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jueves, 7 de mayo de 2020

Cómo estructurar tus días cuando el tiempo parece falso y tienes un sinfín de quehaceres

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Durante la primera semana de confinamiento en Minnesota, después de trabajar desde el sofá durante unos tres días, me quejé con mi roomie: "Nunca había lavado tantos platos en mi vida"

Eso fue hace más de un mes. A estas alturas, el simple hecho de mirar un tenedor es estresante.

Seguramente esta situación es familiar para muchas personas en este momento: necesitamos crear espacios de trabajo habitables que también sean espacios funcionales para vivir. Pero con la situación injusta del COVID-19, ese tiempo interminable en casa significa que también somos responsables de lavar muchos más platos, de tirar mucha más basura y de recoger más desorden en general.

Ronda Kaysen, columnista del New York Times y coautora de la guía para organizar Right at Home, explicó que dado que tenemos que vivir y usar nuestros hogares de manera muy diferente que antes, tenemos que adaptarnos y actuar de manera distinta –y probablemente un poco más intencionalmente– que antes. Eso significa tener un horario, tratar de cumplirlo y organizar tu calendario y tus cosas. ¡Ok! Pero... ¿cómo?

Planifica tus quehaceres, ya sea que vivas solo o con otras personas.

¿Estás molesto porque la cocina es un desastre? ¿Porque el desorden sigue acumulándose en las mesas? Piensa en el nivel de limpieza y organización que te gustaría tener en un escenario ideal, para que sepas exactamente lo que estás tratando de lograr. "Si hay cosas que te molestan, escríbelas", dice Kaysen. Podría ser útil designar un día de limpieza en el que limpies toda la casa de arriba a abajo o trata de determinar con qué frecuencia se necesitan limpiar los escusados/los pisos/la arena de tu gato.

Tener un plan para limpiar tu espacio puede ayudar a reducir distracciones como, Tal vez debería aspirar la sala en lugar de responder este mail. Si vives con otros, Kaysen dice que esto probablemente tiene que empezar con una conversación: ¿Con qué frecuencia necesitan limpiar el baño? ¿Cuántos platos en el fregadero son demasiados platos en el fregadero? ¿Cuál sería su manera ideal de mantener limpios y ordenados los espacios de uso común?



Tener una "reunión" para ponerse de acuerdo puede resultar incómodo, especialmente si vives con tu pareja. Sin embargo, recuerda que se trata de hacer que todos estén más cómodos, no menos. Llega a la reunión con una mentalidad positiva acerca de tus necesidades y no por las acciones del otro, y preocúpate por las necesidades del otro –que tareas son más importantes para él/ella, y qué tareas odian y podrían estar dispuestos a intercambiar. A partir de ahí, todo es cuestión de comprometerse y decidir si prefieren dividirse o rotarse las tareas más pesadas.

"Depende mucho de cuál sea tu estilo", dice Kaysen. "Yo odio limpiar los baños; a mi esposo no le molesta. Él se encarga de hacer todos los baños.

Al hacer esto, creas un nivel de responsabilidad, ya sea para ti o para tus roomies.

No necesitas tener un horario estricto, pero sí necesitas algo.

Según Amy Tokos, una organizadora profesional certificada y fundadora de Freshly Organized, los límites pueden desaparecer rápidamente cuando estás en casa todo el tiempo. Para evitar trabajar de 6 am a 9 pm, (o, tomándote todo el día por accidente), debes establecer algunos límites.

"[El horario] no tiene que ser estricto, pero tiene que haber intención", dijo.

Hazte algunas preguntas sobre lo que a ti te funciona. "¿Qué hora es buena para el cuidado personal? ¿Qué hora es buena para trabajar? ¿Cuál es un buen momento para ocuparte de los quehaceres? En este momento, Tokos trabaja de 6 a 8 am, luego se toma gran parte de la mañana para dar un paseo largo. No es su horario normal, pero en este momento le está funcionando.

