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miércoles, 5 de agosto de 2020

Soy una persona pequeña, mi esposo es de altura promedio. Así es como tenemos sexo

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos. 

Las personas de estatura promedio históricamente han tratado a las personas pequeñas como curiosidades. Sin embargo, aunque las personas de estatura promedio suelen considerar indeseables a las personas pequeñas (a las que a veces también se les conoce como enanos o personas de baja estatura), este estigma a menudo conlleva un interés sensacionalista sobre cómo funciona el sexo para ellos y cómo podría ser el sexo con ellos.

Es difícil generalizar sobre las experiencias sexuales de las personas pequeñas, porque la baja estatura es consecuencia de cientos de padecimientos distintos, cada uno único, y de varios de ellos aún no se tiene una buena compresión. La causa más común de la baja estatura, una condición genética llamada acondroplasia, por ejemplo, causa que las personas desarrollen torsos de tamaño promedio, extremidades más cortas y cabezas más grandes que el promedio, así como espinas dorsales curvas, dolor de espalda, piernas arqueadas y codos rígidos.

Las deficiencias de hormona del crecimiento también pueden causar baja estatura, pero las personas con esta afección tendrán partes del cuerpo uniformemente más pequeñas que el promedio. Por lo general, también llegarán a la pubertad mucho más tarde que sus pares de estatura promedio y, usualmente, experimentarán osteoporosis, entre otras complicaciones.

Otras afecciones que causan baja estatura pueden provocar complicaciones respiratorias, parálisis de la parte inferior del cuerpo y/o problemas de visión y audición, entre otras posibles complicaciones.

Cada padecimiento tiene sus propias implicaciones para la vida sexual de las personas pequeñas, como limitar su habilidad para adoptar o permanecer en ciertas posiciones o causarles un molesto dolor crónico. Pero, en la mayoría de los casos, para las personas pequeñas el sexo no es físicamente más complejo que para las personas de estatura promedio. Las limitantes más grandes que enfrentan muchas personas pequeñas en su vida sexual son los efectos de la deshumanización, que pueden manifestarse en forma de aislamiento y problemas de baja autoestima. El hecho de que muchas personas de estatura promedio vean a las personas pequeñas como algún tipo de curiosidad o novedad también puede hacer que las personas pequeñas desconfíen de su interés sexual. Los frecuentes actos de violencia contra las personas pequeñas también pueden causar que algunos encuentros íntimos parezcan riesgosos.

Hay algunos indicios de que los estigmas sexuales que causan los mayores perjuicios a la vida íntima de las personas pequeñas han comenzado a cambiar. Actores como Peter Dinklage están combatiendo los tropos mediáticos que desexualizan a las personas pequeñas. Escritoras como Cara Reedy han abierto la discusión sobre las experiencias sociales y sexuales de las personas pequeñas. Y la sexóloga Marylou Naccarato ha desarrollado recursos para ayudar a su comunidad con los aspectos físicos y psicológicos que conlleva el sexo para las personas pequeñas.

VICE habló recientemente con Lisa, una mujer con acondroplasia, y con David, su pareja de estatura promedio, sobre las realidades del sexo con una persona pequeña. (Los nombres reales de Lisa y David han sido cambiados para proteger su privacidad).

Lisa: Cuando tenía 16 años, tuve una pijamada con una de mis amigas, quien también era una persona pequeña, y le pregunté cómo funcionaba el sexo para nosotros. Mi amiga fue muy abierta al respecto. Dijo: "Ah, todo está bien, todo funciona". Además de eso, el tema no surgió mucho.

Mientras crecía, no había mujeres pequeñas en los medios que nos dijeran que era natural que nos viéramos a nosotras mismas como alguien a quien otras personas podrían sentirse atraídas. Mis padres, quienes son de estatura promedio, me inculcaron cierto sentido de orgullo. Dijeron: "Eres una persona pequeña, y esto es solo parte de quien eres". Pero creo que, de cualquier modo, los medios influyeron en mí. No veía a personas como yo en comedias románticas o películas de chicas, así que nunca me interesó tener eso para mí. Me resultó difícil visualizarme en esas situaciones.

Por otra parte, si al crecer alguien llegó a mencionarme el sexo, lo hizo de manera bastante despectiva. Me han hecho comentarios sobre que mi estatura es muy conveniente para dar mamadas, y otras cosas de ese tipo. Lo de las mamadas me lo dijo uno de los gerentes, no el que era mi jefe directo, de un lugar donde trabajé. Gran lugar de trabajo.

A lo largo de mi vida, cuando un chico coqueteaba conmigo o expresaba interés en mí, por lo regular me asustaba un poco. Sentía pánico al pensar que solo me mostraban interés debido a alguna fantasía que querían cumplir, o porque querían tener a una "persona pequeña" o "discapacitada" en su lista de experiencias sexuales.

