Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.
Las emisiones de carbono están acidificando el océano tan rápidamente que el fondo marino se está desintegrando.
Según un estudio publicado esta semana en la revista científica PNAS, esto desencadena un circuito de retroalimentación que acidifica el océano aún más rápido, un proceso que ya está matando a especies de vida marina fundamentales como el coral, y que amenaza el equilibrio de todos los ecosistemas oceánicos de los que dependemos.
"Nuestro estudio confirma que los humanos ahora somos una fuerza geológica capaz de impactar el sistema de la Tierra, como un súper volcán o el impacto de un meteorito", le dijo en un correo a Motherboard Olivier Sulpis, investigador de ciencias de la tierra en la Universidad McGill y autor principal del estudio.
La raíz del problema es que una reacción química fundamental que mantiene a los océanos con un nivel de pH propicio para la vida se está saliendo de control.
El carbonato de calcio, o calcita, recubre el fondo del océano. Cuando la calcita se combina con dióxido de carbono y agua, la reacción produce iones de calcio y de bicarbonato. Debido a esto, el agua circundante se vuelve menos ácida durante largos períodos de tiempo, que pueden ser desde decenas hasta miles de años. Pero cuando se agrega más dióxido de carbono a la ecuación, toda la calcita del fondo marino comienza a acostumbrarse a alimentar estas reacciones en cantidades extremadamente grandes, lo que significa que el fondo del océano se está disolviendo. Ahora, no hay suficiente calcita pero hay más dióxido de carbono que nunca, lo que aumenta los niveles de acidez.
Las especies fundamentales en la cadena alimenticia marina, como el coral, sólo pueden desarrollarse dentro de un rango muy particular de niveles de pH. Cuando esos niveles cambian durante un largo período de tiempo, estas especies, así como los peces, las bacterias, los moluscos y la vida marina que depende de ellos, simplemente no pueden sobrevivir. La última vez que los océanos estuvieron tan ácidos como lo están ahora, el 96 por ciento de la vida en el océano se extinguió.
Según Sulpis, el carbonato de calcio aún está disolviendo al dióxido de carbono en el agua, lo que significa que todavía hay una fuerza química que lucha contra la acidificación del océano. Pero la velocidad a la que emitimos dióxido de carbono en cantidades masivas, el cual luego es absorbido por el océano, es mucho mayor que la velocidad a la que el carbonato de calcio disuelve el dióxido de carbono en el fondo del océano.
¿Qué tan malo es el daño hasta ahora? Según el estudio, en el Océano Atlántico noroccidental, adyacente a Europa, entre 40 y 100 por ciento del fondo marino se ha disuelto en los lugares donde el daño es más severos. Supis dijo a Motherboard en un correo electrónico que la disolución es peor en el Atlántico noroccidental debido a que las corrientes oceánicas reúnen en la región el dióxido de carbono que produce la humanidad en grandes cantidades. Cuanto más dióxido de carbono, más difícil es para el carbonato de calcio reaccionar y disolver la molécula.
Según el artículo, hasta ahora no ha habido una evaluación concertada de la disolución del fondo marino a causa del dióxido de carbono. Existen obstáculos prácticos para lograr cartografiar la totalidad del fondo oceánico; es decir, es caro, difícil y peligroso. Sulpis le dijo a Motherboard que simplemente sería imposible obtener muestras de todo el fondo oceánico para realizar un estudio físico de los cambios que está sufriendo.
“Las observaciones reales de la calcita disolviéndose in situ en el lecho marino son muy difíciles de obtener porque, primero tendríamos que llegar al fondo marino y, segundo, sería necesario permanecer ahí el tiempo suficiente para poder medir una disolución significativa, lo cual podría llevar varias décadas", dijo Sulpis. Por esa razón, solo es posible obtener este tipo de información a través de modelos matemáticos y análisis.
Para comprender en qué medida hemos afectado la química del océano, los científicos deberán realizar estudios del fondo del océano mediante la combinación de modelos matemáticos, que fue lo que se hizo para este estudio, y muestras reales. Pero las consecuencias mortales de nuestras acciones ya están en movimiento. Según nuestros pronósticos más optimistas con respecto a la acidificación de los océanos, los cuales suponen que fundamentalmente reestructuramos nuestra sociedad para mitigar el cambio climático, el 90 por ciento de las comunidades de arrecifes corales desaparecerán para 2100. En resumen, estamos en problemas.
"En millones de años, los geólogos podrían ver al Antropoceno como una capa marrón de sedimentos perdidos en el registro geológico", dijo Sulpis. "Es un poco alucinante. Así que al final del día, cuando damos un paso atrás y contemplamos estos resultados, se vuelve aterrador".
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