Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
En Strange Adventures, Adam Strange es un hombre desesperado. Número tras número suplica a los héroes de la Tierra que se unan a él en una guerra en una tierra lejana. Uno tras otro rechazan su invitación, y a medida que la rechazan, Strange se enoja cada vez más, hasta que se convierte en un loco que echa espuma por la boca. Nosotros, los lectores, sabemos que su testimonio está basado en mentiras. Pero Strange ve su causa tan justa que se ha engañado incluso a sí mismo, creyendo que es la verdad.
Para entender Strange Adventures, el nuevo cómic del escritor Tom King, es importante conocer un hecho fundamental sobre su autor: Tom King solía ser un operativo de la CIA. Específicamente, fue un operativo de la CIA en Irak y Afganistán. No es algo que King esconda, hasta el punto de que la sombra de Irak y Afganistán se cierne sobre su trabajo. Por ejemplo, la obra más literal de King, El sheriff de Babilonia —titulada originalmente _El sheriff de Bagdad_— trata sobre sus experiencias en Irak.
La guerra de Irak es una característica del trabajo de King de la misma manera que la Primera Guerra Mundial es una característica constante en la literatura de Hemingway, o de Orwell durante la Guerra Civil española. Es la llave que abre todo sobre su escritura. Esto nunca ha sido más palpable que en Strange Adventures, un libro sobre un hombre destrozado que comete un terrible error.
La analogía es tan obvia que puedes verla desde un kilómetro de distancia. Adam Strange ha estado librando una guerra en Rann, una lejana tierra desértica. Está seducido por una inteligencia militar incorrecta y una visión curada de su historia, y está convencido de que los Rannians pueden superar con su fuerza militar a los aparentemente atrasados Pykkts, que están invadiendo el planeta. En la Tierra, Adam Strange es un héroe de guerra que trata de convencer a los peces gordos —ya saben, Superman, Batman, Green Lantern— de que necesitan apoyarlo en Rann. Batman tiene la intención de ayudarlo, pero cree que la Liga de la Justicia debería investigar al tipo. Dado que él y Strange son amigos, Batman elige a Mr. Terrific para dirigir la investigación.
Mr. Terrific inmediatamente identifica una mentira que es fundamental para la historia de heroísmo de Strange, así como para su narrativa de por qué es necesario ir a la guerra en Rann. Sin embargo, el público no le presta atención a este hecho: Mr. Terrific es un hombre negro, más inteligente que Batman pero no tan popular; su piel es de un negro profundo que se destaca de manera llamativa contrastada con la tez blanca de sus compañeros. La sola idea de que esta persona esté investigando a un héroe de guerra pone al público en un frenesí.
Tenía doce años cuando mis padres me llevaron a mi primera protesta contra la guerra de Irak. Mis recuerdos son confusos; sobre todo, recuerdo haberme preguntado cuándo dejaríamos de marchar y si podría ver a System of a Down, que había escuchado que iban a grabar un video musical en la zona. Fue este, por cierto:
La guerra en Irak ha durado la mayor parte de mi vida. Estados Unidos sigue allí, respaldando a un gobierno que ha estado luchando contra los insurgentes desde su desestabilización. Es innegable que Saddam Hussein fue un dictador y un déspota; hay fosas comunes de kurdos iraquíes que fueron asesinados por su régimen. La coalición liderada por Estados Unidos nunca encontró las armas de destrucción masiva que presuntamente motivaron la invasión, pero 17 años después, miles y miles de personas han perdido la vida como resultado.
Strange Adventures llega en un momento curioso, cuando George W. Bush, el hombre responsable de estas muertes que pudieron haberse prevenido, está siendo rehabilitado por liberales de poca memoria; Michelle Obama incluso lo abrazó en público, como si fuera un viejito adorable.
Strange Adventures logra una hazaña alquímica al desenredar el miedo y la paranoia que impulsaron a Estados Unidos en ese período al retratarlo como el espejo de aquello que le provoca miedo y paranoia en la actualidad: las personas negras.
La negritud de Mr. Terrific es innegable en este cómic, y es parte de lo que lo convierte en la estrella, incluso por encima de Strange. Strange es un héroe trágico shakespeariano; Terrific, quien realiza exámenes sorpresa de historia para sí mismo mientras hace dominadas antes de ponerse su cazadora con las palabras “fair play” (juego limpio) estampadas en los brazos y pintarse una T en la cara, es la fuerza natural que llega para derribar todas sus ilusiones. Por atreverse a investigar las afirmaciones de alguien más, Mr. Terrific se convierte en un paria, su otredad resaltada por su tono de piel y su traje completamente negro. La esposa de Strange, Alanna, líder del pueblo de Rann, aviva el ansia de guerra de Estados Unidos alimentándola con xenofobia; no solo el miedo ante los Pykkts, a quienes describe como brutales e irreflexivos, sino el miedo al otro que reside en nuestro propio planeta.
