Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
El gran éxito de Among Us es sorprendente si recordamos que este juego multijugador sobre encontrar al impostor, desarrollado por Innersloth, fue lanzado originalmente sin muchos elogios ni fanfarrias en junio de 2018, cuando apenas pudo reunir suficientes jugadores simultáneos para llenar alguna que otra partida durante sus primeros meses de vida.
Pues resulta que Among Us llegó dos años antes de lo esperado. Era el juego de 2020, la realidad solo necesitaba seguirle el paso.
Desde la primavera y el verano, Among Us ha estado amasando jugadores a un ritmo cada vez mayor; ahora cuenta con más de 85 millones de descargas móviles y cientos de miles de personas jugando a la vez durante las horas pico. Los servidores que alguna vez estuvieron vacíos están tan ocupados que a veces puede ser difícil ser el anfitrión de un juego. Lo que es más importante, se ha abierto paso en la cultura de los juegos populares y ahora los streamers y YouTubers de alto perfil están acumulando millones de vistas en sus videos sobre el juego.
¿Pero por qué? ¿Por qué este juego y por qué ahora?
Among Us es un juego simple: la mayoría de los jugadores cooperan juntos, corriendo de un lado a otro para completar una lista de tareas diseñada para permitir la supervivencia de todo el grupo. Sin embargo, entre los jugadores ‘buenos’ hay impostores cuyo trabajo es asesinar a la tripulación antes de que puedan tener éxito en sus tareas. En el fondo, Among Us intenta recrear un tipo de tensión cinematográfica que podríamos esperar de la Base Militar #31 en The Thing o a bordo del Nostromo en Alien, solo con una paleta colorida y una sensación casi maníaca de extravagancia.
Además de las comparaciones bastante obvias a películas, algo en este juego resuena con la misma frecuencia que la experiencia práctica de estar vivo en el año 2020. Among Us está plagado de crisis recurrentes y personas atrapadas en una sensación de aislamiento mientras intentan resolver problemas para los que lamentablemente no están equipados. En este mundo en ruinas, el juego introduce saboteadores cuyo propósito, además de recurrir al uso abierto de la violencia, es sembrar desconfianza y distracción. Incluso después de morir, aún tienes que completar tus tareas como un fantasma, evitando un fracaso aparentemente inevitable, que en sí mismo es una metáfora que pide ser examinada por separado.
El mundo real a menudo nos revela nuevos presagios negativos que en el pasado habrían parecido lo suficientemente monumentales como para capturar nuestra atención durante meses o años, pero ahora solo son un día más en el purgatorio. Entonces, cuando suena la alarma en Among Us para avisarles a los jugadores que el oxígeno ha sido saboteado y que todos están a punto de asfixiarse hasta la muerte, puedo identificarme con el jugador que mira a su alrededor resignado y piensa: “meh, el jugador rojo probablemente se encargará de resolverlo”.
De manera sucinta, Among Us trata sobre un grupo de personas que intentan hacer su trabajo sin morir, y ese es un sentimiento que entiendo por completo. Me siento conectado con estos desafortunados personajes cada vez que me conecto a una reunión de Zoom para una “junta de evaluación financiera” mientras el mundo arde en llamas.
Que un jugador esté parado junto a un monitor, esperando a que se cargue un archivo para poder completar otra tarea de su lista, mientras espera que alguien entre y lo apuñale hasta la muerte, se siente como una emoción esencial de 2020.
La forma casi mundana en la que Among Us establece su ambiente se siente profética de este futuro vagamente agotador en el que todos parecemos estar atrapados. Estás encerrado en un entorno en ruinas que prohíbe la cooperación organizada, con al menos un traidor que te matará cuando sea el momento adecuado, pero mientras tanto, ¿podrías simplemente barrer algunas hojas y vaciar la basura? Aquí en 2020 llamamos a ese sentimiento “jueves”.
Pero todos estos elementos no capturarían por completo el zeitgeist si Among Us no los llevara un paso más allá. No es solo un juego sobre la desalentadora resignación de una clase trabajadora marginada y acosada. Es un juego sobre la comunicación y cómo abusar de ella en tu beneficio.
La parte más importante de Among Us no ocurre en los confines de alguna nave espacial o base volcánica. Ocurre en la sala de reuniones, una pantalla estática que muestra quién ha muerto y quién queda vivo, porque es el único lugar que en realidad te permite comunicarte con otros jugadores. Más importante aún, te permite acusarlos de estar demasiado cerca de un conducto de ventilación o cuestionar alguna maniobra sospechosa que hicieron mientras tú estabas arreglando las comunicaciones.
