Artículo publicado por VICE Colombia.
Este artículo nació en virtud de una alianza entre Volcom y VICE Colombia #EllosSon. Encuentra más en nuestro partnersite.
El sentir utópico de la contracultura. La premisa intangible de lo real. La búsqueda irracional de la alternatividad. En una sociedad sesgada y que se mueve en masa hacia la misma dirección, son pocos los valientes que deciden alzar su voz para incomodar a un sistema imperioso. Aún así, existe un puñado de individuos a lo largo de esta América Latina que, desde uno de los oficios más tradicionales en la historia de la humanidad, han logrado plasmar sus pensamientos disruptivos, ensayos quiméricos y fotografías transgresoras de la realidad.
Los libros, aquellos viejos amigos que de a poco han tratado de ser abolidos por esta era abrumadora de las suscripciones y el streaming, continúan siendo el escape material de miles de jóvenes a lo largo de la región. Imprentas de avanzada que con sus páginas potencian y motivan a toda una nueva generación de lectores a creer, a entender que hay otra página más allá de la establecida.
Junto a Volcom, decidimos resaltar la labor de aquellos que a través del poder de lo autónomo, y en la inquebrantable convicción de ser fieles a sí mismos (#TrueToThis), encontraron el insumo necesario para abastecer las mentes de esa marginalidad intelectual que busca una salida alterna, una narrativa que los lleve de vuelta a esos mundos paralelos y fascinantes sin salir de sus casas.
Estas son cinco editoriales independientes de Latinoamérica que están planteando otras miradas, desde la alternatividad de un continente que busca expandir su voz más allá de sus montañas selváticas.
Ellos son:
Caja Negra Editora: el decadentismo en la era de la crisis
[Argentina]
Desde la siempre imponente Buenos Aires, Caja Negra Editora se ha convertido en una de las plataformas más diversas y mejor curadas del ámbito editorial latinoamericano. Parida en un contexto de crisis, Caja Negra supo plasmar este incidente en una estrategia de supervivencia colectiva, donde la riqueza de un catálogo heterogéneo prima más que la novedad genérica del mercado. Sus libros buscan un acercamiento devocional, casi como si se tratara del disco de música más preciado. Sus letras pueden adentrarnos en las generaciones del hip hop y el post-punk, en las futuridades extrañas, queer y feministas del xenofeminismo actual, o en las transformaciones artísticas del ágora contemporáneo de Boris Groys.
Según Ezequiel Fanegro, quien junto a Diego Esteras sostienen la dirección editorial de Caja Negra, “con nuestros libros, principalmente, buscamos inspirar modos de hacer y modos de vivir alternativos”. Un decadentismo que no es en vano, y que parte de la insatisfacción con una vida y un mundo que parece no pertenecer a nadie. “De ese sentimiento de no pertenecer es que nace lo más lindo de Caja Negra”, cuenta Ezequiel, “y es que logramos crear experiencias que inspiran a nuestros lectores a pensar de una manera distinta”.
Gato Negro Ediciones: el arte de la perturbación
[México]
Desde 2013, por las calles de Ciudad de México camina un gato negro, mutante y pervertido, que de a poco se ha ido convirtiendo en una de las voces más radicalmente genuinas del continente americano. De la mano del diseñador León Muñoz Santini, Gato Negro Ediciones ha sabido conjugar diferentes temáticas “adultas” con un tono atractivo para las nuevas generaciones. Sus textos abordan temas tan trascendentales como las selfies del expresidente mexicano Enrique Peña Nieto, hasta un minucioso repaso por el extraordinario universo de las frutas latinoamericanas.
Pero, si hay un talento que valga la pena destacar de Gato Negro –tal como se menciona en La palabra disfrazada de carne, uno de sus libros más apetecidos–, es el arte de la perturbación. Gato Negro le habla a los desconocidos que se escriben poemas, a los suburbios donde la estela de una violencia lenta y constante pulveriza una ciudad, y a los artistas que son maltratados por sus galeristas, a los artistas que no les alcanza la vida para ser artistas. Y es a través de un viejo risógrafo –una especie de impresora serigráfica parida en los años ochenta y que brota de sus cavidades impresiones anormalmente perfectas–, el santo grial de esta alucinante resistencia latinoamericana, donde este felino aberrante mejor se expresa.
