Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Cuando perdió su pene por una infección sanguínea, Malcolm MacDonald se sometió a un procedimiento innovador mediante el cual le injertaron uno nuevo en el brazo para posteriormente reimplantárselo en el pubis. Sin embargo, los retrasos en la programación de su cirugía han dejado al hombre de 45 años con el pene pegado a su antebrazo durante los últimos cuatro años.
MacDonald le dijo a The Sun que estaba “completamente devastado” cuando se le cayó el pene en 2014, después de que una infección en el perineo se convirtiera en una septicemia.
“Debido a que había pasado por la catástrofe de saber que lo iba a perder, simplemente lo recogí y lo tiré a la basura”, explicó MacDonald al periódico. “Fui al hospital y me dijeron que lo mejor que podían hacer por mí era enrollar el muñón restante como si fuera un pequeño rollo de salchicha. Fue desgarrador”.
El padre de dos hijos comenzó a incrementar su consumo de alcohol, sintiéndose como “la sombra de un hombre” durante los dos años posteriores a la pérdida de su pene, hasta que su médico general lo refirió con el profesor David Ralph, un experto en construcción de falos en el University College Hospital de Londres (UCHL).
El doctor Ralph, quien en 2018 creó un “pene biónico” para un hombre británico que nació sin uno, le dijo a MacDonald que podría construirle un pene con la piel de su brazo izquierdo. En un procedimiento financiado por el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) de casi 66.000 dólares, los médicos pudieron enrollar su piel —que contiene nervios y vasos sanguíneos— en forma de pene, antes de añadirle una uretra y dos tubos que permitirán a MacDonald bombear el apéndice para lograr una erección.
El plan era unir el pene al pubis de MacDonald en 2018, dos años después de que lo hubieran injertado en su brazo. Sin embargo, tuvo que cancelar la cirugía programada debido a una enfermedad, y entonces la operación siguió retrasándose por otras razones.
Un portavoz del UCHL le dijo a The Sun que MacDonald había cancelado o faltado a varias citas para completar el procedimiento antes de la cuarentena. “Intentaremos programar su cirugía tan pronto como podamos, ahora que los servicios están volviendo gradualmente a la normalidad después de la cuarentena”, agregaron.
“Los retrasos han sido difíciles de manejar”, dijo MacDonald a The Sun. Además comentó que no puede salir a correr porque el pene “se mueve por todos lados” y que no puede ir a nadar ni usar camisas de manga corta.
Sin embargo, le dijo al diario que cuando lo vio en su brazo por primera vez, “Estaba muy orgulloso, me gustó tanto que lo apodé ‘Jimmy’”, contó. “Así es como mis compañeros y yo nos decíamos unos a otros cuando éramos niños, y este pene es definitivamente mi nuevo amigo”.
“No tener un pene se sintió horrible. Es el peor miedo de la mayoría de los hombres”, agregó. “En mi caso, no estoy preocupado por tener sexo, porque ya tengo dos hijos. Siempre se ha tratado más sobre mi autoestima y las cosas simples como usar el retrete”.
“No puedo mentir, tener un pene en el brazo durante cuatro años es algo realmente extraño”, dijo MacDonald. “Pero en última instancia, estoy decidido a utilizarlo para lo que fue creado”.
Jamie Clifton https://ift.tt/eA8V8J
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