Este artículo se publicó originalmente en VICE Países Bajos.
Los científicos de todo el mundo trabajan contra viento y marea para desarrollar una vacuna y un tratamiento para el coronavirus. Nosotros, las personas normales, no podemos ponernos los guantes y correr al laboratorio para ayudarles. Pero, si crees haber tenido el virus, una forma en la que puedes contribuir es donando plasma a un banco local de sangre.
El plasma es un líquido amarillento que conforma un 55 por ciento de la sangre y contiene los anticuerpos. Los pacientes del covid-19 de todo el mundo están siendo tratados en este momento con el plasma de las personas que han superado el virus, con la esperanza de que sus anticuerpos puedan ayudarles a combatirlo. El plasma ya se había utilizado con anterioridad para tratar virus como el de la rabia, la hepatitis B o la varicela.
De momento, se necesitan más pruebas clínicas para determinar si el tratamiento es efectivo contra el covid-19, pero la FDA estadounidense aprobó su uso como “prometedor” el 23 de agosto. Mientras, científicos de diferentes países, como Reino Unido o Países Bajos, están recogiendo plasma de pacientes como parte de un estudio global sobre los efectos de este en el virus. Los primeros resultados se esperan en otoño de este año.
Wouter Ubbink, neerlandés de 22 años, probablemente contrajo la covid-19 a finales de marzo. “Uno de mis compañeros es médico y dio positivo”, nos contó Ubbink por teléfono. “Yo tenía los mismos síntomas: estaba débil en cama, con fiebre. No me hicieron el test porque en aquel momento tenían una capacidad limitada [en los Países Bajos], pero probablemente lo tuve”. Como donante habitual del banco de sangre neerlandés Sanquin, Ubbink decidió apuntarse a las donaciones de plasma. Pero cuando llamó para pedir cita, le dijeron que no podía participar. La razón que le dieron fue que había tenido sexo con un hombre tres años y medio antes.
Muchos países no permiten a los hombre que tienen sexo con otros hombres donar sangre. Pero en los Países Bajos aceptan las donaciones siempre y cuando el encuentro sexual más reciente haya ocurrido cuatro meses antes. Un portavoz de Sanquin nos dijo que estas restricciones se aplican especialmente a los hombres que tienen sexo con otros hombres porque “ciertas enfermedades infecciosas como la hepatitis B o el VIH son mucho más comunes dentro este grupo”.
La compañía analiza todas las donaciones en busca de enfermedades, pero algunos virus, como la hepatitis B, pueden tardar hasta 4 meses en aparecer. La regla de los cuatro meses también se aplica a otras categorías de donantes de riesgo, como la gente que acaba de ser operada o que ha estado recientemente en el África subsahariana. Las normas del banco de sangre podrían ser consideradas como discriminatorias hacia los hombres homosexuales, pero en 2019 el Instituto para los Derechos Humanos de los Países Bajos, una institución independiente que investiga las violaciones de los derechos humanos en el país, declaró que eran legítimas por razones de salud pública.
En el caso de Ubbink, han pasado años desde que tuvo relaciones sexuales con un hombre. Sin embargo, el representante de Sanquin señaló que su plasma podría ser utilizado fuera de los Países Bajos, puesto que los laboratorios de todo el mundo están cooperando para desarrollar el tratamiento. “Tenemos que seguir las normas internacionales o no podremos participar”, dijeron, señalando que Sanquin no estaba de acuerdo con la situación actual. “Países Bajos es un país demasiado pequeño como para hacerlo por sí mismo”.
Con o sin buenas intenciones, el banco de sangre se esconde detrás de normas internacionales. Asimismo, las leyes neerlandesas son poco claras al respecto. En 2015, el Instituto para los Derechos Humanos de los Países Bajos declaró que Sanquin no podía prohibir permanentemente a un hombre donar sangre por sus relaciones sexuales con otros hombres en el pasado. Pero esta decisión no se aplica al plasma y no es legalmente vinculante, aunque podría usarse en un tribunal en caso de una demanda.
“Entiendo que es una decisión difícil”, dijo Ubbink. “Pero al final, se basa en normas conservadoras de otros países”. El instituto está investigando el caso de Ubbink, que se encuentra a la espera de los resultados. Por ahora, un representante nos dijo que no pueden ofrecer comentarios sobre casos abiertos. Mientras, Wouter dice que espera que tanto Sanquin como los políticos neerlandeses presionen a las comunidades internacionales para cambiar este enfoque. “Quizás sea hora de presentar una ley europea sobre el tema”, dijo.
Nils de Lange https://ift.tt/eA8V8J
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