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jueves, 24 de enero de 2019

“Después del velorio de su mejor amigo”: ¿cómo ha sido la peor forma en la que has terminado una relación?

Artículo publicado por VICE México.

Terminar una relación para bien o para mal nunca es bonito. A menos de que haya sido una relación abusiva que se tenía que cortar de tajo, la realidad es que nadie sabe cómo aproximarse a la idea de que, seguramente, herirán los sentimientos de su pareja por ya no querer estar con ella.

El problema es que, dada la naturaleza humana, todos constante e irremediablemente la cagamos —o no tenemos el interés de mantener una relación de cordialidad mínima con una persona por la que perdiste el respeto completamente—. Me sucedió que después de mucho tiempo comprendí que una persona con la que intenté repetidamente terminar bien, no tenía interés alguno en poner algo de su parte para que fuera así. Como consecuencia, entre muchas otras razones, la situación terminó como un sinregistro de nuestro paso. Tal vez fue para lo mejor, pero la realidad es que no tengo idea de qué podría haber dicho ella con respecto a la misma situación. El punto es que para romper con alguien todos somos una basura; todos tienen la culpa y, por lo mismo, nadie la tiene.

Buscando redimir mi propia historia le pregunté a personas la peor manera en que habían terminado una relación. Unas historias son largas, otras cortas, pero todas son feas. Sin importar si eran el cortante o el cortado, los testimonios demuestran inequívocamente que la madre de todas estas terribles situaciones está entre la indiferencia y la rabia.


Le aventé una copa de vino en la cara

Estábamos en Puebla, habíamos ido a tomar un curso en un museo. Era una especie de reencuentro. Y de pronto, sin más, después de una charla en la que habíamos acordado mejorar nuestra relación y dejar atrás ciertos vicios compartidos, me confirmó con sinceridad que había cogido con alguien más y que, además, no llevaba dinero para pagar las cosas. "Sólo quería hablar con honestidad", dijo. Y así, sin más, le arrojé la copa de vino y dejé sólo mi parte de la cuenta.

Nos volvimos a encontrar por cuestiones académicas y laborales, pero nos volvimos invisibles mutuamente. Fue horrendo en su momento, pero mi ira se desbordó. Solo le dije al final: “vete a la mierda, por favor”.

León, 34 años.

Destruí su celular

Lancé su celular por el balcón y luego la fui a dejar a casa de la persona con la que me engañaba, después me fui a clase de Latín, todo me quedó de paso.

Paulina, 24 años.

Dos días antes de irme

Tramité todo para trabajar en un barco por 9 meses... le dije 2 días antes de irme para ahorrarme dramas.

Lucía, 26 años.



Lo corté y lo vomité también

Yo ya quería cortarlo pero no encontré el momento. Era la semana de mi cumpleaños y el viernes era mi fiesta. Yo ya tenía todo organizado, Dj rentado, etc. A él lo tuve que invitar un día antes porque me preguntó qué haría. A media fiesta lo corté, y como yo ya estaba un poco pasadita de copas, lo vomité también. Él no se podía ir porque no tenía dinero, pero tampoco conocía a nadie más que al DJ, se quedó toda la fiesta hasta que el DJ recogió y lo pudo llevar a su casa.

Tracy, 26 años.

Después de coger

Terminamos de coger y le pedí que se fuera, que no lo quería volver a ver, pateó y lloró en la puerta a eso de las 4 am... Todos los vecinos escucharon el espectáculo.

Maeta, 29 años.

Mientras salía de la ciudad

Le marqué para decirle que ya chole desde un ADO a la mitad de la noche rumbo a Guadalajara con una amiga.

Ximena, 24 años.

El pesero

Me cortaron por teléfono mientras hacía fila para subirme al pesero.

Karla, 25 años.

Terminando el velorio

Fue después del velorio de su mejor amigo. Se quedó llorando en la calle en frente de su casa. Previo a ello, pateó mi coche y me lanzó su teléfono. Afortunadamente sólo pasó rozando mi cara.

Julián, 28 años.



Me persiguió en su coche

Fuimos a su graduación, era más grande que yo, cuando anduvimos estaba terminando derecho, yo iba como en cuarto semestre de la universidad. Una semana después dejé de hablar con él, hasta que llegó a buscarme a mi casa, justo antes de que me fuera con mis amigas; llegó con flores y todo, pero antes nunca me lo demostró.

En cuanto lo vi, lo corrí, le dije que si no había entendido que ya no lo quería ver, me intentó dar las flores y no las acepté, así que las atoró en la manija de la puerta trasera de mi coche y empezó a llorar, la verdad si sentí feo, y, sólo le dije “Ay no mames, tengo prisa, bye”. Me subí y me arranqué. Iba muy tranquila sobre Periférico, cuando me di cuenta que me estaba siguiendo, entre en pánico. Se me emparejaba y me pedía que me frenara para hablar, me empecé a poner muy nerviosa, casi choco, hasta que pensé “no mames wey, alv” manejé súper horrible, hasta que lo perdí, terminé, lejísimos, sin gas y llorando.

Lili, 22 años.

Tesis

Antes de su defensa de tesis.

Zenón, 30 años.

Vía Facebook

Cambió su estatus en Facebook a "Soltera" sin avisarme. Estaba en la playa y no traía computadora ni celular. Me enteré que ya no estaba en una relación porque un amigo me avisó tres días después.

Gabriel, 25 años.



Me ganó el coraje de estar con semejante pelmazo

Él era super posesivo, celoso y manipulador. Realmente todo ese colmillo le salió conforme andábamos. Total, un día me la hizo de jamón porque no quise salir con él, quería un día para mi misma, siendo que todos los pinches días de la semana lo vi por muchas horas. Me terminó convenciendo de pasarla con él, pasó por mi a mi casa y fuimos a su depa.

Él tenía unos patines nuevos y me los estaba probando mientras platicábamos que peli mirábamos o que pedíamos de comida. “Ah, ahora si te interesa estar conmigo” me dice. La verdad que me ganó el coraje de estar con semejante pelmazo. Agarre los patines, me los quité, los aventé al suelo y le dije “Ya no quiero andar contigo, ya estuvo, llévame a mi casa”. El se quedó serio y continué: “Voy a ir a tu cuarto por los libros que te presté y cuando regrese me llevas”. Fui por mis libros, me regresó a mi casa y ya estando frente a ella me quizo convencer de que la cagó y no se qué. Lo mandé a la mierda y esa noche dormí feliz y tranquila.

Mariela, 25 años.

Problemas mentales

Me invitó a salir y le dije que no porque tenía que ir a mi terapia psiquiátrica porque tenia problemas mentales. Lo cuál era mentira, sí tengo problemas mentales pero los exageré para que se espantara.

Regina, 25 años.

Pelea en el metro

Pasé por él al metro y nos empezamos a pelear. Me dijo que era naca por vivir en el sur y yo le dije que era un judío jodido. Se bajó del coche, había mucho tráfico, y como a los dos minutos regresó para que le dijera cómo irse a su casa. Le contesté que como pudiera.

María, 27 años.


Sergio espera terminar bien su próxima relación en Instagram.

Sergio Pérez Gavilán https://ift.tt/eA8V8J

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