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jueves, 31 de enero de 2019

Ser stripper de un show positivo para el cuerpo me enseñó cómo ser gorda y sexy

Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.

El 14 de diciembre del año pasado, le mostré mis tetas a una sala de alrededor de 300 personas. Y mi culo. Y sacudí mi abultado vientre para el deleite de sus ojos.

La canción con la que hice mi striptease fue "Criminal" de Fiona Apple, la cual editaron para que solo durara aproximadamente dos minutos y medio, pues era mi primera vez y no creí que pudiera bailar por más de dos minutos y medio.

No soy el tipo de mujer a la que la gente suele mirar y luego piensa, ella podría ser una stripper. ¿Por qué? Bueno, porque estoy gorda y los cuerpos gordos, incluso en 2019, están excluidos de la erotización. Un show de striptease para tallas grandes parece ser la manera perfecta de desafiar esa noción, porque desnudarte mientras bailas es agresivamente sexual, deja muy poco a la imaginación y, según me dijeron, te empodera. Así que, junto con mis amigas Linda Douglas y Elizabeth Flores, decidí comenzar nuestro propio show de striptease para tallas grandes llamado Thicc Strip.

A stripper in a red fishent top, swinging on a pole

Publicamos una convocatoria abierta, invitando a participar a cualquier persona en Los Ángeles que se identificara como mujer, independientemente de su nivel de experiencia, y luego lanzamos un campaña para recaudar fondos en Indiegogo. No alcanzamos nuestro objetivo, pero logramos encontrar un patrocinador (una aplicación de citas llamada HUD ) que nos dio suficiente dinero para comenzar.

Entrenamos con una bailarina y coach de estilo de vida positivo llamada Cera Byer. Tomó algo de tiempo, pero finalmente encontramos a nuestro grupo definitivo de 13 mujeres. En lugar de tener un proceso de audición, permitimos que participara cualquier persona que demostrara interés y dedicación hacia el proyecto. Algunas ya provenían del mundo del striptease profesional y el burlesque, mientras que para otras era su primera vez. Dado que cada una de nosotras tenía un origen, personalidad, vibra y actitud diferentes, no pude evitar compararnos con GLOW, pero mucho más erótico. Como todas éramos tan distintas, la elección de la canción, el estilo de la interpretación y el nivel de desnudez quedaron completamente a discreción de cada una de las bailarinas. Algunas se sintieron más empoderadas al mantenerse vestida durante su baile, mientras que otras se desnudaron por completo.

Soy alguien que se muestra semidesnuda con bastante regularidad en Instagram, así que realmente pensé que ya había superado el sentimiento de vergüenza con respecto a mi cuerpo. Pero el proceso de obligarme a salir del ámbito de Internet, donde mi semidesnudez se esconde detrás de una pantalla, me hizo darme cuenta de que todavía tenía muchos problemas que resolver en relación con mi cuerpo y el erotismo.

Habiendo crecido con esta complexión, nunca me vi como alguien sexual pues creía que mi cuerpo no tenía esa capacidad. Ser sexy, pensaba, era algo reservado exclusivamente para los cuerpos delgados. Entonces, lo que desarrollé fue mi sentido del humor. Durante gran parte de mi edad adulta temprana, me involucré en actividades sexuales sin sentirme jamás verdaderamente sexy. Dejaba que los hombres tuvieran sexo conmigo, pero estaba convencida de que en realidad no querían estar ahí.

A stripper kneeling on a stage

A mediados de mis veinte, finalmente comencé a preguntarme por qué me sentía así. Aprendí más sobre positividad corporal y la noción radical de que todos tienen derecho a amarse y apreciarse a sí mismos. Me di cuenta de que los sentimientos negativos que tenía hacia mi persona y mi apariencia me habían sido impuestos por fuerzas externas, y realmente no correspondían a cómo me sentía por mi apariencia. Fue entonces cuando comencé a anhelar ser más sexualmente abierta. Quería dejar de esconderme detrás de camisas enormes, y convertirme en la mujer de mis fantasías. Fantaseaba con mostrar mi cuerpo sin vergüenza, usar minifaldas y lencería, y deleitarme desatando la excitación sexual de los demás. Así que en eso me convertí. Una puta gorda y orgullosa. No hubo intentos de perder peso, ni programas de ejercicios o cambios en mi apariencia de ningún tipo. En todo caso, he ganado más peso desde entonces. El único cambio fue el cambio en mi actitud.

Ahora, dos años después, exponer mis muslos gruesos y mi vientre flácido en Internet es algo natural para mí. Sin embargo, todavía incorporo el humor tanto como puedo. Las fotos que publico son de naturaleza sexual, pero la leyenda que les pongo por lo regular contrarrestan la sexualidad con una broma más inocente. No fue hasta el show de striptease que me di cuenta de que el humor sigue siendo una muletilla para mí.

Thicc Strip me obligó a dejar de esconderme detrás de las bromas y a tomar en serio a mi ser sexual. Tuve que desnudarme legítimamente, sin terminar con algún tipo de cautela vaudeviliana. Algo que nuestra instructora Cera nos decía continuamente durante las prácticas es que es muy fácil que las mujeres gordas y desnudas se conviertan en un chiste, y por eso tenemos que trabajar el doble para demostrar que no lo somos. Para que esto tenga éxito, no podemos simplemente fingir que tenemos confianza. Tenemos que tener confianza de verdad. Como alguien que estaba muy segura de su confianza, el desnudarme me abrió los ojos a lo vulnerable y temerosa que aún me sentía. Esa chica tímida y avergonzada todavía vivía dentro de mí, y había convertido su exposición en comedia para protegerse de ser tomada en serio.

Alison Stevenson stripping on a stage
La autora.

Superé el miedo y la duda a medida que pasaban las semanas. Las mujeres con las que bailé me ayudaron inmensamente con eso. Me dejaron saber que no estaba sola. Cuando le pregunté a Linda cómo había superado los pensamientos negativos que tenía de sí misma, me dijo: "Estaba cansada de dejar que esos pensamientos destructivos se interpusieran en mi camino. No permitía que nadie me menospreciara así, entonces ¿por qué yo lo hacía?

La gran cantidad de comentarios positivos que recibimos de las personas que escucharon por primera vez sobre el show también fue un gran impulso para aquellas de nosotras que dudábamos de nosotras mismas. Las ventas de boletos en línea se agotaron una semana después de haber sido publicadas. Una vez que eso sucedió, Elizabeth, Linda y yo dijimos colectivamente, Ay, mierda, esto realmente está sucediendo. Nos sentimos aliviadas de que el deseo de que algo así sucediera en Los Ángeles no solo se quedó en nuestras cabezas. Al final, Thicc Strip pudo donar $511.55 dólares de nuestras ganancias al Downtown Women's Center, una organización benéfica que brinda asistencia a mujeres sin hogar en Los Ángeles.

Hacer un show de striptease me obligó a salir de mi zona de confort. Me ayudó a convertirme en una mujer que no siempre siente la necesidad de esconderse detrás de una broma para expresar su sexualidad. Cada persona que participó en Thicc Strip tenía su propio propósito para estar ahí. Este era el mío. Todos deberíamos tener algo como Thicc Strip en nuestras vidas, algo que te desafíe a enfrentar tus inseguridades y superarlas de frente (y quizás hasta sin ropa).

A woman in a mask standing in front of a pink curtain
dollar bills on a floor
A stripper on a pole
A stripper in a msk, clinging on to a pole
A stripper on a stage
A stripper swinging on a pole
A stripper on a stage

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