viernes, 1 de junio de 2018
Estar estresado arruina tu capacidad de planificar
Artículo originalmente publicado por Tonic Estados Unidos. Leer en inglés.
Llegas al final de la semana, y estás mental y físicamente agotado. Tu jefe te "pidió" que trabajaras horas extras durante el fin de semana y tus compañeros están haciéndose pendejos, sólo para regresar a casa con tu pareja molesta que está resentida por tu apretada agenda de trabajo.
De repente, te das cuenta de que sólo falta un mes para el gran viaje que quieren hacer tu pareja y tú, y aún no has hecho nada de la planeación. Los vuelos no están reservados, recuerdas vagamente los detalles de las actividades turísticas que querían hacer y obviamente no le has dicho nada a tu jefe. Por como se ven las cosas, lo más probable es que el viaje termine siendo un desastre total a menos que te concentres y empieces a investigar.
Y a pesar de que entiendes muy bien las consecuencias y que podrías arruinar las cosas, simplemente no puedes decidirte a resolverlo. De pronto sientes una fuerte aversión a la idea de tener que planear cosas antes de tiempo.
¿Por qué pasa esto? ¿Por qué se vuelve tan difícil planificar a medida que aumentan las presiones en nuestra vida? Una nueva línea de investigación podría enseñarnos que la capacidad y la voluntad para planificar se ven directamente alteradas por fallas inducidas gracias al estrés en el autocontrol. Hay más razones, según la investigación, por las cuales resolver el estrés personal para mantener el autocontrol y tomar buenas decisiones a futuro.
La planificación es una habilidad extraordinaria que nos distingue de los animales no humanos. A diferencia de otras especies que viven sus instintos en el momento presente, podemos pensar y anticipar de forma flexible los eventos futuros, ajustando nuestros pensamientos y acciones actuales para que se ajusten a nuestros objetivos a largo plazo.
La capacidad de predecirnos a nosotros mismos y nuestras vidas nos permite ejercer autocontrol, retrasar estratégicamente nuestra toma de decisiones con la esperanza de obtener una mejor recompensa en el futuro. Un estudio famoso que analizó la gratificación retrasada en niños descubrió que los niños que resisten mejor las recompensas inmediatas tenían más éxito como adultos, tanto ocupacional como socialmente. Del mismo modo, hay evidencia de que los países que valoran las recompensas futuras más que las inmediatas obtienen mejores resultados económicos.
La planificación y el autocontrol funcionan en conjunto. Ambas actividades mentales implican no sólo pensar en el futuro, sino también tomar decisiones en el presente que conduzcan a un resultado mejor y más deseado, evitando posibles obstáculos y tentaciones en el camino. En resumen, requieren un grado de esfuerzo mental.
Si no nos involucramos en estas actividades es porque esa cognición tan esforzada consume un recurso mental muy limitado. Cuando ese recurso ha sido agotado por otras tareas exigentes, como situaciones estresantes en el trabajo, podemos ser más reacios a pensar en el futuro. En otras palabras, debido a que el estrés te está agotando, consumes las reservas cognitivas necesarias para planificar de manera efectiva el futuro.
Dado que la capacidad de autocontrol difiere entre personas y situaciones, los investigadores de la presente investigación realizaron una serie de estudios para examinar el vínculo entre el autocontrol y la planificación, así como lo que sucede cuando el individuo fatigado experimenta una capacidad reducida para ejercerlo. Formularon la hipótesis de que las personas con gran autocontrol realizan más planificaciones y que, si las reservas del ego están agotadas, hará que las personas tengan menos probabilidades de planificar.
En el primer estudio, los investigadores querían ver si las personas que tenían niveles más altos de autocontrol por recompensa participaban en más planes y presentaban más intenciones de planificar. De los participantes reclutados, primero se instruyó a los 201 para que completaran una breve escala de autocontrol y luego informaran cuántos planes habían hecho a principios de semana, así como la cantidad de planes que imaginaban que harían la semana siguiente.