En términos de hacer ese horario, juega un poco para descubrir qué funciona. Si te sientes motivado durante el día, Tokos sugiere que dividas parte de tu hora de almuerzo para limpiar. O tal vez que trabajes 50 minutos cada hora y los últimos 10 minutos te dediques a hacer cualquier quehacer que necesites hacer. Pon una alarma para que lo cumplas, si te sirve de ayuda.

Tal vez, como la familia de Kaysen, puedes elegir un día específico para hacer el quehacer. O dividirlo en pedazos: el lunes es para barrer y desempolvar la sala y el dormitorio; el jueves, una vez que termines de trabajar, te tomas unas horas para limpiar el baño y la cocina a profundidad.

Esto también hazlo para tu vida personal. ¿Te gusta bañarte en la mañana o en la noche? ¿Te gusta hacer ejercicio al mediodía o en las tardes? "Crear un espacio para hacer ejercicio es fundamental, y eso es algo que debes organizar, especialmente si vives con alguien en un departamento", dice Kaysen. "¿Quién hace ejercicio a qué hora y dónde? Puede que tengas que mover alguna mesa, o algunas cosas". Programar el tiempo es bueno para ti y tus roomies y les permite saber qué esperar, lo que también ayuda.

"No es que la vida tenga que ser estricta e inflexible", continua. Pero la idea es que si dices: "Yo hago ejercicio a las 7 de la mañana", todos saben que ese no momento para ver la tele en la sala. Si te quedas dormido y necesitas cambiar de horario, es, por supuesto, una opción.

"El horario no es para obligarte a hacer las cosas", dice Kaysen. "Es para comunicarte, para que no tengas que estarle diciendo a la gente lo que haces todo el tiempo. El cronograma está destinado a darles espacio y flexibilidad a todos, y para satisfacer sus necesidades".

Para reducir el desorden a la hora de trabajar, designa zonas.

Kaysen dice que las "zonas" son uno de los componentes más importantes de la organización. La idea es bastante fácil: piensa conscientemente sobre qué habitaciones o áreas de la casa sirven para qué propósito.

Si estás trabajando desde tu casa, debes tener tu propio espacio designado de "oficina". Eso podría ser el sofá de la sala, ¡o la mitad del sofá! o tal vez tú trabajas en la mesa de la cocina y tu novio en la habitación. Pero ese espacio es tuyo, para que tengas tu laptop, tu agenda y demás. "Cada quien tiene su propio cargador, él no puede robarse tu cargador. Y cada quien tiene sus propias plumas y cuadernos. Somos posesivos, y eso está bien", se ríe Kaysen.

Usa canastas u otras técnicas para reducir espacio que hagan que las habitaciones se sientan diferente en ciertos momentos del día.

Es muy probable que estés usando un espacio para varias cosas en este momento: tal vez decidiste transformar tu sala en una sala de conferencias o tu sótano en un gimnasio. (O convertiste un baño en una sala para llorar al mediodía).

Aquí, dice Kaysen, las humildes canastas para organizar son un regalo del cielo, un "compartimiento de viaje" con el que puedes evitar que todas tus cosas de trabajo interfieran con las cosas de tu vida personal. El esposo de Kaysen trabaja en la mesa del comedor y, al final del día, coloca todas las cosas de trabajo en una canasta que va en el librero, así deja la mesa libre a tiempo para la cena.

No tiene que estar hecha de mimbre: tu "canasta" puede ser una bolsa de mano o una mochila o un estuche vacío. Y esto no nada más puede funcionar para las cosas de trabajo. Puedes guardar tu cuerda para saltar, pesas y guantes de box en una canasta para hacer ejercicio, mientras que tu Switch, tu bocina bluetooth y la novela que están leyendo van en la canasta de entretenimiento. Lo importante es volver a colocar las cosas en su lugar para liberar espacio y que el área se pueda usar para un propósito diferente.

