrollamos nuestra relación, lentamente, durante llamadas telefónicas que duraban horas intercaladas con visitas al centro comercial, donde nos tomábamos de la mano y comíamos nachos.
A medida que las relaciones comenzaron a desarrollarse en línea, en mis 20 y 30 años, enfrenté un mar de rostros y rondas de swipe a la derecha e izquierda, lo que me llevó a anhelar aquellos días menos vertiginosos cuando tenía tiempo de que las cosas se desarrollaran lentamente con una persona, sin presiones de tiempo ni la urgencia de las citas modernas. Me resulta desalentador el deseo de la gente por obtener gratificación instantánea, así como sus expectativas poco realistas de que haya magia y fuegos artificiales en la primera cita para que pueda haber una segunda. Odio la ineficiencia de los mensajes de texto y siempre estoy deseando que más personas simplemente tomen el teléfono y te llamen. Cuando mi novio actual se fue a Europa después de haber estado saliendo en citas durante el verano pasado, empezamos a hablar todos los días por WhatsApp, hasta que regresó a fines de agosto. Fue como si estuviera en la preparatoria otra vez. Y fue glorioso.
Si bien no esperaba que una pandemia fuera el catalizador de un cambio en la forma en que abordamos las citas en línea, sí pensaba que algo tenía que cambiar. Y ahora, la incapacidad de ver y tocar a la gente en persona ha alterado de manera importante el proceso de las citas en línea. Como ya no es posible obtener la gratificación instantánea de un encuentro casual ni de tener algún tipo de intimidad física con alguien nuevo, los que están disponibles en el mercado tendrán que usar algo que, en mi experiencia, es bastante difícil de encontrar: intimidad emocional. ¿Será la pandemia aquello que vuelva a darle a las citas un carácter más pausado? ¿La intimidad emocional hará su tan esperado regreso?
Las aplicaciones de citas en línea han respondido a la nueva realidad del COVID-19 con rapidez y entusiasmo. Tinder ha creado Passport, una función de pago que te permite cambiar tu ubicación virtual para que puedas ligar con gente de todo el planeta. OkCupid, que depende de que los usuarios respondan algunas preguntas para asignar un nivele de compatibilidad mediante algoritmos, ha agregado preguntas relacionadas con las citas virtuales para ayudar a aquellos con formas de pensar afines a encontrar una conexión; estas preguntas fueron respondidas 40 millones de veces tan solo en marzo. También desarrolló una lista de ideas de citas digitales, como hacer dibujos uno del otro, resolver crucigramas o, algo un poco menos romántico, hacer su declaración de impuestos juntos.
Los usuarios también están cambiando. Según Tinder, a medida que un área se ve más afectada por el virus, las nuevas conversaciones florecen y duran más. Desde mediados de marzo, los mensajes diarios han aumentado entre 10 y 15 por ciento en los Estados Unidos, y hasta 25 por ciento en las zonas más afectadas, como Italia y España, dijo la compañía. Las biografías de Tinder ahora están llenas de de frases como "Quédate en casa", "Mantente a salvo" y "Lávate las manos". Sin ningún lugar a donde ir, ni nada que hacer, la gente está recurriendo al mundo de las citas en línea para sentirse conectado con alguien y encontrar consuelo.
Claramente, las personas quieren sentirse conectadas incluso si no pueden tocarse. Pero, ¿qué hacen cuando encuentran a alguien o a algunas personas que les gustan? Las citas en sí han cambiado de la noche a la mañana. Dado que no hay reglas reales sobre qué hacer en una pandemia, quienes quieren tener una cita tienen que resolver cómo lograrlo un paso a la vez. Logan Ury, científico conductual y coach de citas que anteriormente codirigió el Laboratorio Irracional, el equipo de economía conductual de Google, me habló sobre las oportunidades únicas que traen consigo las reglas de distanciamiento social. "Es una oportunidad de analizar nuestros valores predeterminados y de cuestionar el status quo. En general, las personas simplemente siguen un camino ya determinado, (pero) ahora, no hay un camino obvio".
Hay una amplia variedad de experiencias en citas, desde las casuales y coquetas hasta propuestas a largo plazo e, incluso, arriesgadas.
Carlyn, una mujer de color de 28 años cuyo nombre ha sido cambiado para proteger su privacidad, ha estado usando aplicaciones de citas en línea intermitentemente por algunos años, con dos relaciones de largo plazo derivadas de esa experiencia. Regresó a Bumble hace dos meses y ha notado un cambio en su experiencia durante la pandemia. "Generalmente soy muy exigente y escrupulosa. Antes de esto, solo le habría dicho que sí a unas pocas personas. Ahora que estoy aislada, he descubierto que la calidad ha aumentado. Me gustan más personas", dijo.
“La gente tiene una actitud mucho menos impertinente. En el pasado, me han enviado fotos de sus penes desde el primer momento".
