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miércoles, 19 de agosto de 2020

Cada vez más gente se tapa los tatuajes racistas

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Bryan Nicosia se unió a la Hermandad Aria mientras cumplía condena en el Centro Correccional del Sur de Ohio. Como todo miembro, recibió dos tatuajes conmemorativos por ascender de rango: una cruz de hierro con dos rayos en el antebrazo derecho y las letras A y B, seguidas de cinco esvásticas en el hombro izquierdo.

Nicosia dice que hizo lo que tenía que hacer para sobrevivir entre las rejas, pero en cuanto fue puesto en libertad en 2018 se desvinculó de la hermandad por completo. Ahora, quiere eliminar los rastros que quedan en su cuerpo.

“Cuando voy a una barbacoa a casa de mis amigos, nadie quiere ver eso”, dice Nicosia de 37 años y empleado de una planta siderúrgica de Steubenville, Ohio. “Cuando los hijos de mis amigos quieren jugar al baloncesto conmigo o cuando quieren ir a la piscina, me preguntan: ‘¿Qué significa eso?’. Es una situación que te abre los ojos”.

Nicosia supo que quería quitarse los tatuajes desde el momento en el que puso un pie en la calle, pero no pudo porque debía centrarse en retomar el control de su vida. Pero tras meses de protestas por la muerte de George Floyd, Breonna Taylor y otros estadounidenses de color asesinados por la policía, decidió hacerlo con la ayuda de su prometida. Nicosia ha acudido a Billy White, un tatuador profesional experto en este tipo de trabajos, para que tape los tatuajes de una vez por todas.

“Mucha gente renunció a esas ideas hace tiempo”, nos cuenta White. “Y creo que el clima social que tenemos ahora ha hecho que decidan tomar este paso”.

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El tatuaje de Bryan Nicosia antes (izquierda) y después (derecha). Parte del proceso en el estudio de Billy White, Rose Tattoo, en Zanesville, Ohio. (Foto cortesía de Bryan Nicosia)

Nicosia es uno de los muchos clientes que acuden a White para tapar tatuajes con símbolos racistas que en otro tiempo llevaron con orgullo. En los últimos meses, el estudio, Rose Tattoo, ha recibido un 20 por ciento más de citas para tapar tatuajes racistas. Por todo el país, tatuadores como White, técnicos de eliminación láser y activistas dicen haber recibido peticiones similares, especialmente para tatuajes de la bandera confederada de Estados Unidos.

White dice que ya se ha acostumbrado a cubrir esvásticas u otros símbolos relacionados con la ideología aria. Pero el aumento de gente que quiere tapar la bandera confederada es algo nuevo que refleja el esfuerzo que muchos políticos y protestantes están llevando a cabo para acabar con monumentos confederados.

“Estamos viendo un repunte de gente que tiene tatuajes de la bandera confederada y decide que ya es hora de quitárselos”, dice White. “Mucha de esta gente nunca ha estado de acuerdo con las muestras de odio o de intolerancia. Era simplemente un símbolo del Estados Unidos rural”.

White explica que, donde él vive, predomina esa ideología rural. “He visto a muchos tipos hacerse esos tatuajes cuando tenían 16, 17 o 18 años, pero, ahora que tienen 30, esos tatuajes ya no les representan”.

Es el caso de Nicosia, que se unió a la Hermandad Aria hace doce años.

“Cuando entras en la cárcel, no importa quién seas, de dónde o de qué cultura, vas a quedarte donde encajes”, dice. “Si no, te comen vivo”.

“Hoy día, no soy esa persona. Trabajo duro. Tengo una prometida hermosa. Amo la comunidad en la que vivo e intento devolver lo que recibo. Trato de hacer lo correcto”.

White comenzó en el mundo de los tatuajes hace 16 años y comenzó a hacer eliminaciones gratuitas en 2017, que se volvieron tan populares como su trabajo de tatuador. Ahora, tiene 48 000 seguidores en Instagram.

“Disfruto tapando tatuajes”, dice. “Se me da bien y siempre lo he considerado una forma de curación”.

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Billy White en su estudio, Rose Tattoo, en Zanesville, Ohio. (Foto de Lock 10 Photography, cortesía de Billy White)

Corey Fleischer, de 39 años y oriundo de Montreal, trabaja como una especie de intermediario que ayuda a la gente que se quiere borrar este tipo de tatuajes. Está al frente de Erasing Hate, una marca dedicada a sacar a la luz y a combatir los mensajes de odio y racismo en todas sus formas. Aunque Fleischer no cubre o borra los tatuajes, utiliza la plataforma para conectar a aquellos que se arrepiente de sus tatuajes racistas con artistas que apoyan la causa y que están dispuestos a hacerlo gratis.