Adopta un estilo de vida más minimalista.

Probablemente ya estés viviendo de manera más minimalista en este momento: no has hecho compras impulsivas en Sephora, ni has derrochado tu dinero en merch que venden afuera de los conciertos. Organiza tu hogar para reflejar eso: coloca las cosas que usas con mayor frecuencia al frente y al centro, y guarda las cosas que no usas donde no se interpongan en el camino.

Para reducir el montón de platos sucios, Kaysen sugiere usar solo un juego de platos por persona cada día, enjuagándolos entre comidas. "Incluso si son dos personas, estás hablando de seis comidas en casa al día. Además de snacks. Es mejor no dejar que se acumulen los platos", dice.

Puedes aplicar esta mentalidad a todo lo que estás usando en estos momentos: tu guardarropa (menos la ropa interior), la cantidad de productos que usas en el baño, etc. Usar menos cosas significa que habrá menos cosas para limpiar, menos cosas que acomodar cada mañana, y menos cosas que recoger por las noches.

Crea una estrategia para lidiar con las distracciones.

Mira... las distracciones siempre van a estar ahí. Ya sea el ladrido de un perro, la pila de ropa que prometiste lavar o una notificación de Netflix de que hay un nuevo episodio de alguna serie: "Cuando estás en el trabajo, hay menos distracciones [de las que hay] en tu espacio vital", dice Tokos.

Cuando se trata de tareas domésticas (de alguna manera, nunca hay un mejor momento para limpiar la casa que cuando tienes una fecha límite), Tokos recomienda tener un "estacionamiento". Básicamente, tener un bloc de notas o una lista en tu teléfono de las cosas que tienes que hacer. Escribir las cosas mientras están en tu mente te ayudará a resistir el impulso de interrumpir tu flujo de trabajo y hacerlo lo antes posible.

"Sácalo de tu cabeza y ponlo en tu calendario", dice. "Eso nos impide pensar en eso todo el día y simplemente hacerlo".

Ten disposición para cambiar y reevaluar las reglas.

Kaysen siempre ha trabajado desde casa, pero tener a toda la familia en la casa todo el tiempo ha cambiado su rutina. "Nos hemos metido en un ritual de limpieza mucho más estricto de lo que solíamos", dice. Sin embargo, incluso una experta en organización tiene sus límites, y también le cuesta trabajo quitarse los pantalones deportivos cada mañana.

"Creo que está bien", dice. "No me siento descuidada por eso, siento que... ¡No voy a ir a ningún lado!". Es probable que tus propias necesidades, estándares y prioridades hayan cambiado en estos momentos y en la organización, y probablemente continúen cambiando. Eso no solo está bien, sino que es inevitable.

"Tengo esta filosofía sobre el hogar, de que el hogar es una entidad viva que cambia contigo", dice Kaysen. "Se supone que tu casa debe funcionar para ti. Se supone que es el lugar que te hace sentir cómodo y te permite vivir tu vida lo mejor que puedas".

Además, algunas cosas simplemente no pueden dejarse tiradas. No puedes simplemente dejar que los alimentos perecederos se asienten en bolsas en la entrada; no puedes dejar que tu ropa se llene de moho; la papelera de reciclaje no es un agujero negro. Eventualmente, tendrás que dejar de apilar cuidadosamente las servilletas usadas encima de la basura como si fuera un juego gigante de Jenga, y simplemente sacarla.

El mantenimiento de tu hogar no va a ser perfecto todo el tiempo, algo que tus roomies entenderán porque su horario tampoco es perfecto todo el tiempo.

Así que no seas demasiado duro contigo mismo con estas cosas. Estar rodeado de todas las tareas y proyectos que has querido hacer puede comenzar a sentirse abrumador. Si eso pasa, tómate un tiempo libre, incluso si, inevitablemente, hay platos en el fregadero. Los lavarás cuando sea el momento adecuado.

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