Raj Patel, un hombre de 35 años que trabaja en la industria del cine, se describió a sí mismo como "no soy el prototipo de lo que todo hombre gay está buscando: llevo un turbante, no tengo marcados los abdominales". Su experiencia ha sido muy diferente. Aunque antes de la pandemia le resultaba difícil conocer gente en Grindr y Bumble, ahora recibe mensajes de personas que antes no le hubieran escrito jamás con propuestas para encontrarse y tener sexo. "Recibo mensajes de aquellos que, en la jerarquía de los hombres homosexuales, generalmente son vistos como los mejores... probablemente los más deseados. Recibí el mensaje de uno de ellos y pensé: ¿Es esto un anuncio? ¿Es una estafa? ¿Qué esta pasando? Pero me di cuenta de que seguía siendo una situación de 'tómalo o déjalo', pero la persona en cuestión sabía que ella tenía mayor poder y control; que era más probable que yo me arriesgara y rompiera las reglas del distanciamiento físico para reunirme con él y tener sexo".
Maisie, una ingeniera de 24 años, me dijo que estaba “pasándolo increíble. Obviamente es un momento diferente, pero es muy divertido". Está viendo a alguien con quien había salido varias veces antes del confinamiento, y también está conociendo a otras personas en Tinder e Instagram. "Ha sido interesante haber conocido a alguien antes del confinamiento, haber establecido esa relación, y luego tener que mantenerla". Ella me describió cómo se han adaptado virtualmente los pasos de su relación. “Como esta persona es alguien por quien he desarrollado sentimientos, me gustaría presentarla con mis amigos. Mis amigos y yo hacemos noches de manualidades queer... Hicimos una la semana pasada, se trató de una fiesta de disfraces, e invité a esta persona especial a que se uniera a la videollamada de Zoom para que todos pudieran conocerse".
Sin embargo, las personas no se olvidan del aspecto sexy y piensan en cómo hacer que las relaciones virtuales sean candentes. Ury me relató una conversación reciente con un amigo, quien le dijo que "nunca antes había recibido tantos desnudos o solicitudes de mensajes sexuales". Maisie me dijo que pasa mucho tiempo enviando fotos de ella desnuda y pequeños videos porno. “La semana pasada, hice mi primera transmisión virtual en la ducha. Estoy segura de que (mi teléfono) es resistente al agua, así que me lo llevé a la ducha, lo cual fue divertido”, dijo. "Tomé algunos videos donde me masturbaba, y se los envié a aquellos con los que estoy flirteando durante el COVID; ellos también me enviaron sus videos".
Para aquellos que se toman en serio la búsqueda de una conexión a largo plazo y, posiblemente, de un "compañero de pandemia", el aumento en la actividad de las aplicaciones de citas parece traducirse como una necesidad de elevar el nivel de su juego. Ya no es posible depender de nuestra capacidad de impresionar a alguien con un atuendo sensual o atraerlos usando feromonas A+. Para destacarnos, ahora, es necesario usar palabras y usarlas bien. En un tuit que ya se volvió viral, la comediante Kaitlyn McQuin lo expresó mejor: "Bienvenido de nuevo al cortejo, Brad. Bienvenido de nuevo al arte de hablar con una chica por SEMANAS antes de poder verla. Ahora, somos amigos por correspondencia, chico. Estamos a punto de traer de vuelta a Jane Austen. Ahora, escríbeme un poema".[1]
Anjali, una abogada de 31 años, ha bajado sus expectativas con respecto a los hombres con los que sale en comparación con las expectativas que mantiene con las mujeres, y sospecha que tendrá conexiones más profundas con las mujeres. "Espero que las mujeres sean mejores en esto. Creo que estamos mejor preparadas socialmente para desarrollar conexiones y mantener el contacto. Algunos hombres simplemente no saben cómo hacerlo".
La mayoría de las personas aún están en la etapa inicial del cortejo, pues las medidas de distanciamiento social se empezaron a implementar en marzo, para la mayoría. "Estamos en las primeras fases de aprender a conquistar a alguien justo en estas condiciones. Nadie sabe cuánto durará esto, pero creo que recordaremos este momento como la transición temprana y caótica", señaló Ury.
¿Pero qué pasará después de tres o seis meses? "En las relaciones que se desarrollan en condiciones normales, las personas tienen citas donde la intimidad va aumentando, lo cual las impulsa. Es difícil lograr esto cuando a lo único que tienes acceso es a Zoom, Hangouts y Facetime", dijo Ury. "Pero pueden chatear por medio de videollamadas, luego ver la misma película y hasta cocinar algo a la misma vez".
