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jueves, 31 de enero de 2019

María Fernanda tenía 17 años y estudiaba criminaslítica cuando fue asesinada

El feminicidio en México es un problema que nos debe importar a todos. Del 1 al 28 de enero, se han registrado 133 feminicidios documentados: principalmente en el Estado de México con catorce; Veracruz con diez, Puebla y Ciudad de México con nueve en cada entidad.

El viernes 24 de agosto de 2018, María Fernanda Cervantes se despidió de su mamá. Era fin de semana y le tocaba ir a casa de su papá. Claudia le dio un beso en la frente y como todos los días le hizo saber que la amaba. Al medio día Fernanda le avisó a su madre que su papá ya le había mandado el Uber que la llevaría a su casa. Fernanda y Claudia vivían juntas en Ecatepec de Morelos, el municipio más peligroso para ser mujer en este país. Fernanda se trasladaría a la Unidad CTM Risco, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México.

Fer era la tercera hija de Claudia, la más pequeña: nació el 22 de octubre de 2000, aunque los padres de Fernanda no lograron tener una buena relación como pareja, como padres seguían siendo los más amorosos, con una buena y solidad relación con sus dos hijas y su hijo mayor.

Fernanda vivía con su mamá, y cada fin de semana acudía con su papá. “Era una niña entregada a su escuela, siempre de excelentes calificaciones, con una conducta intachable. Desde muy pequeña se inclinó por el Karate, era ya cinta negra, estudiaba el tercer semestre de la Licenciatura en Criminalística en la Universidad de Ecatepec. Todos los días al llegar de la Universidad acudía a su entrenó frente a mi trabajo. No era una niña que anduviera buscando problemas”, detalla Claudia.

Ese viernes 24 Fernanda llegó con bien a casa de su padre, con quien también tenía una muy buena relación. El sábado 25, Fernanda pidió permiso a su papá de salir por la noche. El padre le otorgó el permiso. Pasaron las horas. La hermana mayor de Fernanda, la cual ya vive con su pareja, le marcaba y uno de los mensajes que contestó le hizo saber que estaba con unos amigos. Llegaron las nueve de la noche del 26 de agosto y Fernanda no aparecía.

El padre y la hermana de Fernanda preguntaron cerca de la colonia, y se enteraron de que habían encontrado el cuerpo de una mujer en uno de los andadores. Su hermana preguntaba a los vecinos mostrando la imagen de Fer. De los pocos que se atrevieron a responder, indicaron que la mujer estaba desnuda y que encima le había dejado la ropa.

Fernanda no tenía amigos en la zona. Claudia, su madre, no entiende en qué momento conoció a ese sujeto que la llevó a una reunión “de amigos”, muy cerca de la casa de su padre. Afortunadamente, Claudia me hizo saber que algunos chicos que acudieron a la fiesta, “señalaron que Mario Alberto, un sujeto de 27 años, había llevado a Fernanda a la reunión. Que en un momento Fernanda se levantó para irse a su casa, y que el sujeto fue el último con el que ella salió del lugar, para después aparecer violada y asesinada en un andador muy cerca de la casa de Mario Alberto, quien fue detenido el 11 de octubre de 2018, y quien se encuentra en proceso.

Sin embargo, Claudia está segura que el individuo no actuó solo. “Frida, mi hija era cinta negra, sabía defensa personal. Se habría librado muy bien de un solo sujeto, él no lo hizo solo, estoy segura”.

La carpeta esta residida en GAM-6, catalogada como feminicidio. Sin embargo, las autoridades igual que en cada doloroso caso mantienen una constante revictimización de Claudia, y de la misma Fernanda, sugiriendo que Mario Alberto era novio de Fer. “Quieren dejarlo así, ya no quieren investigar más, y yo no puedo permitir que suceda eso porque además estoy segura que no es la primera vez que este sujeto ataca a alguien, y me preocupa que siga atacando a más niñas como mi Fer. Por eso te busqué, porque necesito que el resto de la gente sepa que las autoridades de la Ciudad de México no tienen el más mínimo interés en crear justicia para mi hija”.

Mario Alberto está detenido en el Reclusorio Norte. Cuenta con un abogado particular que hasta el momento se ha negado a declarar algo. Solo piden prorrogas para dar muestras de su “inocencia”; el juicio está estancado.

“Por eso te busqué Frida, porque quiero que se conozca lo que este asesino le hizo a mi hija y que las autoridades siguen dándoles siempre privilegios. Como si quitarle la vida a mi hija fuera algo que a nadie le importa. También porque hubo una nota donde mencionaron que mi niña tenía una relación con él, y no es cierto”.

La historia de Fernanda no es muy diferente al del resto de las que hemos redactado en este espacio: una niña de 17 años que debería vivir en libertad, con la seguridad de que nada malo le puede suceder. Una mujer llena de sueños rotos, violada y asesinada cruelmente por uno o varios sujetos por el simple hecho de que no pasa nada o a pocos les importa, donde a diario nuestras adolescentes reciben el mensaje claro de que asesinar a una mujer en este país es posible.

Tenemos que entender que nadie sale de casa buscando ser brutalmente violada, que ninguna andamos buscando que nos asesinen, que queremos vivir con libertad, con seguridad, con tranquilidad.

Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo. De una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.

@FridaGuerrera
fridaguerrera@gmail.com

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