El equipaje. Los boletos de avión o los zapatos que te ayudarán a cruzar la frontera. Aprender nuevos acentos. Nuevas comidas. Otras formas. La xenofobia. Las citas virtuales con tus familiares. Los gobiernos corruptos y asesinos. Las empanadas. El exilio obligado. El Campín de Bogotá. La Bombonera. Los tacos al pastor. Latinoamérica constituye todas estas escenas. Somos también gente mestiza, inmigrantes, caminante.
Podríamos decir que ser joven en Latinoamérica tiene mucho que ver con ser inmigrante. Con desplazarnos y buscar otro tipo de vida. Con vivir o haber vivido en países que tienen algunas de las ciudades más peligrosas del mundo. Representar la latinidad y nuestra herencia en lugares donde piensan que todos somos de México.
Seleccionamos a diez fotógrafos latinos regados por el mundo para que con una foto nos representaran lo que significaba ser joven y latino en el 2019. Acá sus postales para el tiempo.
Paula Duque, Colombia, 25 años
"Ser joven en Latinoamérica es ser convergente. Habitamos cada espacio entendiendo las diferentes dinámicas que lo atraviesan. Con los años aprendemos a ser parte de cada ladrillo que construye la ciudad, para sentirla, vivirla y sobrevivir en ella. Somos porque el otro es. Cada una de las personas que se cruzan en nuestro camino, instantáneamente, se convierten en parte de nuestra historia y lo que somos. Es así que vibramos y logramos habitar nuestros espacios, transformándolos e imprimiendo en ellos cada gota de nuestra esencia".
Franklin Villavicencio, Nicaragua, 21 años
Ser joven en un país como Nicaragua se ha vuelto un riesgo. Además, ser disidente, puede costarte la vida o la libertad. Desde abril de 2018, la vida de miles de jóvenes nicaragüenses cambió radicalmente. Muchos universitarios que participaron en las protestas han tenido que exiliarse, y otros vivir en casas de seguridad. Las principales universidades públicas fueron tomadas por estudiantes, convirtiéndose en un bastión vivo de resistencia. El 13 de julio, las fuerzas policiales de Daniel Ortega atacaron en Managua, la Universidad Autónoma de Nicaragua, la institución educativa estatal más importante del país. Unos 200 universitarios permanecían atrincherados en el campus, como una forma de presión al Gobierno. La respuesta de la Policía Nacional fue sacar a los jóvenes a balazos. En el asalto murieron dos universitarios y hubo decenas de heridos. Esta escena es una muestra de la complejidad de ser joven —y soñar con un país libre y democrático— en Nicaragua, y también es el reflejo de las distintas realidades que se viven en una región tan convulsa como Centroamérica".
Andrea Fischer, Argentina, 35 años
"Como si fuera una carrera de constantes obstáculos que parecen insondables, ser joven en Latinoamérica implica creatividad constante para que, aún con escasez de equipamiento, se pueda contar la maravillosa y basta riqueza estética y cultural, de un pueblo acostumbrado a sentir intensamente. Sortear las dificultades económicas ayuda a desarrollar mayor agudeza de sentidos y la optimización de todos los recursos tanto técnicos como humanos; la inventiva, el no aceptar un “no” como respuesta, la perseverancia, la necesidad de crear a pesar de la adversidad son los motores y el mayor desafío de esta maravillosa profesión. Somos los protagonistas de una generación que entiende que la próxima revolución es cultural, y que tendremos en Latinoamérica la oportunidad histórica de demostrar que somos potencia en materia de industrias culturales".
David Radosta, Argentina, 29 años
"Ser joven en América Latina es saber de muy chico que hubo gobiernos militares propiciados por potencias extranjeras y que todavía hay gente que nos falta. Es saber que las calles hoy son nuestras. Seguimos buscando en Argentina a los desaparecidos por la última dictadura militar y la juventud que levanta la bandera de la memoria, la verdad y la justicia juega un papel fundamental para que esa juventud desaparecida no sea olvidada. Para que los salvajismos sufridos en América Latina propiciados por potencias extranjeras no formen solo parte de una página en los libros de historia. La memoria es un ejercicio constante, y la juventud latinoamericana lo sabe".
Florencia Alvarado, Venezuela, 35 años
"María usaba pantalones de látex rojo. Yo también. José se casó con una falda blanca. José hablaba con el delivery de las empanadas en medio de su matrimonio. María es actriz. José también. Maria es bartender. José también fue. María está en Brooklyn. José ahora en LA. "Báilame como si fuera la última vez, y enséñame ese pasito que no sé".
Libertad Acosta, Venezuela, 21 años
Hice esta serie pensando en aquella cita de Bertolt Brecht: ''Me parezco a aquel hombre que llevaba un ladrillo para mostrarle al mundo cómo era su casa''. El hombre en traje de baño cargando una pecera en sus manos, es una fotografía que retrata el sentir de un yo inmigrante, pues crecí en una familia de inmigrantes latinos y la paradoja (o condena) es que sea yo hoy quien huye del país al que mis padres le apostaron. Para mí ser joven y latina no es una experiencia, es pasar la vida construyendo una casa y jamás saber si la tierra es firme, casas con más historias que metros cuadrados. Flores, frutas y canciones en todos lados".