Los recursos para parejas que se encuentran a larga distancia, como el subreddit r/longdistance, pueden ser útiles en estas situaciones, incluso si la otra persona se encuentra justo al otro lado de la misma ciudad. Hay investigaciones que sugieren que las relaciones a larga distancia no están en desventaja en comparación con las que se dan en persona, y que también pueden ser relaciones de calidad, llenas de intimidad, confianza y compromiso. [2]
Claire, una estudiante de derecho de 24 años, había comenzado una relación poco antes de la pandemia, la cual ahora es exclusiva. No ha visto a su novia desde mediados de marzo, ya que uno de los compañeros de departamento de su novia está inmunocomprometido y todos los demás compañeros de departamento se mantienen asilados para que se encuentre a salvo. "Realmente., nunca había estado en una relación exclusiva, y ahora estoy en una a través de mensajes de texto", dijo.
Pero me describió un elemento especialmente positivo en el hecho de que su relación comenzara de esta manera. "Estamos desarrollando un tipo de fortaleza en nuestra relación que no habría tenido lugar tan pronto en circunstancias normales", dijo. Ella y su novia planean mudarse a trabajar a Toronto en mayo, y probablemente se convertirán en una pareja de cuarentena en ese momento, aunque en departamentos separados.
Espero que esto sea algo que veamos: relaciones que se desarrollan en línea, citas afuera conservando el distanciamiento social y, luego, que algunas personas decidan pasar la cuarentena juntas, o expandan su círculo para formar un círculo compartido entre dos, aunque estén en diferentes departamentos.
Muchas personas con las que hablé parecían un tanto aliviadas de no tener que cumplir con gran parte de los elementos superficiales que involucran las citas, reduciéndolo todo a su esencia: conocer a alguien. Hablaron con sus citas usando ropa deportiva, sin tener que poner mucho empeño en su arreglo, o tener que preocuparse por su seguridad o las expectativas de que hubiera sexo al final de la cita. Libre del artificio habitual, y en un momento en que la ansiedad y las emociones están en su apogeo, la gente se está volviendo profunda. "Todos estamos en un estado mental en el que somos más vulnerables, honestos y sinceros", señaló Carlyn. "No parece ser algo tan superficial como antes. Antes de esto, salía en citas más por aburrimiento que por otra cosa. Ahora, es por una necesidad real de conexión humana".
Robin Mazumder, estudiante de posgrado de 34 años que radica actualmente en Edmonton, dice que la pandemia está haciendo que las personas sean más "reales".
“He estado teniendo conversaciones realmente significativas con la gente. Siento que la pandemia nos ha dado algo de qué hablar, en lugar del típico, 'Hola, ¿cómo te va?'. Ahora, con la posibilidad de no reunirse por un tiempo, hay que encontrar una forma de tener conversaciones interesantes, de modo que cuando esto pase, podamos tener un encuentro significativo en persona”, dijo.
Ury está entusiasmada con los cambios que está viendo y escuchando en sus clientes que buscan relaciones a largo plazo. "Surgirán nuevas formas de relacionarnos en pareja, y tenemos razones para creer que esas tendencias continuarán después de que pase la pandemia: invertiremos más tiempo en profundizar con alguien desde el principio, iremos más despacio por el camino hacia la intimidad física, conversaremos mucho más, aprenderemos cómo sintonizarnos con lo que sentimos con respecto a la personalidad de alguien y las partes de nosotros que hace emerger, en lugar de sentirnos obnubilados por las hormonas y la oxitocina que se liberan al tener sexo con alguien". El optimismo de Ury sobre estos cambios de comportamiento duraderos proviene de la creencia de que las personas tendrán tiempo para reflexionar sobre su comportamiento y sus valores. "Los comportamientos que han surgido durante la pandemia probablemente continuarán mucho después de que hayamos guardado nuestras mascarillas y dejemos atrás la cuarentena. Alguien que siempre se apresura a probar la química física puede darse cuenta del poder que hay en conectarse con alguien, primero, emocionalmente. Alguien más podría descubrir, "¡Oye, me gusta chatear en video antes de salir en una cita! Me ayuda a sentirme cómodo antes de encontrarme con alguien".
Le pregunto a Carlyn qué ha aprendido de su experiencia hasta el momento, que le gustaría seguir poniendo en práctica en el futuro. "Esto me ha enseñado más sobre cómo ser más abierta y vulnerable en menos tiempo. Por lo general, suele tomarme mucho tiempo, necesito ver muchas cosas antes de poder confiar en alguien".
Todas las mujeres con las que hablé expresaron su deseo de chatear mediante videollamadas antes de tener citas en persona en un futuro. "El videochat es definitivamente algo que haré antes de salir a cualquier otra cita en el futuro", dijo Carlyn. Janelle, de 32 años, está de acuerdo. "Para ser honesta, me ahorra mucho tiempo... recibes toda su atención. Puedes tener una idea de cómo viven. También puedes percibir mejor qué clase de individuos son, lo cual no creo que sea posible percibir al ir a un restaurante o un bar. Han sido atentos y amables en una forma en que mis citas anteriores no lo fueron".
"Muchas cosas que pensamos que eran obligatorias, en realidad, son opcionales", dijo Ury. Algo que estamos descubriendo que sucede en la vida, el trabajo y, ahora, en las citas.
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