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miércoles, 9 de septiembre de 2020

Chadwick Boseman transformó la vida de los niños negros de las favelas de Brasil

RÍO DE JANEIRO - Jackson Duarte, de 7 años, fue a ver “Black Panther” dos veces al cine con su mamá. La película, protagonizada por el fallecido Chadwick Boseman, cambió para siempre a Duarte, que vive en las afueras de Río.

"Estamos sucios" y "No quiero ser negro", son algunas de las cosas que Jackson solía decir, le dijeron sus padres a VICE News.

"Black Panther puso fin a eso", dijo el padre del niño, Alan Duarte, quien nació y se crió en las favelas de Complexo do Alemão en Río de Janeiro. “Le ayudó a tener referencias sobre su color, su raza, y ver la fuerza que hay en ello”.

Es por eso que Duarte, como muchos otros residentes de las favelas de Brasil —los vibrantes y estigmatizados vecindarios de clase trabajadora, compuestos en su mayoría por personas negras, agrupados en las periferias de las principales ciudades del país—, encontró un paralelo en Wakanda.

Pronto Jackson y su padre empezaron a cruzar los puños sobre su pecho al estilo de Wakanda cada vez que festejan algo.

El fallecimiento de Boseman, de 43 años, ha conmocionado a muchos en Brasil. Para las favelas de todo el país, el lanzamiento de "Black Panther" marcó un punto de inflexión en la representación cultural.

Con el estreno de la película a principios de 2018, los líderes y organizadores de la comunidad en las favelas actuaron de inmediato, financiando colectivamente funciones locales y viajes en autobús a los cines. Para los niños de las favelas, muchos de los cuales nunca habían visto una película en la pantalla grande, esta era la oportunidad de ver a un héroe que se parecía a ellos. En una de esas salidas, René Silva, fundador del medio de noticias de la favela _Voz das Comunidades (que se traduce como Voz de las Comunidades), realizó una proyección de la película para 300 niños, en lo alto de las colinas de la favela Vila Cruzeiro en Río.

En las favelas del lejano oriente de São Paulo, la Biblioteca Comunitaria Assata Shakur combinó proyecciones locales con actividades artísticas para los niños. Ver a un elenco casi en su totalidad de personas negras hizo que los niños "se sintieran representados", dijo la asistente de biblioteca Maria Vitória Esquivel, de 18 años. "Hicieron comentarios como 'Tiene el pelo como el mío' y 'Quiero ser Black Panther'. Estas reacciones no hacen más que fortalecer nuestra voluntad de seguir trabajando con representaciones positivas”.

Los niños no fueron los únicos en reaccionar así. La película asombró a toda una generación de adultos jóvenes en las periferias de Brasil.

“Fue más que solo una película”, dijo Anna Verena, una artista y diseñadora gráfica de 22 años de Feira de Santana, una de las pocas ciudades del interior del noreste con salas de cine comerciales. Los espectadores venían de todo el estado de Bahía y planeaban viajes nocturnos solo para ver la película.

“Fue la primera vez que vi a tanta gente negra soñar con un universo ficticio y tener un universo con el cual identificarse”, dijo.

“Fue algo que nunca había sentido en mi vida”, dijo Ivana Dorali, una periodista de 34 años de Salvador, Bahía. “Es transformador verte a ti mismo en un papel de heroísmo, de liderazgo. Cambia tu visión de ti, de quién eres, de lo que eres capaz".

Incluso después de la muerte de Boseman, dijo Alan Duarte, el legado que dejó con "Black Panther" perdurará.

“Para los chicos de las favelas y periferias, él nos dio argumentos y fuerza para enfrentarnos al racismo en el resto de la ciudad, al decir que somos superhéroes. Somos wakadianos".

Edmund Ruge https://ift.tt/eA8V8J

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