Desde que comenzaron las protestas contra la brutalidad policial, ha notado un aumento en el número de personas que quieren borrarse o taparse tatuajes.

“En los últimos 35 días, ha habido un aumento extraordinario de gente que quiere borrarse la bandera confederada. Es como si se hubiera roto la presa”, dice, y señala que actualmente tiene más de 100 citas para eliminar tatuajes racistas. “Hay mucha gente que los tenía, pero ahora, a causa de las redes sociales, los medios y el movimiento, ha llegado un punto en el que lo ve como algo vergonzoso”.

Fleischer comenzó eliminando grafitis racistas y documentado el proceso con una pequeña empresa que fundó hace 10 años. Ahora, tiene más 123 000 seguidores en Instagram y más de 200 millones de espectadores en Facebook. El año pasado, fundó una organización sin ánimo de lucro con el mismo nombre para llevar a cabo la misma misión.

“Recuerdo que, la primera vez que eliminé un símbolo racista, la sensación me volvió loco”, dice. “Era un sentimiento de euforia”.

Fleischer dice que la iniciativa ayuda a ambas partes: la gente que se arrepiente de sus tatuajes puede eliminarlos o cambiarlos y los tatuadores profesionales que quieran ayudar a la causa consiguen publicidad gratuita en las redes sociales.

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Antes y después de un tatuaje de una esvástica en el estudio de Billy White, Rose Tattoo, en Zanesville, Ohio. (Fotografía cortesía de Billy White)

Quien quiera dar el paso de deshacerse de un tatuaje tiene más opciones aparte de cubrirlo. En la última década, la eliminación por láser se ha convertido en una alternativa asequible. A comienzos de este año, cuatro de las clínicas más grandes de Estados Unidos —The Refinery, Invisible Ink, Eraser Clinic, y Precision Laser— se fusionaron en una empresa llamada Removery.

Aunque la compañía no se centra solo en mensajes o símbolos de odio, Carmen Brodie, vicepresidenta de operaciones clínicas, nos cuenta que las citas para eliminar tatuajes de la bandera confederada y de símbolos supremacistas han aumentado considerablemente en los últimos dos meses. Al menos 75 clientes han pedido cita para quitarse este tipo de tatuajes, lo cual supone un 7 por ciento del total de los clientes en esas fechas. Los especialistas de esta organización lo hacen de forma gratuita.

Removery también ofrece eliminación gratuita a las víctimas de tráfico humano, presos que acaban de cumplir condena y exmiembros de bandas callejeras reformados, además de a la gente con tatuajes racistas.

“Siempre dudan un poco hasta que ven que simplemente quieres ayudar”, dice Dustin Ortel, uno de los técnicos láser de la organización. “Queremos hacer del mundo un lugar mejor, y ellos tienen el valor de dar un paso al frente y hacerlo realidad. Es digno de orgullo”.

Este esfuerzo conjunto para ayudar a aquellos que quieren deshacerse de estos tatuajes se ha convertido en una red interconectada. Removery, Fleisher y White se han puesto en contacto, junto con otros artistas, activistas y técnicos láser de todo el mundo, a través de las redes sociales.

“Creemos que tiene más sentido trabajar juntos. Así, podremos ayudar a mucha más gente”, dice White.

Fleisher y White, principalmente, están trabajando juntos en una base de datos digital de tatuadores de todo Estados Unidos y Canadá que estén dispuestos a llevar a cabo estos trabajos gratis. Además, se encargan de verificar que los tatuadores tienen las habilidades necesarias para hacer un buen trabajo y asegurarse de que no están intentando ayudar a supremacistas blancos e intolerantes a esconderse en las sombras.

Las donaciones que reciben se utilizan para ofrecer transporte o cuidado de niños para que los interesados puedan pedir cita sin problemas.

Aunque se centran en Estados Unidos, han comenzado a buscar en otros países y ya están en contacto con tatuadores de Francia, Brasil y España, entre otros países.

“Todo el mundo se equivoca”, dice Fleischer. “Yo creo firmemente que la gente crece. Que en un momento de tu vida fueras cerrado de mente y pensaras de una forma no significa que no puedas crecer y darte cuenta de que estabas equivocado”.

Para la gente como Nicosia, que todavía está en proceso de tapar el tatuaje, esta experiencia marca un nuevo comienzo.

“Me siento bendecido y tengo esperanza”, dice. “Mi esposa comenzó a llorar mientras me lo tapaban, porque sabe lo mucho que significa para mí. Es una experiencia muy emocional. Es como una transformación”.

Trone Dowd https://ift.tt/2BDt0KU

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