Por lo tanto, el sexo no era algo en lo que realmente pensara. Siempre estuve muy enfocada en la escuela, la comunidad y, más tarde, en mi carrera. No fue hasta que David y yo nos enamoramos que comencé a pensar en cómo podría funcionar el sexo para mí. No había tenido ninguna relación seria o física antes de la nuestra.

David: Nunca había pensado en las vidas o experiencias de las personas pequeñas hasta que Lisa y yo nos hicimos amigos. Ella fue la primera persona pequeña a la que realmente conocí, más allá de ver a alguna caminando por la calle. No creo que haya absorbido ningún mensaje cultural sobre las personas pequeñas, aparte de, por ejemplo, lo que te dicen mientras creces sobre lo que es un cuerpo ideal.

Lisa: David y yo estudiamos juntos en la universidad. Estábamos en una red similar de personas, principalmente como parte de la unión de estudiantes. Un día David fue a mi casa y hablamos durante horas.

David: Mucho de lo que hablamos tenía que ver con la unión estudiantil y nuestras clases.

Lisa: Era puramente platónico. Se volvió importante. Cada dos semanas, íbamos a cenar a la casa del otro y terminábamos hablando hasta las tres de la madrugada. Pero simplemente nos recostábamos uno al lado del otro en la cama, sin tocarnos. Cero intimidad. Simplemente platicando. Luego, después de unos seis meses, los límites empezaron a desdibujarse, no tuvimos sexo, pero ya teníamos algunos niveles de intimidad. Abrazos, besos, etc.

Pero no estaba contenta con mi trabajo, aquel en el que un gerente me dijo que yo no tenía que ponerme de rodillas para dar mamadas. No seguí trabajando con ellos y me dije: "¡Voy a viajar!".

Pensé que eso podía afectar nuestra relación, pero David dijo: "No, tú necesitas irte y hacer esto". Me fui, pero nos mantuvimos en contacto mientras viajaba.

Luego regresé y tomé un trabajo en el que debía viajar por todo el país. Le dije a David que iba a estar en la misma ciudad que él y le pregunté si quería que nos viéramos. Él dijo: "Sí, pero estaré allí con una mujer".

Nunca habíamos tenido una conversación sobre la relación que teníamos o sobre ser exclusivos, pero yo pensé, "Ah, vaya". Entonces, le llamé y le reclamé, "¡¿Cómo te atreves a hacerme esto ?! Fue un placer conocerte. No creo que debamos volver a hablar jamás. Claramente estamos en diferentes páginas". En ningún momento le pregunté por qué estaría allí con esa mujer, cuál era la situación. Y en retrospectiva, él tenía todo el derecho de estar con esa mujer en la situación que fuera.

Un par de meses después, le envié un mensaje diciendo: "Hola, sé que las cosas no terminaron bien entre nosotros, pero espero que la vida te esté tratando bien".

Él respondió: "Había estado pensando en contactarte". Nos reunimos y entramos en un ciclo de volver a hablar durante horas y reconstruir nuestra conexión. En un momento, tuvimos dos noches seguidas de largas conversaciones sobre la conexión que había entre nosotros, y a la tercera noche él dijo: "Mira, tenemos que averiguar qué es esto", y empezamos a salir como pareja.

La primera noche que hablamos, tuvimos conversaciones sobre la intimidad, los hijos, el matrimonio. Pensé: "Tenemos que averiguar que es todo esto juntos". Un par de meses después, me mudé con él. Seis meses después, nos comprometimos. Ahora, llevamos juntos más de cinco años y hemos estado casados por tres años.

Parte de la razón por la que David fue la primera persona con la que salí en serio o con la que tuve una relación íntima fue que, [gracias a todo esto], incluso en el tiempo en que él y yo desdibujamos un poco los límites, sabía que podía confiar en él, que él estaba interesado en mí porque yo era Lisa, una mujer a la que conocía. Sabía que no era su fantasía estar con una persona pequeña. Él no estaba allí solo por el factor de la novedad.

David: Su estatura no fue algo que mencionáramos en nuestras conversaciones. Yo no tenía ningún pensamiento o preocupación sobre lo que podría significaría para nuestra intimidad o cómo nos verían las otras personas. No tenía ningún pensamiento o preocupación que no hubiera tenido si Lisa tuviera la estatura promedio.

Lisa: Ambos éramos vírgenes. Entonces, yo no había estado con otra persona pequeña o, al menos, no había llegado tan lejos con una, y David tampoco había llegado tan lejos con una persona de estatura promedio, así que no usamos experiencias previas como puntos de comparación o como expectativas para juzgarnos mutuamente.

