Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.
Las bacterias resistentes a los medicamentos —gérmenes cuya inmunidad se adaptó a los tratamientos con antibióticos—, lograron colarse hasta la Estación Espacial Internacional (EEI), según un nuevo estudio.
Dirigido por Nitin Singh, un microbiólogo del Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA, el estudio, publicado en BMC Microbiology, examinó cinco cepas de la bacteria Enterobacter de unas muestras recolectadas en 2015 de los inodoros y el equipos de ejercicio a bordo de la EEI.
Enterobacter es una familia bacteriana común y en su mayoría inofensiva, pero se han encontrado cepas del organismo resistentes a los medicamentos incluso en hospitales. Un brote en una unidad neonatal en Tanzania en 2015, por ejemplo, causó infecciones sanguíneas en los bebés recién nacidos.
Singh y sus colegas querían evaluar la virulencia de las cepas de Enterobacter en la EEI en comparación con los patógenos resistentes a los antimicrobianos en la Tierra. Para hacer esto, el equipo mapeó los genomas de las cepas espaciales y los comparó con los aproximadamente 1,300 genomas conocidos de Enterobacter terrestres.
Su análisis reveló que las cinco cepas eran genéticamente más similares a la Enterobacter bugandensis, la misma especie resistente a los medicamentos responsable del brote en Tanzania.
El hallazgo corrobora un artículo que salió en enero en Nature que sugería que la E. bugandensis podría estar presente en la estación espacial. El equipo de Singh amplió esa investigación al evaluar la virulencia genética de las cepas y su potencial para infectar a los astronautas.
El resultado es que estos insectos espaciales no representan una amenaza inmediata para los tripulantes de la EEI porque son genéticamente distintos de las formas más infecciosas de la E. bugandensis. Pero hay suficiente coincidencia entre los gérmenes de la EEI y sus primos patógenos de la Tierra para justificar una atención cuidadosa hacia tal microbioma en el futuro.
"Estas especies potencialmente plantean importantes consideraciones de salud para futuras misiones", dijo Singh en una declaración. "Sin embargo, es importante entender que las cepas encontradas en la EEI no fueron virulentas, lo que significa que no son una amenaza activa para la salud humana, sino algo que debe ser monitoreado".
Las cepas bacterianas pueden adaptarse rápidamente a nuevos hábitats, por lo que las bacterias relativamente benignas que están hoy en la EEI pueden no ser inofensivas por siempre. Es difícil seguir el ritmo de la evolución de las bacterias resistentes a los medicamentos, por lo que los Centros para el control y la prevención de enfermedades sugieren centrarse en las medidas preventivas, como aislar a los pacientes infectados y prestar especial atención a las prescripciones de antibióticos.
Por supuesto, estas pautas son mucho más difíciles de imponer a los pacientes que viven a 355 km por encima de la Tierra, razón por la cual los investigadores de la EEI tendrán que estar atentos a la comunidad bacteriana de la estación.
Becky Ferreira https://ift.tt/eA8V8J
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