Funciona de la siguiente manera: si alguien encuentra un cadáver mientras está completando su lista de tareas, puede denunciar el crimen. Además, una vez por juego, cada jugador puede convocar una reunión de emergencia. En ambos casos, el grupo se reúne para discutir mientras un temporizador cuenta los pocos segundos restantes para llegar a algún tipo de consenso. De repente, este juego tranquilo se enciende con una cacofonía de acusaciones, recriminaciones, coartadas y súplicas mientras cada jugador defiende por qué son inocentes o por qué otro jugador debe ser expulsado por una compuerta.
La mitad del tiempo, a medida que aumenta la intensidad de los gritos y las protestas, empiezo a añorar la agradable tranquilidad de llevar a cabo tareas sencillas mientras un asesino me acecha en la oscuridad.
Es un estudio de caso sobre cómo la fabricación del caos destruye comunidades. El impostor no necesita aportar afirmaciones categóricas de su inocencia, simplemente necesita un chivo expiatorio plausible o generar desconfianza en las personas que lo intentan acusar. A veces, el camino del impostor hacia la victoria es darse cuenta de las cosas a las que todo el mundo está tratando de dar seguimiento y capitalizar los recuerdos defectuosos o inciertos. Cuando de repente el jugador verde no puede recordar exactamente qué tareas le quedan, acúsalo de ser un traidor. Cuando el amarillo sigue contando la misma historia (verdadera) una y otra vez sobre cómo mataste a un hombre en la sala de sistemas eléctricos, convierte esa certeza persistente en la evidencia de una supuesta conspiración. Es igual de probable que la persona que descubre un cuerpo en la escena del crimen sea arrojada al volcán como el hombrecito turquesa con un cuchillo ensangrentado en sus manos. Es como dice el viejo refrán, los soplones acaban incinerados en un mar de roca fundida.
Sin embargo, estar muerto en Among Us no es algo liberador. Con frecuencia, la parte más difícil es lo que ocurre después de que tus compañeros de tripulación se vuelven contra ti. Debes permanecer en silencio, atento a las discusiones, como un fantasma sentencioso, observando cómo el impostor que te asesinó teje su red de engaños sobre los demás, y viendo cómo el mismo patrón se repite en un nuevo y desafortunado jugador. Es la misma sensación que me agobia cada mañana cuando veo qué nueva tragedia se está propagando en las noticias matutinas, o qué nuevo desastre político está devastando al mundo.
Quizás todo esto hace que Among Us suene como una actividad seria, sin alegría, pero no es el caso. Su presentación contradice su temática oscura, y es una implementación entretenida de la antigua idea de divertirse mientras intentas joder a tus amigos. En algún momento el juego termina, alguien gana, alguien más pierde y la mayoría de las veces, no siempre, pero la mayoría de las veces, todos vuelven a ser amigos. Esta etapa de descompresión entre juegos mientras los jugadores se reúnen en el lobby es esencial para dejar atrás lo ocurrido, ya sea aplaudiendo los engaños bien elaborados o lamentándose por los errores estratégicos. Unas cuantas risas, un poco de resentimiento y la reconciliación con los impostores suelen arreglar las cosas.
Esa dinámica podría ser la parte menos 2020 del juego. Among Us está inmerso en el aumento de la tensión y la sensación de fatalidad inminente, incluso para el impostor que puede ver a todos esos molestos humanos progresando a un ritmo constante, alejándose cada vez más de su elaborado plan de sabotaje. Sin embargo, la tensión de Among Us es finita y eventualmente cede. Crece, se resuelve y luego te libera. Esa liberación es algo con lo que en realidad no puedo identificarme en este momento. Quizás algún día, pero ese intermedio antes de que el péndulo vuelva a restablecerse antes de balancearse más cerca con cada golpe de su arco se siente como un lindo sueño que recuerdo haber tenido una vez.
Quizás sea la razón más importante por la que Among Us tiene éxito en este momento. No se siente como una época que la que la mayoría de la gente quisiera ver reflejada. Sin embargo, es un juego que parece tener muchos paralelos con la época actual, salvo esa resolución final. Quizás esa parte sea lo que buscamos más que nada. La sensación de atravesar la pesadilla y despertar en el otro extremo. La idea de que tal vez, solo tal vez después de que el caos se haya resuelto, podamos volver a algún tipo de normalidad.
Por otro lado, tal vez volver a un lugar donde todos nos sentamos y nos reímos de la vez que casi arrojamos a algunas personas por una compuerta no debería ser necesariamente el objetivo. No lo sé. Lo único que sé es que tengo unos escudos que arreglar y una explosión del reactor que prevenir, y estoy bastante seguro de que ese tipo de allí intentó matarme. Estoy bastante ocupado, si se han dado cuenta.
Sean Sands https://ift.tt/3kzeyV4
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