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sábado, 3 de noviembre de 2018

Hay evidencia de un hoyo negro en el centro de nuestra galaxia, dicen astrónomos

Artículo publicado originalmente por Motherboard Estados Unidos.

Hay algo enorme al acecho en el centro de la Vía Láctea. Durante años, los astrónomos han teorizado que este objeto, conocido como Sagittarius A*, era un agujero negro supermasivo, los cuales se encuentran al centro de la mayoría de las galaxias espirales y elípticas. Ahora tienen una fuerte confirmación de que esta suposición era correcta.

Un equipo internacional de astrónomos usó un instrumento especial en el Telescopio Extremadamente Grande del Observatorio Europeo Austral para observar las llamaradas infrarrojas provenientes del anillo de gas que orbita el agujero negro en el centro de nuestra galaxia. Es la observación más detallada jamás hecha de un material que orbita cerca de un hoyo negro.

Estas llamaradas son producidas por la materia que orbita extremadamente cerca del horizonte de sucesos del agujero negro, el punto en el que no hay materia ni luz que pueda escapar de la gravedad del agujero negro. Más allá del horizonte de sucesos está el disco de acrecimiento del hoyo negro, un cinturón de gas que está orbitando rápidamente alrededor del agujero. Se estima que solo alrededor del 1 por ciento del material cruza el horizonte de sucesos y es arrastrado hacia el hoyo negro. La mayor parte del material que orbita a Sagittarius A* es expulsado y produce las llamaradas observadas por los astrónomos del Observatorio Europeo Austral.

"Es alucinante presenciar realmente el material que orbita alrededor de un agujero negro masivo al 30 por ciento de la velocidad de la luz", dijo en un comunicado Oliver Pfuhl, astrónomo del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre. "La tremenda sensibilidad del GRAVITY nos permitió observar el proceso de acrecimiento en tiempo real con detalles sin precedentes".

GRAVITY es un instrumento que fue añadido al Telescopio Extremadamente Grande en 2015, el cual puede observar los centros galácticos con detalles sin precedentes. El instrumento es un interferómetro, que combina las mediciones de luz de cuatro telescopios diferentes para lograr resoluciones de imagen mucho más altas de lo que es posible con un solo telescopio. El GRAVITY también tiene un nuevo mecanismo de estabilización que permite las exposiciones largas que revelan los objetos apenas visibles alrededor de nuestro centro galáctico.

En el caso de Sagittarius A*, un hoyo negro con una masa 4 millones de veces mayor que el Sol, los 26.000 años luz entre su centro y la Tierra están repletos de gas que dificulta la observación. Sin embargo, la extrema sensibilidad del GRAVITY permite a los astrónomos observar cómo las estrellas, el gas y los planetas orbitan alrededor del agujero negro. Si los astrónomos usaban un estetoscopio para observar el corazón de la Vía Láctea con anterioridad, el GRAVITY es como presentarles el concepto de cirugía.

A principios de este año, el GRAVITY permitió a los investigadores confirmar una característica crítica de la teoría de la relatividad de Einstein cuando una estrella pasó a 19.300 millones de kilómetros del agujero negro y se aceleró a aproximadamente el 3 por ciento de la velocidad de la luz. Durante esas observaciones, los investigadores pudieron ver las llamaradas infrarrojas que se usaron para confirmar la existencia de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea.

Daniel Oberhaus https://ift.tt/eA8V8J

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