Como predijeron los investigadores, las personas que obtuvieron una puntuación alta en autocontrol por recompensa reportaron más planificación, tanto en las semanas anteriores como en las próximas. Los estudios dos y tres midieron los efectos del autocontrol deteriorado, o el agotamiento del ego, sobre la disposición de las personas a planificar. En el segundo estudio, 105 estudiantes participantes fueron asignados aleatoriamente a la condición de agotamiento del ego o la condición de control.
El experimento incluyó un ejercicio de escritura en el cual se les dijo a los participantes que cambiasen sus escritos de una manera que involucraría muy poca o mucha autorregulación. Por ejemplo, al escribir sus ensayos, a los participantes en la condición de agotamiento del ego se les ordenó evitar ciertas letras de uso común, como 'A' o 'N.' Esto requeriría constante inhibición y esfuerzo para cambiar hábitos, agotando los recursos autorreguladores de los participantes.
Luego, para medir su disposición a hacer planes, se les presentó a los participantes una opción. Podrían "tomarse un descanso" o "hacer un plan para las próximas cuatro semanas". Luego expresaron cuánto querían hacer cada tarea usando una escala de respuesta de 11 puntos. De acuerdo con las predicciones de los investigadores, las personas estaban mucho más agotadas mentalmente en la tarea de reducir el ego y, como resultado, estaban menos dispuestas a hacer planes que las que estaban en condiciones de control.
El tercer estudio fue un experimento de campo que analizó cómo la fatiga de la decisión, como resultado de hacer compras en el súper, influyó en la disposición de las personas a planificar. En el estudio, se contactó a 112 personas justo antes de ingresar a la tienda o inmediatamente después de irse, y se les pidió que completaran una encuesta que midió su agotamiento y si querían relajarse o hacer planes para las próximas cuatro semanas.
Una vez más, como se predijo, la fatiga de decisión asociada con la experiencia de compras hizo que las personas estuvieran menos dispuestas a hacer planes, en comparación con aquellas personas que acababan de ingresar a la tienda. Y sólo piénsalo, ni siquiera habían comenzado el proceso más agotador de acomodar todas las compras.
Con base en los hallazgos anteriores, parece que la planificación es, de hecho, una tarea cognitiva exigente que utiliza los mismos recursos asociados con otras funciones ejecutivas, como el autocontrol y la toma de decisiones. Cuando estos recursos se agotan por tareas previas que requieren un mayor esfuerzo y concentración, podemos experimentar una profunda aversión a la planificación, sabiendo que requeriría una energía mental que simplemente no podemos gastar.
Es por eso que después de una dura semana de trabajo, la idea de hacer planes, incluso divertidos, puede ser tan desagradable. No significa que eres vago o una mala persona; simplemente significa que estás demasiado cansado para dedicar el esfuerzo mental necesario para planificar el futuro. Así que descansa tu cerebro, y planea no hacer ningún plan hasta que hayas regresado a tu yo normal y descansado.
Nick Hobson es psicólogo investigador y profesor de la Universidad de Toronto. Puedes encontrar más sobre su trabajo en Psychology Compass.
Nick Hobson https://ift.tt/eA8V8JSoy trabajadora sexual, y también una persona como cualquier otra
Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos. Leer en inglés.
Mi hermana estaba comiendo algo en mi cocina. Me paré frente a ella, al otro lado de la encimera. Ella estaba de espaldas a mí. Pasaron muchas palabras por mi mente, trataba de construir una oración que la tranquilizara, y que no evocara estereotipos perturbadores sobre las personas como yo. Había estado hablando de mi acosador, un tipo que estaba convencido de que estaba enamorada de él y que enfureció cuando se dio cuenta de que tenía pareja.
"Soy acompañante", le dije, "y él era un cliente".
