Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
La psilocibina, el compuesto psicoactivo presente de forma natural en los “hongos mágicos”, ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de ansiedad y la depresión. Un estudio publicado recientemente corrobora el potencial terapéutico de esta sustancia al concluir que los pacientes con depresión tratados con psilocibina presentaban una disminución de los síntomas incluso semanas después de haberles sido administrada. Más intrigante aún es que, antes y después, las resonancias magnéticas mostraban cambios en la actividad cerebral relacionados con un descenso considerable y duradero de los síntomas depresivos.
El estudio es obra de un grupo de investigadores del Imperial College London y tiene un alcance modesto. Veinte pacientes con depresión resistente al tratamiento recibieron dos dosis de psilocibina (10 y 25 mg) espaciadas en una semana. Diecinueve de ellos se sometieron a una resonancia magnética antes del tratamiento y a otra un día después de la segunda dosis, la más alta. Con los resultados, los investigadores analizaron los cambios en la presión sanguínea y las interferencias entre las distintas regiones del cerebro.
Observaron una reducción de la presión sanguínea en la corteza temporal y, aún más importante, en la amígdala. Esta pequeña región del cerebro con forma de almendra ayuda a procesar las reacciones emocionales, el miedo y el estrés. Los científicos descubrieron que existía una importante relación entre dicha reducción de la presión sanguínea en la región y un descenso de los síntomas de la depresión.
También se pidió a los pacientes que rellenaran un cuestionario para dar parte de su estado mental. Inmediatamente después del tratamiento, los sujetos aseguraron sentir un alivio de los síntomas. Los investigadores observaron también ⎯tanto en las resonancias como en las respuestas de los pacientes⎯ que, incluso después de pasados los efectos, los pacientes tenían la sensación de que algo había cambiado en su mente. Estos asombrosos resultados arrojan luz sobre cómo las redes neuronales, que se desintegran bajo la influencia de las sustancias psicodélicas, pueden regenerarse posteriormente de forma mejorada.
“Varios de nuestros pacientes aseguraban sentirse como ‘reiniciados’ después del tratamiento y solían recurrir a analogías informáticas”, señaló en unas declaraciones Robin Carhart-Harris, responsable del estudio. “Uno de ellos, por ejemplo, dijo que tenía la sensación de que su cerebro hubiera pasado por un proceso de desfragmentación, como el del disco duro de un ordenador. Tal vez la psilocibina proporcionó a estos pacientes ese ‘reinicio’ que necesitan para salir del estado depresivo. Y las resonancias respaldan esta analogía. Ya se ha observado efectos similares con la terapia electroconvulsiva”.
Esto no quiere decir que ahora las personas con depresión tengan que empezar a medicarse con hongos mágicos. Pese a lo prometedor de los resultados (que se suman a los de estudios anteriores), el estudio es muy reducido y se realizó sin grupo de control. Asimismo, los científicos propiciaron un ambiente terapéutico y controlado para el experimento, con profesionales que observaban a los pacientes durante todo el proceso.
En cualquier caso, esta investigación aporta más pruebas que respaldan el uso de esta sustancia como tratamiento antidepresivo. Los autores del estudio aseguran que se llevarán a cabo investigaciones posteriores con mayor rigor. De hecho, el próximo año planean realizar un estudio de la psilocibina contrastándolo con las propiedades de un conocido antidepresivo. Quién sabe, quizá pronto podamos controlar la “magia” de los hongos en beneficio de las personas con depresión.
Jesse Hicks https://ift.tt/eA8V8J
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