KWY Ediciones: fotolibros de una Latinoamérica cruda y bella
[Perú]
Pensada como una plataforma para difundir el poder de la fotografía latinoamericana, ya sea marginal o consagrada, la editorial peruana KWY Ediciones ha venido labrando un fructífero camino con los fotolibros como su principal bastión. Creada a finales de 2013 por Musuk Nolte, Fernando Fujimoto y Rodrigo Rodrich, KWY es una muestra fidedigna y tangible de los interminables paisajes de nuestra América. Piedras ancestrales, celebraciones populares, rituales ayahuascas, serpientes amazónicas y retratos que muestran la vulnerabilidad de la vida en Latinoamérica a blanco y negro, son algunos de los elementos que podemos encontrar en estas crudas y honestas narraciones fotográficas.
“Qhaway es una palabra quechua que significa observar”, comenta Musuk Nolte. Y es a través de este mirar que surgió KWY, un nombre compuesto por tres simples palabras que desde un sentir casi onomatopéyico logró crear la imagen de la editorial. Su intención es clara, y es contribuir a fortalecer la red que se está formando entre los diferentes fotógrafos latinos. “Lo más importante para nosotros es que KWY sea libre, que cada proyecto salga con autonomía. La idea es que nosotros proponemos al fotógrafo hacer el libro y no al revés”. El mantenerse fiel a su espíritu, a sus creencias, y a la certeza de que la fotografía latinoamericana no debería categorizarse por países, es lo que ha hecho de KWY un tópico universal que puede embellecer cualquier contexto.
Revista Macguffin: la sátira del mono literario
[Costa Rica]
En Costa Rica, la “Suiza centroamericana”, existe un proyecto que tiene como trincheras la cultura urbana y la literatura, y con la sátira y la irreverencia como su única munición. La Revista Macguffin, más que una publicación, es un espacio digital apto para cuestionar las voces “oficiales” de los medios tradicionales. Sus publicaciones logran hilar la esencia heróica de los cómics con la villanía de la política actual, generando un espacio de discusión, crítica y libre expresión alejado del recato arraigado en lo políticamente correcto, y más cercano a las cervecitas artesanales del bar hipster del barrio.
“MacGuffin es literatura, es cultura urbana, es sátira, es un chiste, es promotor de artistas, es un berrinche, es serio, es la conversación que se tiene tomando tragos con amigos, es un concierto de una banda que nadie conoce pero promote”, asegura Thomas Bornemisza, editor de la revista, dejando entrever la universalidad de este particular mono literario ‘tico’. “Cualquiera puede hacer un medio sobre cultura e informar y opinar, de hecho la gran mayoría lo hace; nosotros solo queremos que la gente hable y se atreva a ir más allá con el humor. Dejar de jugar de ser algo que no somos. La idea es divertirnos, reírnos de todo lo que podamos y producir contenido con el que nos identificamos”.
Caín Press: el laboratorio de lo irreverente
[Colombia]
Nacido en el año 2005, Caín Press es un laboratorio editorial independiente con base en Bogotá, el cual tiene como premisa bendecir con el chispazo de la vida a libros que surjan de la subjetividad afectiva, de las preguntas, de las dudas. Su catálogo, al igual que su Instagram, es toda una experiencia psicotrópica criolla: allí podemos encontrar discursos estatales de Vladimir Lenin convertidos en manuales amorosos de enamoramiento, poesía skater y la decadencia del porno tropical. Caín Press logra transformar las vicisitudes de un país como Colombia en relatos propios y atractivos para las “ovejas negras” de la familia.
“La mayor parte de nuestr@s autor@s provienen de las artes plásticas, así que hay cosas muy diferentes, pero para explicarlo mejor, tenemos desde libros infantiles hasta revistas porno, todo lo que quepa en la mitad sin que esas dos categorías se junten”, confiesa Francisco Toquica, uno de los directores de Caín Press. Para ellos, lo más importante es generar proyectos que no dependan de unas proyecciones o parámetros comerciales: no esperan best sellers, solo proyectos honestos, así su naturaleza sea mentir. “¿Cómo logra Caín Press mantenerse fiel a sí mismo? Lo primero es NO tener hijos, nos da la ventaja de poder gastar dinero en otras cosas; lo segundo es que no se nos puede contratar: buscamos proyectos, buscamos becas y métodos de financiamiento, la idea es proteger el proyecto de intereses ajenos”.
Cristian Herrera https://ift.tt/eA8V8J
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