Honestamente, no recuerdo si esas fueron las palabras exactas que dije, pero recuerdo todo mi cuerpo tensándose. Casi empecé a llorar. Estaba tan preocupada de que fuera a perder a mi hermana, a quien quería tanto. Me quedé impactada cuando me respondió: "¡Me alegra que estés feliz! ¡Me alegra que hayas encontrado un trabajo que funcione para ti!".
Esta tensión siempre ha estado entre nosotras, la tensión de todas esas cosas no dichas.
Ella me hizo un par de preguntas sobre mi trabajo. Le respondí, aún desconcertada por su respuesta. Esperaba algo de preocupación. Me preguntaba si ella se sentía preocupada o me juzgaba, pero no quería que tuviera ese peso encima. Mi hermana siempre ha sido así de increíblemente considerada. Recuerdo haberle dicho que era queer y lo emocionada y feliz que se había puesto por mí también. Estoy llorando ahora, al escribir esto, y me siento muy agradecida de haber pasado gran parte de mi vida teniendo a alguien que me acepta y que es tan dulce como ella.
Le pedí que no le dijera a mamá.
Mi madre siempre ha hecho todo por amarme y cuidarme, y yo lo sé. Pero provengo de una familia extremadamente religiosa y conservadora —una casa llena de niños, y temor a Dios—. Siempre he vivido mi vida de maneras extremas e inusuales y eso la asusta. Quiere que esté a salvo. Hay muchas cosas que no le he contado porque cada vez que lo intento, me congelo. Me preocupaba que si le contaba todo, cuando vivía con ella, ella y mi padre me enviarían al campamento de conversión gay o me echarían de la casa y me quedaría en la calle, lo cual le ha sucedido a algunos de mis amigos. Me gusta pensar que ella me habría aceptado, pero no lo sé.
Le he dado vueltas al tema con mi mamá y ella le ha dado vueltas al tema conmigo. Ella vio algunas cosas "sospechosas" en mi calendario hace algunos años, cuando recién comencé a trabajar, y me llamó para hablar al respecto. Había mucha ansiedad en su voz: "¿Estás a salvo?". Maquillé un poco la verdad, para que pareciera que todavía estaba trabajando en el campo de la tecnología, el cual abandoné en busca de condiciones de trabajo menos misóginas, más autocontrol, y la capacidad de sortear mi enfermedad mental y mis discapacidades físicas.
Cuando lo pienso ahora, creo que ella ya debe saberlo. Mi cara está por todo internet. Seguramente alguien de nuestra iglesia que ve pornografía o busca acompañantes ya se lo contó, con el pretexto de que le preocupa. Odio que no se lo he contado yo misma, supongo que lo estoy haciendo ahora y espero que entienda que escribir esto, de alguna manera, es más fácil. He intentado decírselo varias veces, pero cada vez que lo intento me congelo. Recuerdo la ocasión más reciente que pasamos juntas, comimos pastel. Me prometí a mí misma que le contaría mientras comíamos. Con cada bocado, traté de decirle. Cada vez, me congelé.
Me preguntaba si ella podía ver y entender la tensión en mi cuerpo. Podía sentir la tensión irradiando de su cuerpo también. Esta tensión siempre ha estado entre nosotras, la tensión de todas esas cosas no dichas. Siempre ha habido tanto que siento que no puedo decirle. Deseo profundamente que me ame y me acepte. Quiero que sepa que finalmente estoy feliz, después de años de luchar contra la depresión, la ansiedad, el dolor físico del síndrome de Ehlers-Danlos —un trastorno que afecta mis tejidos conectivos y articulaciones— y la cefalea en racimos; que sepa que finalmente recibo el tratamiento médico que necesito, que he podido dedicar tiempo a sanarme porque mi trabajo me brinda seguridad monetaria y, lo más importante, tiempo.
Cuando pensé que tenía estabilidad en el pasado, me la arrebataron como a tantos otros.
