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sábado, 10 de agosto de 2019

Ayudo a la gente a hacer trampa para conseguir el doctorado

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

Terminé una carrera de retórica en 2009, en plena crisis. Quería dedicarme a algo que implicase escribir, y muchas de las empresas en las que creía que podía aportar mis capacidades no estaban interesadas en mí. Eso hizo que me pusiera a buscar curro rápidamente, pero ni siquiera podía encontrar un trabajo friendo hamburguesas en algún antro, a pesar de haberme pasado tres años en el instituto haciéndolo. Durante unas cuatro o cinco semanas, estuve viviendo en mi Jeep porque no quería volver a casa y que mi familia se enterase de que lo estaba pasando mal ni preocuparles; ya tenían suficiente con sus problemas económicos.

Al volver al instituto, mi profesor me sugirió que empezase a trabajar en un centro de clases particulares con estudiantes de último curso que tenían que entregar artículos largos o necesitaban ayuda con ensayos para solicitar un título de posgrado. Me di cuenta de que se me daba muy bien, ya que sacaron buenas notas a partir de mis recomendaciones e incluso pudieron acceder a escuelas de medicina como la Clínica Mayo. También tenía dos amigos de la fraternidad que iban a buenos centros. Entonces, alguien se dirigió a mí y me dijo que estaba cursando unos estudios de posgrado y trabajando en su tesis, y que necesitaba que alguien la revisara. Después de eso, podríamos decir que obtuve mis primeros clientes a través del boca a boca. Mi trabajo consistía en editar y dar sugerencias.

Fue entonces cuando empecé a anunciarme en internet en sitios como CraigsList y Reddit ofreciendo el mismo servicio, y rápidamente se convirtió en un negocio para clientes que se esforzaban de verdad y me decían, “Mira, te pongo esta fecha de entrega y puedo hacer este número de páginas si tu puedes dedicarte a escribir esta sección”. Después de todo, la mayoría de la gente no está dispuesta a acudir a alguien que se ofrece a hacer todo el trabajo; no quieren que se les considere personas turbias porque no está bien éticamente y lo saben. Normalmente, cuando contactan conmigo lo que quieren es escribirlo casi todo y que yo le eche un vistazo. Claro que sí: cuando empezamos a trabajar juntos y ven de lo que soy capaz me dicen algo en plan, “Ah, quizá deberías tomar tú las riendas”.

En general, si recurren a mí es porque se encuentran en una situación desesperada. Puede que haya un tipo que esté en la Fuerza Aérea, tenga tres hijos y un trabajo a jornada completa y no tenga tiempo para hacerlo: de ser así tendría que pagar unos 6,000 dólares para poder acabar su carrera el semestre siguiente. Quizá sean estudiantes que tienen que posponer su graduación y van acumulando créditos. Es algo que se les hace un mundo y algunos de ellos no cuentan con las habilidades necesarias para escribir una tesis.

Las dos áreas principales en las que he trabajado son la educación y la psicología. Por alguna razón, he escrito muchos artículos sobre el bullying en las aulas, pero también he tenido tres o cuatro casos de personas que estaban estudiando carreras de Medicina, los cuales tuve que rechazar: no quiero que alguien se muera por culpa de una tesis que haya escrito yo. Hubo una persona que contactó conmigo para intentar desarrollar un nuevo tipo de stents para arterias. Algo así escapa a mi área de conocimiento por completo, podría comprometer a otros según el trabajo que acabe desempeñando el cliente, así que no acepto ese tipo de encargos.

Recuerdo una publicación en concreto de la que me ocupé hace unos años: una tesis en Psicología. La mujer, que se dedicaba a trabajar con niños, quería ser psicóloga infantil y estaba haciendo un estudio sobre el impacto del divorcio en las vidas de los niños, tanto negativa como positivamente. Le expliqué muchas veces que no recopilaría la información, ya que ella contaba con el papeleo que requería la Junta de Revisión Institucional para reunir los datos de la encuesta a través de una institución psicológica y sus pacientes infantiles. Recuerdo que un día, la mujer necesitaba las respuestas de las encuestas lo antes posible para poder cumplir con la fecha de entrega, y al final del día me mandó unas 10 encuestas que estaba muy claro que había contestado ella misma. Se trataba de una candidata al doctorado que estaba trabajando con niños en situación delicada. En ese momento, dejé de trabajar con ella y le expliqué que tendría que terminarlo por su cuenta porque me había surgido una emergencia familiar.

También escribí una tesis doctoral de unas 450 páginas y fue horrible. El resultado fue bastante bueno, pero fue “horrible” porque me llevó dos años hacerla. Era para una de las 15 mejores universidades y no entiendo cómo el tipo llegó a entrar en una universidad de ese nivel; estoy bastante seguro de que fue pagando. El trabajo estaba relacionado con una empresa en concreto y en cómo estaba organizado el negocio por décadas, empezando por 1910. Me pagó 25,000 dólares y suelo cobrar unos 80 o 100 dólares por página, así que salió ganando.

De todas las publicaciones que he escrito, solo una persona de las que acudieron a mí suspendió la defensa de la tesis: ni siquiera se había leído el trabajo que escribí. El tema principal era el presupuesto de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA), y seguramente quedó como un ignorante cuando tuvo que levantarse delante de los profesores y le empezaron a hacer preguntas. Dos semanas después volvió y consiguió pasar por los pelos, así que supongo que al final le salió bien la jugada.

Todo el trabajo que hago siempre es cien por cien original y contribuye a la literatura del campo que esté tratando. Tengo constancia de que hay muchas páginas web que se dedican a reescribir trabajos a partir de estudios existentes, y eso es lo que hace que no me sienta mal, ya que al menos creo que el trabajo que hago está bien. Aunque en mi mejor momento ganaba unos 70,000 dólares al año, he reducido el trabajo a un solo estudiante porque ahora mismo estoy cursando mi propio programa de posgrado.

De hecho, hablé con uno de mis antiguos estudiantes hace poco en una fiesta. Me dijo que estaba trabajando con un político que había viajado allí para reunirse con el alcalde de la localidad. En este caso, el tipo era vago, no es que estuviese saturado. No contaba con muchos problemas en su vida personal y eso me hizo pensar: Aquí sigo, escribiendo publicaciones sin parar como trabajo extra y este tipo no para de ascender sin ningún tipo de esfuerzo.

No me hizo sentir culpable porque tiene vínculos familiares y casi todo lo que ha conseguido hasta ahora se basa en los esfuerzos de otra persona. En este caso, puede que me sienta más bien celoso. No lo sé.

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