Artículo publicado por VICE México.
Acercarse con resiliencia y dolor a la tercera década de tu vida no es un proceso fácil. Después de cierto tiempo, con cada año que pasa, uno se tiene que acostumbrar a la idea de que ya no es, y no volverá a ser, el joven divertido de las fiestas, sino el chavo ruco que sabe perfectamente que si se toma más de dos tragos tendrá una terrible cruda asegurada. Cada quien trata su propio envejecimiento de manera diferente, pero lo que no miente es el hecho de que el cuerpo no se detiene y se prepara para ser viejo desde muy temprano.
Ese olor específico que resalta en personas mayores no tiene que ver con su aliento o hábitos de limpieza, sino con el decaimiento de la piel que empieza a los 30 años. Es triste aceptarlo, pero no hay vuelta al asunto: estás descomponiéndote y muriendo cuando terminan los veintes, quizás no tan dramáticamente, pero sí es algo que sucede. Según lo que explicó el químico José María Antón, fundador del grupo Prima-Derm a El País, se trata de un compuesto específico en la piel que se hace más presente a partir de los 60 pero que se produce desde antes. “Lo causa el 2-nonelal”, dijo. “Una molécula que se genera en la piel al oxidarse de forma natural los ácidos grasos de la barrera lipídica”.
Según describió Antón es tan oloroso ese compuesto que al abrir una cápsula con esa molécula, el olor infesta todo el laboratorio, por lo que es muy reconocible. Es completamente normal que existan unas cuantas moléculas esparcidas por toda la piel, el problema es cuando se convierten en legión y se presentan por todo el cuerpo, a partir de los 30 o 40 años. “Los cambios hormonales de la madurez traen como consecuencia un aumento en la producción de lípidos en la superficie de la piel. Paralelamente, se va reduciendo nuestra capacidad antioxidante natural. El resultado es que aumenta exponencialmente esa peroxidación, generando más 2-nonenal y haciendo que nuestro cuerpo huela cada vez peor. Es ese olor que se nota en los asilos, por más limpios que estén”, explicó Antón.
En el lado amable, al menos si te juntas con personas de tu edad, nadie notará tu olor. Con la edad, cada vez uno se hace menos receptivo a oler y percibir este compuesto, por lo que para cuando llegues a los 60 años y sea inescapable, tu olfato ya no servirá de mucho. Bendito cuerpo humano.
Sergio Pérez Gavilán https://ift.tt/eA8V8J
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