Estoy atrapada en una segunda instancia de secrecía de la que no se habla mucho. Como trabajadora sexual, con una marca que mantener para tener ingresos y bajo la constante amenaza de violencia por parte del estado, estoy atrapada en ambos sentidos.
No tengo los mismos temores, de vergüenza o abandono familiar, pero me preocupa seriamente que al revelarles la verdad de mi vida personal a mis seguidores y al público corra el riesgo de perder ingresos y así ponga en peligro mi seguridad. Ser trabajadora sexual hace que sea difícil discutir ciertos temas; algunos de mis fanáticos se quejan de que mi perfil de Twitter no tiene más que imágenes sexys. Sin embargo, a medida que me convierto más en una figura pública, usar mi visibilidad para abogar por otros como yo parece volverse más importante.
¿Debo ser solidaria con otras personas trans y hablar sobre mi género? Soy genderqueer. Hasta ahora he usado pronombres femeninos en mi publicidad como Liara Roux, pero uso pronombres masculinos o ambiguos en mi vida personal y cambié mi nombre a uno estereotípicamente masculino hace unos años. ¿Debería hablar públicamente sobre mis parejas, incluso sobre mi cónyuge con quien tengo un hogar, para demostrar que las trabajadoras sexuales pueden encontrar el amor, la aceptación y el bienestar emocional y financiero? Cuando pensé que tenía estabilidad en el pasado, me la arrebataron como a tantos otros: cerraron mis cuentas bancarias y mis sitios web, sólo porque esas compañías descubrieron quién era yo.
Al igual que el acosador del que le conté a mi hermana, algunos clientes pueden volverse tóxicos y posesivos. Algunos fanáticos que eran fuentes confiables de ingresos pueden resultar ser transfobos. Y a los trolls les fascina convertir cualquier cosa por la cual una trabajadora sexual esté feliz en una excusa para acosarla.
No sólo hay que preocuparse de los fans potencialmente peligrosos. Hablar de que tengo cónyuge también me expone a la violencia estatal. Las fuerzas del orden a menudo intentan arrestar y procesar a los miembros de la familia de las trabajadoras sexuales, llamándoles proxenetas, y los políticos han intentado impulsar leyes en que la definición de proxeneta sea mucho más amplia. Se le puede aplicar un cargo por proxenetismo a mi pareja si un día me lleva a mi trabajo, o incluso por el hecho de compartir riqueza material en nuestro matrimonio. Podrían destruir nuestra vida con las leyes de proxenetismo, a pesar de que mi pareja también se dedique al trabajo sexual y sea sólo otra persona queer y discapacitada luchando como yo. Las personas como nosotros todavía somos arrestadas y acusadas con regularidad.
He tenido más éxito del que podría haber imaginado con esta carrera, pero en lugar de proveerle seguridad a mi familia, mi cónyuge aún experimenta un ataque de pánico por estrés postraumático cada vez que tocan la puerta. Todo podría derrumbarse, nuestra casa podría ser confiscada, podríamos ser desalojados de nuevo o peor. Estos no son miedos injustificados: conozco personas que han perdido todo por lo que han luchado. Al revelar públicamente que estoy casada, y estar orgullosa de la estabilidad por la que he luchado y que he encontrado, me arriesgo a perder esa estabilidad. Tal como dice Amnistía Internacional, con la criminalización no tenemos la "tranquilidad de saber que [nuestra] familia no será perseguida judicialmente por vivir de las ganancias derivadas del trabajo sexual". Pero finalmente, ¿qué sentido tiene que ganes dinero si no puedes apoyar a los que amas?
El estigma y la criminalización del trabajo sexual laceran tu vida en todos los sentidos y de manera profunda. Como en cualquier trabajo, tengo días malos, pero si digo algo negativo al respecto, la gente usa mis palabras para sugerir que toda la profesión debe erradicarse. Es muy difícil ser simplemente una persona cuando todo en tu vida puede ser retorcido y usado en tu contra de alguna manera.
