Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Los medios de comunicación siberianos reportaron el descubrimiento de un cráter de 50 metros de profundidad en la tundra ártica que se formó repentinamente. Este tipo de cráteres ha sido visto desde 2014 y los científicos creen que podría ser el resultado de erupciones criogénicas; en otras palabras, volcanes de hielo.
Según el Siberian Times, un equipo del canal de televisión Vesti Yamal observó el enorme cráter por casualidad mientras realizaba un recorrido por la zona. El cráter es uno de varios avistados en las penínsulas de Yamal y Taymyr en Siberia. Estos fenómenos geológicos han sido investigados durante años.
Un grupo de investigación dirigido por el geólogo de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú, Andrey Bychkov, propuso que el primer cráter descubierto en la región fue causado por la erupción de un volcán de hielo. En 2018 publicaron un artículo en la revista Scientific Reports para explicar el origen de lo que denominaron “el cráter espectacular”.
Bychkov dijo en un correo electrónico que el criovulcanismo es un fenómeno conocido en otros planetas, pero que antes de su estudio no se creía que existieran volcanes de hielo en la Tierra. Sin embargo, los científicos descubrieron que una erupción criogénica explicaría adecuadamente cómo se formó el cráter.
En aquel entonces, otros investigadores teorizaron que el impacto de un meteorito o una migración profunda de gas bajo la superficie de la Tierra pudieron haber formado el cráter.
En el artículo, los autores describen cómo una colina cubierta de hielo llamada pingo pudo haber sufrido una explosión que dio origen al cráter. Primero se forma un talik —un área de tierra no congelada rodeada de permafrost— debajo de un lago de deshielo, un proceso que dura miles de años. La parte superior del talik se congela mientras el metano y el dióxido de carbono se acumulan dentro de su núcleo. La presión neumática que empuja hacia arriba la parte superior congelada del talik produce un pingo que finalmente estalla.
Bychkov dijo que todas estas explosiones han ocurrido en lugares remotos, con una excepción. La gente logró registrar humo y sonidos fuertes en el único caso reportado de la formación de un cráter cerca de un asentamiento humano. Según Bychkov, los cráteres no permanecen como agujeros abiertos en la Tierra por siempre; el agua eventualmente llena estos cráteres, produciendo lagos redondos que están muy extendidos en el Ártico.
“Hay miles de lagos redondos; pudieron haber sido cráteres”, dijo.
Las explosiones de pingos que dan pie a la formación de cráteres también parecen estar asociadas con veranos excepcionalmente cálidos. El calor, según Earther, probablemente debilitó el permafrost siberiano, facilitando la explosión de metano del pingo. Sin embargo, Bychkov dijo que todavía no sabemos con exactitud cómo afectan las temperaturas cálidas al criovulcanismo.
Para Bychkov, lo fascinante no son los cráteres en sí mismos; más bien es la ecología y la composición de los taliks: ecosistemas que han estado aislados del resto del mundo durante milenios.
“Lo más interesante es la vida en el talik”, dijo Bychkov. “Es un mundo cerrado con una evolución separada del oxígeno durante miles de años. Tipos particulares de microbios pueden vivir a bajas temperaturas y producir gases, los cuales producen el criovulcanismo. Este mundo no ha sido explorado aún”.
Maddie Bender https://ift.tt/eA8V8J
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