No soy una experta en sexo, así que podría estar equivocada, pero creo que cuando dos personas están juntas, ocurre un proceso para descubrir cómo funcionan las cosas. Todos tienen preferencias sobre lo que les resulta cómodo, lo que les gusta o no, cómo les gusta la intimidad. Para nosotros, fue solo un proceso natural. Estábamos descubriendo el sexo juntos. Fue nuestro propio viaje. Ninguno de los dos llegó con experiencias e ideas previas del tipo: "Esto es lo que me gusta" o "Espero esto, y lo espero con esta frecuencia".

David: Sí, nada fue diferente de como supongo que es para todos la primera vez.

Lisa: Uno de los mayores problemas para nosotros fue que el contacto físico es una forma importante para mí de demostrar amor. Soy una persona muy física, que usa mucho el sentido del tacto. A David realmente le costó trabajo adaptarse a eso al principio.

David: Sin duda, es en eso en lo que somos más distintos. Supongo que yo suelo asociar cualquier tipo de contacto con el deseo de algo más. Eventualmente me di cuenta de que ese no siempre era el caso y ajusté la forma en que reacciono.

Lisa: En cuanto a cómo me afecta mi estatura, me duele mucho la espalda, así que hay momentos en los que eso significa que le diré a David: "Sí, esto no va a funcionar para mí en este momento". O: "Tienes que parar". Si es un día en que la espalda me ha dolido mucho, no va a ser bonito. Pero él se da cuenta y lo entiende.

Y hay ocasiones en que a pesar de que me duele la espalda, le digo: "Realmente quiero tener sexo". Aunque después diga: "¡No debí haberlo hecho!". Entonces, él se siente muy mal. Y yo le digo, “Oye, no debes sentirte mal. Es mi cuerpo y soy yo quien conoce sus límites. Si me pierdo en el momento, no es culpa tuya”. Luego me enojo con él por sentirse mal y conmigo misma por presionarme demasiado. Es una espiral interna de emociones.

Más allá de eso, hay obviamente algunas cosas que no puedo hacer. Es decir, no puedo cargarlo.

David: Sí, a veces, si intentamos alinear las cosas, puede haber problemas.

Lisa: Nunca vamos a tener sexo de pie, como… bajo la regadera.

David: Pero si estoy parado en el piso y Lisa está sobre la cama, eso funciona bien.

No recuerdo haber tenido jamás una conversación del tipo: "Bien, vamos a hacer esto de esta manera debido a tu estatura". Siempre hemos encontrado la manera de hacer que las cosas funcionen.

Lisa: Honestamente, David es la persona más amable que existe. Por lo que realmente nunca tenemos problemas. No me presiona, así que nunca ha habido necesidad de decir: "Espera, ¿por qué me presionas con esto? No puedo hacerlo. Sigues diciendo que sería bueno que pudiéramos hacer esto, pero yo no puedo hacerlo”. O cosas por el estilo.

David es un gran feminista. Yo también. Ese feminismo va con nosotros a la habitación con cosas como el consentimiento. Él sabe que un ‘no’ significa ‘no’, o que un ‘sí’ significa ‘sí’. Tenemos palabras de seguridad y todas esas cosas. Si, por alguna razón, alguno de los dos no se siente cómodo, podemos expresarlo y hacer algo al respecto.

También ayuda que David haya estado dispuesto a involucrarse en la comunidad de las personas pequeñas. Estoy orgullosa de ser una persona pequeña, y él me apoya en eso. El impacto de ese apoyo que tengo en nuestros hogar se refleja en que nada [sobre mi vida o mi cuerpo como persona pequeña] es una sorpresa, pues todo lo tratamos abiertamente.

David: Que Lisa esté orgullosa de ser una persona pequeña, me hacer sentir orgulloso a mí también. Ella dice: "Es algo fantástico que yo sea una persona pequeña". Y yo digo: "Sí, es fantástico".

Lisa: Cuando empezamos a salir como pareja, volví a ser más consciente de cómo la gente me ve por ser una persona pequeña, pues al estar con una persona de estatura promedio, esas actitudes llegan a un nuevo nivel, y pensé eso haría que David también estuviera mucho más consciente de ello.

Suele haber mujeres, particularmente las mayores, que lo miran con lástima, como pensando_, Ay, es un hombre muy_ bueno por estar con una persona pequeña. También me preocupaba lo que pensarían sus amigos. No quería que nadie sintiera lástima por él, que pensaran cosas como, Ay, ese tipo no puede... No sé, tener sexo bajo la regadera, o algo así.

David: Cuando recibo atención negativa, lucho y me enojo. Una de las razones por las que quise involucrarme con la comunidad de personas pequeñas fue que no sabía cómo abordar ese tipo de situaciones. No sentía la confianza de hacer nada porque no soy una persona pequeña. No sé cómo es. Ahora, tengo un poco más de confianza para confrontar a la gente cuando hace comentarios desagradables o incómodos. Y cuando veo que las personas se nos quedan mirando, considero que ellos son quienes realmente tienen un problema.

Lisa: Ahora, estamos cómodos con nosotros mismos.

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