Lo que más necesitamos es que nos traten como personas, que nos respeten, nos permitan sobrevivir; que nos vean, que no nos cacen como delincuentes o nos perciban como víctimas demasiado dañadas para hablar por nosotros mismos.
Tengo la suerte de haber crecido en una época en la que hay más aceptación de mi identidad como queer, de mi existencia como trans, e incluso más comprensión hacía las discapacidades que enfrento, pero todo esto aún no se traducen en una existencia tolerable en el lugar de trabajo tradicional. Al menos, hasta que encontré el trabajo sexual: un trabajo en el que puedo establecer mi propio horario sin que mi dolor crónico sea un problema, un trabajo en el que ser queer es benefico porque significa más gente con la que puedo trabajar, un trabajo donde estoy rodeada de otras personas trans y queer que me entienden. Un trabajo donde podría tener mi propio lugar de trabajo.
Hay personas que están tratando de quitarle esa opción a mi comunidad, utilizando una legislación anti-trabajo sexual como FOSTA/SESTA para destruir la independencia que hemos ganado como trabajadores sexuales mediante el uso del Internet para construir nuestros propios espacios, herramientas de seguridad, y nuestros negocios. Niegan la existencia del trabajo sexual consensuado. Forzarnos a vivir en la secrecía hace que sea más fácil para los prohibicionistas inventar historias sobre nuestras vidas. A diferencia de las demás ocupaciones, en el trabajo sexual no tenemos ningún tipo de protección. Todo lo contrario, somos denigrados por igual en todos los aspectos del espectro político. Lo que más necesitamos es que nos traten como personas, que nos respeten, nos permitan sobrevivir; que nos vean, que no nos cacen como delincuentes o nos perciban como víctimas demasiado dañadas para hablar por nosotros mismos.
Aunque siempre he anhelado el amor y la aceptación, especialmente de mi madre, estoy completamente dedicada a vivir mi vida de la manera que quiero. No puedo evitar querer vivir siendo fiel a mi misma. Siento que es mi deber levantar la voz, incluso si eso puede ponerme en la mira, porque muchos no tienen el privilegio de elegir ser política y públicamente activos. Nada puede impedir que abogue por mí y mi comunidad, que haga todo lo posible para asegurarme de que los que amo estén a salvo. Mi miedo al rechazo siempre palidecerá frente a mi orgullo y mi valentía.
Liara Roux https://ift.tt/eA8V8J¿'Return of the Jedi' es una mala película?
Artículo publicado originalmente en VICE Canadá. Leer en inglés.
Solo: A Star Wars Story salió el fin de semana pasado y es posiblemente el primer fracaso financiero en la historia de las películas de Star Wars.
A pesar de la interpretación "pansexual" de Donald Glover de Lando Calrissian, parece que la problemática producción de la película y las reseñas mixtas tuvieron un gran peso. Han sido unos seis meses duros para la franquicia.
A pesar de haber recaudado 1,300 millones de dólares y haber recibido comentarios muy positivos por parte de la crítica, The Last Jedi fue una película (innecesariamente) controvertida para los fanáticos incondicionales: más de 100,000 personas firmaron una petición instando a Disney a eliminarla del canon oficial. Un idiota incluso hizo una edición de la película en la que no sale ninguna mujer.
Pero muchos críticos elogiaron a The Last Jedi, con un tono similar a lo escrito en The Atlantic, donde dijeron que era "posiblemente la mejor entrega que la franquicia ha ofrecido desde The Empire Strikes Back".
Esa última descripción ha estado zumbando en mi cabeza desde que la leí por primera vez a mediados de diciembre. ¿La mejor película desde Empire?
Sí, las precuelas son una mierda, The Force Awakens fue un deslumbrante reboot de A New Hope, y Rogue One fue una aportación un tanto fallida pero interesante al universo, pero en nuestro afán por enaltecer a The Empire Strikes Back como una pieza de cine casi perfecta y comparar todas las películas posteriores a ésta, creo que Return of the Jedi (1983) ha generado pocos comentarios entre los fans de Star Wars.
