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sábado, 24 de noviembre de 2018

Cómo empezar a ahorrar aunque ganes una mierda

Artículo publicado originalmente por Free, nuestra plataforma dedicada al dinero

Si tienes dificultades para ahorrar un poco a final de mes, has de saber que no eres la única persona. Y es que entre rentas, facturas y algún que otro gasto, ahorrar para cosas como tu propio departamento parece más bien una fantasía irrealizable.

Pero no tires la toalla todavía. El truco para empezar es centrarte en lo que puedes hacer, no en lo que no. “La idea de ahorrar, aunque sea unos pocos pesos al mes, es la de empezar a crear el hábito”, señala Erin Lowry, experta en economía personal para Broke Millennial.

A pesar de todos los gastos que puedas tener, hay formas de empezar a guardar un poco de dinero poco a poco. La clave es empezar a tener muy claros tus gastos, la voluntad de cambiar y entender que ahorrar es por tu propio bien.

A continuación te explicamos cómo hacerlo:

Marca una cantidad, por pequeña que sea

No hace falta tener un sueldo considerable ni llevar una vida austera para empezar a ahorrar. “Primero págate a ti mismo. Da igual lo poco que ganes… da igual las deudas que tengas”, señala Frank Byrd, jefe de inversiones de Fielder Capital, en Nueva York.



¿Y cómo se hace eso? Empieza con algo ínfimo, como 100 pesos a la semana, y mételo en una cuenta de ahorros que te genere intereses y separada de la que usas para pagar los gastos. Tener los ahorros aparte ayuda a motivarte porque ves el resultado de tus esfuerzos.

Convierte el ahorrar en un desafío creativo

Una vez tengas el hábito del ahorro, busca otras maneras de apartar dinero cada mes. Si vives en una ciudad, utiliza los servicios de bicicletas que se ofrecen, si los hay. De esta forma podrías ahorrarte unos pesos por semana, por ejemplo. Procura llevarte la comida de casa al menos tres veces por semana, lo que supondría un ahorro considerable en comida de restaurantes. Cancela una suscripción a alguna revista, de un servicio de streaming o de ese gimnasio al que nunca vas para ahorrarte un poco más.

Desde la crisis de 2008 y sus años en que tuvo que pagarse la carrera, Jade Liou, empleada de banca de Nueva York, sabe bien que por mínimo que sea, cada peso cuenta. “Yo iba a tres tiendas distintas a hacer las compras y así me ahorraba unos pesos a la semana”, recuerda. En lo que respecta al transporte, “si podía, iba caminando a todas partes, en lugar de tomar el metro. En aquella época no solía tomar demasiados taxis. Puede parecer todo muy complicado, pero me ahorraba mucho dinero”.

Tampoco hace falta que desaparezca tu vida social, sino que evolucione. La bloguera de economía personal Zina Kumok recuerda que, durante la crisis, “intentaba no salir a cenar ni a bares y cosas así. Lo que hacíamos era quedarnos en casa de alguien y llevarnos unas latas de cerveza o algo”.

¿Que tus amigos quieren un brunch? Celebra en tu casa una reunión en la que cada uno traiga algo de comer, en lugar de gastarte 500 pesos o más en la comida. Si tus amigos insisten en ir a un bar, procura ir cuando haya happy hour.

Automatiza el ahorro mensual

Una forma de asegurarte de que ahorras es diciéndole a tu banco que cada mes aparten automáticamente la cantidad que hayas decidido. Hay aplicaciones que te ayudan con este proceso retirando una cantidad fija cada semana e invirtiéndola en fondos de inversión, acciones u otro producto de tu elección.

Aborda tus gastos con sinceridad

Si quieres tomarte en serio esto de los ahorros, vas a tener que examinar tus gastos más detenidamente. Esto implica anotar todo lo que gastas cada día. Puedes hacerlo usando una plantilla de Google Sheets o similar o con la aplicación de notas de tu celular. Si necesitas ayuda, aplicaciones como Mint, Personal Capital y You Need a Budget te pueden facilitar la tarea de controlar los gastos vinculándolas a tus tarjetas de crédito y cuentas bancarias.

Una vez que veas cuánto te gastas en ropa un mes normal, por ejemplo, podrías decidir recortar esos gastos un 25 por ciento. O tal vez podrías mudarte a un departamento más económico para ahorrar en renta. No hay una única forma de hacer las cosas bien. Eres tú quien debe establecer las prioridades y decidir dónde quieres recortar.

Afronta tus deudas

Una de las principales razones por las que la gente no puede ahorrar es porque debe pagar sus deudas. Si bien hay deudas inevitables, otras deberían ser prioritarias, como la de la tarjeta de crédito por la que tantos intereses te cobran.

Sacarte de encima la deuda, o al menos una pequeña parte, te permitiría poner el dinero que estás pagando en intereses en una cuenta de ahorros. Roger Ma, especialista en planificación financiera, recomienda destinar cualquier extra de dinero a rebajar la deuda de las tarjetas que más interés te cobren. Pero si crees que te va a dar más satisfacción deshacerte por completo de al menos una deuda, usa el dinero que has ahorrado llevándote la comida al trabajo y cancelando la suscripción al gimnasio para pagar la deuda de la tarjeta con el balance más bajo y empezar así un efecto bola de nieve.

Prueba establecer un ‘mes sin gastos’

Es momento de dar un paso decisivo: “Intenta pasar 30 días gastando solo dinero en cosas necesarias (de verdad)”, recomienda J. Money, experto en economía personal y autor del blog Budgets Are Sexy.

Entender la diferencia entre querer y necesitar es una forma tremendamente útil de controlar tus gastos. No se trata de negarte a ti mismo todo mes sí y mes no, sino de saber dónde puedes recortar si tienes un objetivo económico en mente, como saldar la deuda de la tarjeta de crédito o ahorrar para un viaje.

Guarda tu dinero en un lugar seguro

Respecto a dónde poner todo el dinero que has empezado a ahorrar, tienes varias buenas opciones, como una cuenta de ahorros que genere intereses o un plan de pensiones. La cuenta de ahorro es la mejor opción para el corto plazo y para disponer de fondos de emergencia con los que cubrir gastos inesperados. Infórmate bien sobre qué bancos ofrecen los mejores tipos de interés.

Por último, recuerda que cada peso que ahorres cuando te traes la comida de casa al trabajo o esperas una semana para comprarte un vestido en rebajas es un regalo que le estás haciendo a tu yo futuro. “Todo suma”, señala Liou.

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