Alberto Lara, México, 20 años
"Seleccioné esta fotografía, la cual es parte de un shooting que realicé en colaboración con el proyecto FLACKOS, en el cual se produce contenido fotográfico conformado por retratos de “voces jóvenes” que se encuentran en nuestro entorno.
Percibo jóvenes con inquietud y ganas no solamente de crear, sino también de entender, de escuchar y ser escuchados, pero a su vez frenados por obstáculos que surgen en el camino. En Latinoamérica, se encuentran desprotegidos en un montón de aspectos de la vida cotidiana, lo cual es preocupante y eso nos ha llevado a entender lo que significa buscar alternativas diferentes para poder salir adelante.
Me da mucho gusto ser espectador de una juventud más empática (aunque sería mentira decir que la totalidad se muestra así), que ha abierto lo ojos sobre las problemáticas y desigualdades que abrazan nuestra sociedad. Creo que también estamos inconformes con mucho de lo que nos han dejado las generaciones que nos anteceden y estamos siendo cuestionados y subestimados constantemente por estas generaciones.
Sería bastante difícil, en palabras, poder delimitar con exactitud lo que significa, o lo que es, ser joven en Latinoamérica, ya que de este lado del continente nuestros países forman parte de la lista de los que sufren más desigualdades y muchas veces, definiciones como estas podrían estar ignorando lo diferente que es vivir acá. Me da gusto formar parte de esta generación que cuestiona lo que lo imponen y que, a través de herramientas como el arte (en sus distintas expresiones) está haciendo el intento por resaltar y hacer notar que aquí estamos.
Ana Bugni, Argentina, 32 años
¿Qué es ser joven en Latinoamérica hoy?¿Qué nos diferencia de nuestros padres? ¿La pérdida de ideales? ¿Dejar de creer que un mundo mejor es posible? Tal vez una parte de nuestra generación nunca haya estado realmente cerca de la política. Algunos de nosotros crecimos en el transcurso de décadas marcadas por la progresiva despolitización y desinterés de la vida pública. Como sociedad capitalista, solemos preferir diferenciarnos a mezclarnos. O ese era el mandato. Quedamos en cierto estado de inmadurez en cuanto a nuestros instintos políticos y sociales. Pero en los últimos años se armó una red, un "nosotros" del cual muchos jóvenes forman parte, donde la vida colectiva como estructura social parece haber tomado el mando en pos de recuperar derechos sociales básicos. Esta foto la tomé en la marcha del orgullo gay del 2017 en Buenos Aires. Me pregunto si ser joven en Latinoamérica hoy no sea ejercer influencia en el tiempo que vivimos, creer en ese poder que tenemos y no tener miedo de expresarlo. En definitiva, hacer de nuestro cuerpo y nuestro amor un acto político.
Rafael Vadillo, México, 23 años
"La historia de todos los países tiene a más de un “héroe” que, se cuenta, luchó por la patria. Uno de los más sonados en México llevó el nombre de Juan Escutia y la leyenda dice que cubierto con la bandera tricolor se lanzó del Castillo de Chapultepec para protegerla del ejército estadounidense.
Más de uno podrá decir que es solo un mito, pero si lo aterrizamos a nuestra realidad como jóvenes latinoamericanos, hay una cosa que en la actualidad nos dota de identidad: nuestra nacionalidad.
Esa identidad es lo que nos ayuda a trascender ante el panorama gris con el que nos hemos topado. No importa de qué país latinoamericano seamos, todos tenemos en nuestro interior un sentimiento nacionalista que sale a flote cuando se trata de enfrentarnos al mundo y a sus adversidades. Ser joven en Latinoamérica es amar y ser apasionado por lo que haces y por tus raíces. Los sacrificios y esfuerzos (que son muchos) no pesan cuando te encuentras con las recompensas.
Cada vez es más complicado destacar en cualquier ámbito; por ello llegar a lo más alto (que en el ámbito deportivo muchas veces es representar a tu país) potencia todos tus sentimientos.
¿Y quién no ha sentido ese momento tan único que en México llamamos "enchinar la piel"? Ese instante en el que tu cuerpo se emociona y responde con un pequeño cosquilleo que algunas veces recorre únicamente los brazos, pero en muchas ocasiones va de pies a cabeza. No importa dónde sea. No importa el momento. El lugar donde naciste, o con el que te identificas, siempre será algo que no nos podrán quitar y lo llevaremos con orgullo a todas partes".
Santiago Méndez, Venezuela, 23
"Ser joven es equilibrio, sincronía y evolución. Es saber que venimos de todos lados y vamos hacía donde queremos, que los que nos rodean son nuestros iguales y que el significado de familia muta a algo más grupal cuando la luz de los demás se conecta con la de nosotros. Admirar nuestra sangre y nuestras raíces es la base y entender que nuestra individualidad está conformada no solo por nuestros deseos, sino también por nuestra cultura".
Puedes seguir a Diego en Instagram.
Diego Urdaneta https://ift.tt/2ZE1wuJ
No hay comentarios:
Publicar un comentario