Muchas de las "mejores listas" la ubican entre la cuarta y séptima posición en la franquicia, y si bien Empire tiene un lugar asegurado en la cima, ¿es acaso Jedi —la conclusión de la trilogía original— realmente tan mala como lo señala su reputación? Teniendo en cuenta a Solo, la trilogía de las precuelas y las nuevas películas, creo que Return of the Jedi (1983) debe considerarse una de las películas más fuertes de toda la franquicia.
Mi primera incursión en el universo de Star Wars no fue en realidad a través de las películas, sino gracias al popular simulador de batalla espacial X-Wing, lanzado en 1993. Mi yo de siete años estaba obsesionado con —no, más bien adicto a— este juego. Te permitía tomar los controles de los cazas estelares de los Rebeldes y destruir Tie Fighters e Imperial Star Destroyers. Era tan adicto que mis padres escondieron el libro de códigos necesario para iniciar sesión en el juego (pero había memorizado muchos de los códigos, así que eso no me detuvo). También descompuse dos joysticks cuando lo jugaba.
No fue sino hasta dos años después que vi mi primera película de la trilogía original. Mi amigo estaba sorprendido de que yo no hubiera visto ninguna, y de inmediato tomó su caja THX de 1995 y metió Empire en el reproductor VHS. "Esta es la mejor", me aseguró.
Unos meses más tarde, mi propia colección de películas llegó como un regalo de cumpleaños de mis padres, y finalmente vi el resto de la trilogía.
A New Hope recibe elogios casi universales por haber revolucionado el género de la ciencia ficción y por presentar personajes icónicos en uno de los mejores ejercicios de construcción de escenarios de su época, cuando se estrenó en 1977. ¿Quiénes eran los Jedi místicos y qué era el Lado Luminoso y el Oscuro? ¿Quién era Darth Vader? ¿Y Obi-Wan Kenobi? ¿Y qué pasa con esas espadas láser?
Pero es fácil olvidar que la película tiene diálogos bastante torpes y un Luke Skywalker que se la vive quejándose, que nos recuerda al Anakin de las precuelas. Y para los espectadores de 2018, es bastante lenta para una superproducción.
Luego, en 1980, Empire le dio la vuelta a la historia; metió a su personaje principal dentro de las entrañas de un camello del hielo, obligó a los buenos a retirarse y dispersarse por el universo, traicionó a nuestros héroes, atrapó a uno en carbonita, transformó al personaje principal en un amputado, y tiene el giro de trama más famoso jamás filmado en una película convencional. Es ampliamente vista como una de las mejores secuelas de todos los tiempos, y en muchos sentidos es similar a la subversión que se presenta en Last Jedi.
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Sin embargo, si vuelves a leer las reseñas originales encontrarás que, al igual que The Last Jedi, Empire divide a los críticos. Vincent Canby escribió en el New York Times que "no es una película verdaderamente terrible. Es una buena película. Pero no es, de ninguna manera, tan buena como Star Wars".
Mientras tanto, Cinefantastique etiquetó a Empire como "una copia sin vida de Star Wars que se aprovechó del impulso de la película anterior". ¿Dónde hemos escuchado eso antes?
Cuando Return of the Jedi llegó a los cines en 1983, también recibió críticas similares, y hoy es considerada como una reescritura perezosa de A New Hope que se valió del mismo dispositivo de trama (la Death Star) para conducir la acción, sufrió del regreso de los diálogos forzados de George Lucas, usó osos de peluche Ewok para vender juguetes descaradamente, y empleó la cansada moralización de "naturaleza versus tecnología".
Pero para mí, Return of the Jedi es la película que ha evocado mi vínculo emocional más fuerte con el universo de Star Wars desde que la vi por primera vez hace más de 20 años.
