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jueves, 22 de noviembre de 2018

Las reporteras que se pusieron en guardia frente a la impunidad de los asedios a la prensa

Artículo publicado por VICE México.

La apuesta es vencer al olvido. En tres sexenios, de 2000 a la fecha, han sido asesinados o desaparecidos 176 periodistas. El colectivo Reporteras en Guardia se dedica a revivir los perfiles de estos comunicadores para preservar su valor humano más allá de las estadísticas.

En Veracruz, estado que lidera la fúnebre categoría en el sexenio de Enrique Peña Nieto (14), había la esperanza de alivio con la salida del gobernador Javier Duarte –actualmente tras las rejas– y la llegada de su rival, Miguel Ángel Yunes.

El asunto no ha cambiado. Los periodistas todavía ejercen su profesión bajo condiciones de violencia e inseguridad. La impunidad sigue siendo el común denominador.

Norma Trujillo Báez, reportera de La Jornada Veracruz , quien ha vivido acechada en el puerto desde los asesinatos de sus colegas Regina Martínez y Rubén Espinosa, cuenta a VICE que dentro del gremio jarocho creyeron que con el cambio de gobierno bajarían las agresiones, pero no fue así, ya que los ataques continúan y es común que reciban amenazas por correo, redes sociales y celular.

“Hay un hostigamiento para algunos compañeros y no ha disminuido. En parte es porque los crímenes que han ocurrido aquí no se han resuelto y no se ha investigado su quehacer periodístico”, cuenta Norma, una de las 170 comunicadoras que integran el colectivo Reporteras en Guardia, avocadas a denunciar la impunidad que rodea los crímenes contra periodistas, pero también para señalar abiertamente la vulnerabilidad de los comunicadores al ejercer su trabajo, principalmente en los estados.

Este grupo de periodistas mexicanas: reporteras, editoras, realizadoras y corresponsales de 24 estados del país, trae a la memoria colectiva los rostros de los periodistas asesinados o desaparecidos durante los últimos tres sexenios a través de perfiles que forman el Memorial de Periodistas de México, indispensable en tiempos convulsos donde el olvido es una doble muerte.

Por medio de retratos elaborados con el mismo rigor que aplican en sus investigaciones, las reporteras en guardia muestran a la persona detrás del periodista asesinado; con sus falencias y virtudes, sin juicios de valor, mostrando la fractura familiar que provoca su ausencia.

La información que difunden en su página web representa un cruce de datos de cuatro fuentes: la agencia feminista Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), Artículo 19, Reporteros sin Fronteras (RSF) y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), todos ellos organismos no gubernamentales.

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La protesta disruptiva comenzó al amanecer del 25 de octubre pasado. Foto por Adolfo Valtierra.

Mujeres que gritan para ser visibles

Para Norma, es indispensable que se adopten medidas integrales para mejorar las condiciones laborales de los periodistas –especialmente en los estados del interior del país, donde los sueldos son más bajos, a diferencia de la CDMX– pensando en reducir los niveles de corrupción que vulneran más al gremio. “Si meten la exigencia de no impunidad y se da un castigo ejemplar, entonces ya la dudarían”, pero de lo contrario seguirán matando periodistas, comenta la experimentada periodista veracruzana.

Vania, por su parte, señala la importancia de que la población vea al periodismo como un bien público y dimensione la gravedad de la violencia que viven, pues es la misma que afecta a la población en general. “Si exigimos justicia como todas las víctimas de este país es porque debe haber verdad y justicia, la exigencia generalizada debería ser esa”, indica la reportera guerrerense.

Cynthia, quien perdió sus fuentes de trabajo al verse desplazada hacia la capital del país, comenta a VICE que seguirán enriqueciendo el memorial y en una siguiente etapa compartirán los resultados de una investigación sobre el impacto de la violencia estructural en el gremio periodístico, aunque aclaró que todo el trabajo realizado es sin ningún propósito lucrativo, ya que “decidimos sumarnos a este proyecto sacudidas por el amor al oficio y la solidaridad con las compañeras y los compañeros víctimas de asesinato y desaparición”.

Una vez articuladas, las reporteras ya no piensan bajar la guardia y quieren seguir siendo incómodas. La primera fase del memorial fue presentada y 38 perfiles están listos en la plataforma Matar a Nadie, pero la meta es alimentarlo con los 176 casos registrados hasta el momento en los últimos tres gobiernos federales, por lo que ellas continuarán documentando la realidad del país a pesar de las condiciones adversas.

“Nuestro trabajo debe ser permanente, hasta que no se aclare, se investigue, se resuelva y se sentencie a cada uno de los que han secuestrado, desplazado o asesinado periodistas”, señala la tamaulipeca Martha Olivia, y aunque le gustaría que esta tarea termine pronto, sabe que es complicado, pero estará ahí para seguir documentando y exigiendo justicia.

¿Y por qué un grupo de mujeres?: “Nuestros aportes a los medios de comunicación han sido invisibilizados históricamente”, se argumenta en su página oficial (mataranadie.com). “¿Que por qué somos mujeres? Porque un grupo de mujeres organizado con un fin común siempre suma y aporta cosas valiosas al mundo”.

Enrique Alvarado en Twitter: @kikin_agz

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