Artículo publicado originalmente por i-D Reino Unido.
Durante décadas, los científicos han debatido mucho acerca de la existencia del escurridizo “gen gay”; esa firma genética que supuestamente diferencia a las personas gays y lesbianas de sus homólogos heterosexuales. Su existencia ha sido durante mucho tiempo un tema polémico: como cantaba Lady Gaga, ¿nacemos así? ¿O nos vamos moldeando?
Sin embargo, este es un debate al que la ciencia podría ponerle fin. Según un extenso y nuevo estudio publicado en Science, que conllevó el análisis genético de casi medio millón de personas, no existe un gen gay.
El estudio, que ha utilizado datos del UK Biobank y 23andMe —una empresa privada de genómica y biotecnología—, ha revelado que hay una serie de “variantes genéticas” (también conocidas como pequeñas diferencias en el ADN) que influyen en el comportamiento homosexual. Sin embargo, si bien este puede ser el caso, estas variaciones no son en absoluto definitivas. De hecho, solo representan “un límite superior del 8 al 25 por ciento de la conducta sexual de la población del mismo sexo”. Entonces, aunque puede que no haya razones genéticas concretas para el comportamiento homosexual, el estudio no descarta una razón biológica para la atracción entre personas del mismo sexo.
“La genética supone menos de la mitad en esta historia de comportamiento sexual, pero sigue siendo un factor contribuyente muy importante”, dijo el profesor de genética Ben Neale en unas declaraciones a la BBC. “No existe el gen homosexual, por lo que realizarse una prueba genética para determinar si vas a tener una relación homosexual es algo que no va a funcionar. Es totalmente imposible predecir el comportamiento sexual de un individuo a partir de su genoma”.
De hecho, como informa The Guardian, los autores del estudio han asegurado que la idea de que la sexualidad en sí sea binaria y exista en una sola escala es discutible. “[Parece] que hay genes asociados con la atracción por el sexo opuesto y otros genes asociados con la atracción por el mismo sexo, y estos no están relacionados”, dijo el Dr. Brendan Zietsch, coautor de la investigación de la Universidad de Queensland. “Estos resultados sugieren que no deberíamos medir la preferencia sexual en una única línea de hetero a gay, sino más bien en dos dimensiones separadas: atracción por el mismo sexo y atracción por el sexo opuesto”.
De hecho, David Curtis, profesor honorario del Instituto de Genética de la UCL, le dijo a la BBC que “aunque la homosexualidad no esté determinada genéticamente, como demuestra este estudio, eso no significa que no sea de alguna manera una parte innata e indispensable de la personalidad de un individuo”. Zeke Stokes, del grupo LGBT GLAAD, se hizo eco de sus reflexiones y dijo: “Esta nueva investigación confirma la idea establecida desde hace mucho tiempo de que no existe un grado concluyente en el que la naturaleza o la educación que influyan en el comportamiento de una persona gay o lesbiana”.
Esencialmente, el hecho de que no exista un “gen gay” concluyente respalda la noción de que la homosexualidad y el deseo hacia personas del mismo sexo no es una anormalidad o una mutación genética. Más bien, parece que dicha atracción es una cosa inherente y biológica que constituye el cuerpo de lo que significa ser humano.
Pero como cualquier persona gay, lesbiana, bisexual o pansexual diría: ¿acaso les sorprende la noticia?
Alim Kheraj https://ift.tt/eA8V8J
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