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miércoles, 2 de septiembre de 2020

¿Por qué no puedo sentirme feliz por el éxito de mis amigos?

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Cuando un amigo cercano comparte buenas noticias personales o profesionales –como que lo ascendieron en el trabajo o empezó una nueva relación o se comprometió–, puede ser difícil de asimilar. Es posible que quieras celebrar con tu amigo, pero en secreto sientas envidia de sus buenas noticias. Sobre todo puede ser difícil poner cara de felicidad si te sientes solo, ignorado o inseguro en ciertos aspectos de tu vida.

Aunque en el momento te sientas avergonzado de lo que sientes, este tipo de sentimientos encontrados es muy común. "Es normal experimentar tanto felicidad como envidia y orgullo y preocuparnos por nuestro propio futuro o nuestras metas", le dijo a VICE Miriam Kirmayer, psicóloga clínica y experta en amistad.

Celebrar el éxito de un amigo requiere que aceptemos sentimientos de vulnerabilidad, dijo. “Cuidarnos a nosotros mismos, incluida nuestra necesidad de consuelo, validación y aliento, es lo que en última instancia nos permite mostrarnos de manera más plena ante nuestros amigos”, dijo Kirmayer. Mostrarte vulnerable y compartir tus problemas y desafíos es un componente crucial en las amistades saludables, aunque puede resultar arriesgado bajar la guardia y compartir cómo te sientes realmente.

Para ser claros: ser incapaz de sentir entusiasmo por, digamos, las fotos de un amigo que se acaba de comprometer o que se compró un departamento increíble, no te hace una mala persona. Como dijo el psicólogo Uche Ukuku: “Te hace humano”.

Aún así, es comprensible que quieras evitar tener una reacción negativa a las noticias personales o profesionales positivas de un amigo. Si estás tratando de procesar por qué los logros de tus amigos te hacen sentir tan triste, aquí te decimos algunas de las posibles razones.

Asumes que el éxito es un recurso finito.

Tus sentimientos subyacentes pueden ser algo como: Si mi amigo experimenta algo bueno, eso significa que hay menos cosas buenas disponibles para mí. Esa línea de pensamiento es rotundamente falsa. Ayanna Abrams, psicóloga, le dijo a VICE que es importante tener en cuenta que el éxito de otra persona no tiene nada que ver con el nuestro.

Es normal que nuestras vidas se desarrollen de diferentes maneras, en diferentes líneas de tiempo. Por supuesto, puede resultar desagradable cuando un amigo logra un acontecimiento histórico antes que tú, pero es totalmente normal, especialmente entre amigos que se encuentran en etapas similares de vida o profesionales.

Sientes que mereces lo que tu amigo tiene.

La identidad de una persona tiende a estar entrelazada con las personas con las que tiene lazos más fuertes. “Cuando nos acercamos a las personas, comenzamos a incluirlas en nuestro sentido de identidad, de modo que su alegría se sienta como nuestra alegría y su dolor se sienta como nuestro dolor”, le dijo a VICE Marisa G. Franco, psicóloga y experta en amistad.

Por lo general, esto es algo bueno, porque te sientes en la misma onda que tus amigos. Sin embargo, también podrías creer (incorrectamente) que, porque tu amigo consiguió el trabajo de sus sueños durante una época de desempleo en general, o tiene 20.000 seguidores en Instagram y un montón de ofertas con diferentes marcas, también deberías poder disfrutar de los mismos logros.

“Desafortunadamente, pasamos mucho tiempo codiciando lo que otros tienen como si tuviéramos derecho a tener las mismas cosas y, en realidad, nadie tiene garantizadas las mejores partes de la vida”, dijo Abrams. "Y esa pastilla puede ser difícil de tragar".

Te pones metas para medir el éxito.

Es importante que cada uno cultive sus propios valores, planes y deseos, pero Kirmayer dijo que debemos tener cuidado de comprometer esos objetivos a una fecha límite al azar que muchas veces está fuera de nuestro control. Ese pensamiento puede verse así:

"Planeo casarme a los 25

Quiero tener hijos a los 30

Conseguiré un ascenso a los 35”

Si un amigo celebra este tipo de acontecimiento a la edad en que tú esperabas alcanzarlo, es posible que te sientas enojado o resentido. “Cuanto más rígidos somos con los plazos, es más fácil que quedamos atrapados en comparaciones sociales y pensar que algo nos falta”, dijo Kirmayer.

Esta disparidad puede hacer que las discusiones sobre el éxito de un amigo sean particularmente incómodas, dijo, "ya que es más probable que nos enfoquemos en cómo estamos midiendo el éxito y sintamos que esto dice algo sobre nuestra capacidad de alcanzar nuestras metas".

Minimizas tus propios esfuerzos.

Es fácil concentrarte tanto en la vida de tu amigo que pasas por alto tus propias victorias en el trabajo y en casa.

Cuanto más pasamos por alto, minimizamos o descalificamos nuestros propios logros, "más sentimos celos, envidia, frustración o preocupación al escuchar los logros de nuestros amigos, y esto puede hacer que sea más difícil brindar apoyo y estar presente". Dijo Kirmayer.

Abrams recomendó tomar notas sobre lo que logras cada día, junto con reflexionar regularmente sobre lo que te gusta de ti mismo y qué espacios o personas te ayudan a sentirte mejor. Con suerte, ver este inventario te dará una imagen más clara (y más positiva) de tu propia vida. “Recordar lo que tienes te deja menos tiempo para pensar en lo que no tienes”, dijo.

Para seguir adelante, sé honesto contigo mismo (y tal vez con tu amigo).

Esfuérzate por aceptar que estás en un camino diferente al de los que te rodean y no compares tu vida con la de los demás. Abrams sugiere practicar este cambio de pensamiento cada vez que notes que brotan sentimientos de envidia. Dilo en voz alta: cada quien está en su propio camino. El éxito de un amigo en un ámbito no influye en tus posibilidades de triunfar en un área similar.

Si crees que ser sincero sobre tus celos hacia tu amigo te ayudará, no es una mala idea hacerlo. “Reprimir nuestros pensamientos y sentimientos no solo es malo para nuestra salud emocional, sino que también puede hacer que nuestros pensamientos de celos surjan con más fuerza”, dijo Franco.

Marisa recomienda decir algo cálido y vulnerable como: "Te quiero mucho, y quiero ser feliz por ti, pero me está constando trabajo en este momento porque mi vida profesional no va tan bien".

Una vez que hayas compartido esto, tu amigo incluso podría darte pistas sobre la realidad tras bambalinas de que sus felices noticias no son tan optimistas como podrías suponer. Tal vez esté emocionado por su compromiso, pero está experimentado roces con sus futuros suegros. O el amigo que consiguió el nuevo trabajo está descubriendo que el ambiente laboral es algo tóxico.

Si sigues sintiendo algo que te molesta, considera hablar con un profesional para procesar tus sentimientos. El terapeuta adecuado puede ayudarte a aprender a tolerar mejor tu angustia, dijo Abrams, "para que puedas ser el amigo solidario que quieres ser".

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