Comencemos con la conclusión del viaje de Luke Skywalker. A lo largo de Empire, Luke (y el espectador) aprende repetidamente que el odio, el miedo y la ira conducen al Lado Oscuro. Y en Return of the Jedi, Obi-Wan le advierte a Luke que debe enterrar sus sentimientos en lo más profundo, o podrían ser usados para servir al Emperador.
Es este conocimiento y temor de lo que podría llevar a Luke al Lado Oscuro lo que hace que la batalla de sables de luz en la sala del trono entre Luke y Vader sea tan atractiva. Vemos a Luke luchando contra sus emociones, pero una vez que Vader detecta la presencia de la hermana de Luke y amenaza con llevarla al Lado Oscuro, Luke no puede contenerse más.
Utiliza su enojo y rabia para dominar a Vader, pero después de cortarle la mano a su padre y ver solo cables y circuitos (luego mira su propia mano robótica que perdió en Empire) da un paso atrás desde el precipicio del Lado Oscuro y arroja su arma.
Él hizo lo aparentemente imposible; tocó la línea entre la Luz y la Oscuridad, pero no cayó. Es un arco de personaje fantástico y ha llevado a algunos a creer que es un "Jedi Gris".
Es cierto que la película sí sufre en algunas áreas. El acto de apertura para rescatar a Han Solo de Jabba the Hutt es demasiado largo y ningún ejecutivo de Hollywood aprobaría poner a la princesa Leia en ese bikini dorado en la actualidad, pero donde realmente sobresale esta película es en la forma en que teje tres tramas diferentes (la sala del trono, la batalla de Endor, y la batalla espacial en la Death Star) para contar una conclusión llena de emoción y cohesión.
No busquen más allá de Empire para ver una película que lucha con múltiples tramas simultáneas; una de las mayores críticas de la película es cómo el director Irvin Kershner maneja la línea temporal del entrenamiento de Luke con Yoda y las actividades en Cloud City. ¿El entrenamiento de Luke solo duró unos días o estuvieron en la ciudad flotante durante semanas?
Jedi también presenta la mejor batalla espacial en toda la serie (y con un nombre como Star Wars voy a poner un gran énfasis en la lucha estelar) mientras la Rebelión intenta desesperadamente destruir la segunda Death Star. Hay una creciente tensión mientras el equipo lucha por acabar con los escudos de Endor y el temor que nubla la cara de Lando cuando se da cuenta de que el escudo aún está en funcionamiento cuando llega la flota, que se presenta con la infame frase: "¡Es una trampa!" de Admiral Ackbar.
"¡Pero los Ewoks!", escuché que alguien vociferaba en internet. Sí, está bien, los Ewoks. Originalmente, George Lucas quería tener a los wookiees en el acto final, e incluso consideró usar una especie de reptiles, pero los inevitables cambios de guión nos dieron a los tiernos ositos de peluche que amamos o detestamos.
Pero no parecían fuera de lugar cuando era niño, dada la inmensidad del universo de Star Wars, y sus fortificaciones en las casas de los árboles y sus ingeniosas trampas hechas nos dieron momentos divertidos. Incluso de adulto puedo apreciar su papel en la película. Además, fue muy divertido ver dos enormes troncos aplastando un AT-ST como un huevo (¿y quién no derramó una lágrima cuando uno de los Ewok se lamentó por la muerte de su compañero?).
Además, la infame canción de celebración Ewok "Yub Nub" es una de las mayores contribuciones de John Williams a la cultura popular, a pesar de que fue trágicamente modificada para la edición especial de 1997.
Empire es la mejor película, sin dudas, pero para mí Return of the Jedi es la película que tal vez encarna el espíritu de Star Wars: una gran y brillante ópera espacial donde los buenos triunfan sobre el mal usando espadas láser, las X-Wings son las naves más rudas de la galaxia, y hay osos de peluche carnívoros que se alimentan de la carne de sus enemigos vencidos.
James Jackson https://ift.tt/eA8V8J