Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
El incendio de Woolsey en el sur de California provocó pánico la semana pasada después de que las llamas invadieran el sitio de uno de los peores accidentes nucleares de Estados Unidos, el Laboratorio de Campo Santa Susana (SSFL, por sus siglas en inglés) en Simi Valley.
El incendio —uno de los tres que arrasaron California— estalló el jueves pasado y ha consumido más de 388.450 hectáreas en los condados de Los Ángeles y Ventura, cobrando la vida de dos personas en Malibú. Primero se reportó en una intersección ubicada en la propiedad del SSFL según la agencia estatal de protección contra incendios Cal Fire y el canal de televisión local KTLA 5, y ahora está contenido en un 47 por ciento. El sitio fue una vez un semillero para la aeronáutica experimental, las armas y la producción de energía de Estados Unidos, y el epicentro de un accidente nuclear parcial de 1959 que se mantuvo oculto al público durante décadas. NBC lo llamó "el secreto nuclear de LA" en un reporte investigativo de 2015.
El Departamento de Control de Sustancias Tóxicas de California, que supervisa la limpieza del antiguo sitio nuclear, dijo a Motherboard en un correo electrónico que las instalaciones contaminadas "no fueron afectadas por el incendio". La agencia dijo que las mediciones del SSFL y la comunidad circundante "no mostraron niveles de radiación por encima de los niveles de fondo, y no hubo niveles elevados de compuestos peligrosos, más que los normalmente encontrados después de un incendio forestal".
El Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles determinó que había un nivel de radiación "no perceptible" en el área que analizó.
Pero el grupo de vigilancia nuclear Médicos para la Responsabilidad Social no está de acuerdo, y ha advertido que la materia nociva y radioactiva probablemente pasó del suelo contaminado hacia el aire.
Dan Hirsch le dijo a Motherboard por teléfono que una "mezcla letal" de contaminantes (mercurio, cromo-6, plomo y desechos radiactivos) se encuentra en el suelo. Hirsch fue director del Programa de Política Ambiental y Nuclear de la Universidad de California en Santa Cruz y ahora dirige la organización sin fines de lucro sobre política nucleares Committee to Bridge the Gap. El científico dijo sentirse preocupado por la posible liberación de estos contaminantes gracias al incendio de Woolsey.
En una declaración reciente, la NASA confirmó "daños significativos por el incendio" en su parte del sitio, que es administrada conjuntamente por la agencia espacial, así como por Boeing y el Departamento de Energía, pero no prevé riesgos relacionados con la contaminación. "Las agencias de bomberos que respondieron al siniestro determinaron que el incendio no presentó ningún riesgo además de los que normalmente están presentes en una situación de incendio forestal", dijo la agencia.
Hirsch mencionó que las zonas gestionadas por la NASA y Boeing estaban repletas de "exóticos combustibles de cohetes" de las pruebas de motores y componentes que se usaron desde la era Apollo hasta la era del transbordador espacial.
La parte del sitio administrada por el Departamento de Energía contiene gran parte de la contaminación radiactiva, agregó Hirsch, ya que este fue el sitio anterior del accidente nuclear parcial. En un comunicado, el Departamento de Energía informó que sus áreas no fueron afectadas por el incendio.
"Me preocuparía que el fuego pudiera causar contaminación radioactiva en el suelo y las plantas y que esta polución fuera arrastrada por al aire y se alejara aún más del sitio, lo que afectaría aún más a las personas ubicadas en el paso del viento", contó a Motherboard Stephen Schwartz, investigador no residente del Boletín del Científicos Atómicos, en un correo electrónico. "No sería difícil monitorear el humo para evaluar el grado de peligro".
"Cal Fire está investigando la fuente y ubicación del incendio", dijo un portavoz de Boeing a Motherboard en un correo electrónico. "Pudo haberse originado en o cerca del sitio de Santa Susana de Boeing".
Aún se investiga si el punto de ignición estaba dentro de los límites del SSFL, aclaró a Motherboard un portavoz del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles, en una llamada telefónica.
Solo unos momentos antes de que Cal Fire reportara el inicio del incendio de Woolsey, una "perturbación" desencadenó un corte de energía en la subestación de Chatsworth que pertenece a la empresa eléctrica Southern California Edison. Los reguladores estatales ahora están investigando la posibilidad de que el incendio de Woolsey esté relacionado con la infraestructura de Southern California Edison. La compañía dijo en un comunicado que "cooperará plenamente", pero no ha habido "ninguna determinación de origen o causa".
Southern California Edison no hizo comentarios sobre la ubicación de la subestación de Chatsworth, pero un informe de la Comisión de Servicios Públicos de California de 2011 señala que se encuentra "dentro del complejo Boeing Rocketdyne Santa Susana".
Las imágenes aéreas publicadas en Twitter por KCAL y el reportero gráfico de KCBS Stu Mundel muestran que el incendio surgió en lo que parece ser el SSFL, cerca de la subestación y "a mil metros de donde ocurrió el accidente nuclear", según Hirsch.
El legado del SSFL es doloroso. Muchos residentes de Los Ángeles culpan al sitio de las tasas de cáncer sin precedentes de la comunidad. Un estudio realizado en 2007 por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades encontró que las personas que viven dentro de 3.2 kilómetros de la propiedad tenían tasas 60 por ciento más altas de contraer ciertos tipos de cáncer.
Sin embargo, el proceso de limpieza se ha prolongado durante mucho tiempo, con plazos vencidos y reclamos de que los estándares de descontaminación impuestos por Boeing no son lo suficientemente estrictos.
"El mayor problema es limpiar el sitio", dijo Hirsch. "Sigue siendo una gran fuente de contaminación que puede continuar migrando fuera del sitio".
Sarah Emerson https://ift.tt/eA8V8J
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