En el mejor de los casos, la gente mira a Terrific con sospecha mientras investiga los antecedentes y las acciones de Adam Strange durante la guerra en Rann. Es un escepticismo que me resulta familiar, ya que he sido negro en Estados Unidos toda mi vida. Durante la guerra, mi familia no fue arrastrada por el patriotismo que se apoderó de gran parte de la nación. Mi madre recibió una carta que decía que, según la Ley Patriota, su plan de estudios de literatura poscolonial podría estar sujeto a revisión por parte del gobierno. A medida que me interesé por los años 60 y el movimiento por los derechos civiles, mi madre también me advirtió que el gobierno podría monitorear los registros de mi biblioteca, y que algunos de los libros que quería sacar habían sido considerado peligrosos. Albergar cualquier pensamiento que no apoyara el argumento de “lo bueno que es Estados Unidos” se sentía peligroso en aquel momento. Las Chicks, antes llamadas las Dixie Chicks, pasaron años recuperándose de su decisión de criticar a George W. Bush en 2003.
Ser tratado como el otro puede darte una perspectiva clara. En Strange Adventures, Terrific disfruta del odio que otras personas sienten hacia él. Cuando la policía espacial casi lo mata en su cama, Terrific reacciona como si lo hubiera despertado una mascota rebelde o un niño asustado en lugar de decenas de alienígenas con armas. Sirve a un poder superior y está escrito en su chaqueta: fair play. Un análisis imparcial de los hechos. La verdad.
Lo que hace que Terrific se sienta negro no es solo la forma en que el artista Mitch Gerard ilustra sus fosas nasales o su cabello rizado, sino una cierta cualidad de “sinceridad salvaje” que el personaje lleva a cada cuadro. Denuncia las falsedades cuando las ve. Es inflexible. En un número, un personaje lo abofetea, y Terrific le devuelve el golpe. “¿Qué diablos crees que significa 'fair play'?”, le dice. Tanto King como Gerards brindaron palabras de apoyo a un cosplayer negro que actualizó el disfraz de Mr. Terrific para incluir un puño de poder negro pintado en su rostro en lugar de la icónica T, logrando hilvanar el tejido que King está tejiendo en su serie. El movimiento Black Lives Matter aterroriza a los conservadores en parte porque les pide que tengan en cuenta un pasado violento y racista, y que reconozcan un presente de iguales características. Terrific, así como el movimiento en general, no tienen tiempo para contar historias que sirvan de consuelo y que dependen de una mentira asesina.
Los estadounidenses son muy buenos para ignorar los problemas, tanto que cuando se los señalan, tienden a molestarse con el mensajero. Según Gallup, el pueblo estadounidense pensó que las protestas por los derechos civiles estaban dañando la causa en los años 60. Cuando Colin Kaepernick se arrodilló durante la entonación del himno nacional en protesta contra la violencia policial, terminó siendo bloqueado por la NFL. A pesar de una oleada de protestas contra la brutalidad policial que se han prolongado durante todo el verano, el presidente Trump y su base conservadora las han caracterizado como disturbios, donde agitadores externos acuden en masa a las ciudades para incitar el caos. Llamó al movimiento “malo para las personas negras” en una entrevista con Laura Ingraham en Fox News durante el fin de semana.
En Strange Adventures, Terrific se convierte en la encarnación de todos esos movimientos, llevándose la peor parte de la ira del público en busca de la verdad. Me recuerda el ideal platónico de un periodista, como cuando Ida B. Wells hizo reportajes sobre linchamientos a pesar de las amenazas contra su propia vida. “La gente debe tener conocimientos antes de poder actuar, y no hay mayor educador que la prensa”, escribió Wells en un panfleto de 1892 sobre la realidad de los linchamientos en el sur de Estados Unidos.
Si Strange Adventures trata sobre algo, es sobre cuestionarnos cuántas mentiras asesinas subyacen en nuestra propia sociedad. Adam Strange, señalando con el dedo de manera acusatoria a los superhéroes que no se unirán a su cruzada, es nuestra imagen reflejada, aferrándonos a una ficción para justificar la muerte de cientos de miles de personas.
Gita Jackson https://ift.tt/3hWuOP4
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