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jueves, 24 de enero de 2019

La energía solar en los tiempos de Bartlett. Expertos lanzan reto 2024

Artículo publicado por VICE México.

En busca de cumplir los compromisos ambientales, la energía solar se asoma como la alternativa mejor posicionada en la industria de energías limpias para los pequeños consumidores que busquen realizar la transición a energías limpias. Por sus bajos costos ha crecido a un ritmo acelerado desde hace una década y hoy está metida en por lo menos 40 mil casas o pequeños negocios del país, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).

De acuerdo con la CRE, el primer contrato de interconexión para fuentes de energía solar en pequeña escala –necesario para instalar una celda fotovoltaica– se autorizó en Tijuana, Baja California, en 2007. Un año después la dependencia mexicana ya había firmado ocho más. La demanda fue subiendo y para 2012 ya eran casi 2 mil contratos. Hasta el primer semestre de 2017, la Comisión tenía registro de 40 mil 109 contratos de interconexión para energía solar, con una capacidad instalada de 300 mil kilovatios (kW).

“Desde finales de la administración pasada se anunció que había modelos de financiamiento desde la banca comercial, apoyados con un fondo garantías de la banca de desarrollo mexicano, entonces creemos que este mercado va a seguir creciendo con el mismo ritmo”, dice Víctor Ramírez, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES) sobre el progreso de la industria.

Cifras obtenidas por VICE vía transparencia, muestran que Jalisco, con 8 mil 500 contratos y capacidad instalada de 40 mil kW, y Nuevo León, con 4 mil 500 contratos y 36 mil kW, son los estados donde la ciudadanía más le ha apostado a la energía solar. En el caso del Estado de México, aunque apenas tiene 1 mil 500 contratos listados, los supera en generación eléctrica con 54 mil kW.


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Expertos señalan a VICE que la energía solar, ya sea por medio de calentadores para el agua o paneles fotovoltaicos, se ha colocado como la mejor opción por los bajos costos de los materiales e instalación, además de que la subida en el precio del gas licuado de petróleo (LP) y las tarifas eléctricas también han contribuido a que haya demanda.

Israel Hurtado, vocero de la Asociación Mexicana de Energía Solar, dice a VICE que es prudente apostar por la energía solar, debido a las condiciones climatológicas del país. “México forma parte de lo que se conoce como el cinturón solar, que son los países con mayor radiación solar en el mundo. En el 85 por ciento del territorio mexicano tenemos radiación solar óptima que ya la quisiera países de Europa o incluso EU. Si se instalaran más centrales solares en todo el país se podría cubrir las necesidades de energía que tenemos”, detalla el especialista.

“Como opción rentable es la energía solar, la eólica y la geotérmica de grandes potencias. A nivel doméstico y lo que el usuario puede adquirir, sin lugar a duda la solar es en este momento la más accesible”, comenta Octavio García, investigador del Instituto de Energías Renovables de la UNAM, quien agrega que la inversión en sistemas de energía solar se puede recuperar fácilmente entre un año y diez, de acuerdo con el tipo de fuente.

El gran problema que viene

El cambio climático es una realidad, según la mayor parte de la comunidad científica. Si las naciones del mundo no hacen nada para frenar su avance, llegará un punto de no retorno, en el que se vaticinan cambios graduales, pero irreversibles, como deshielo de casquetes polares, aumento del nivel del mar, entre otras afectaciones al ecosistema.

Ese punto de no retorno del calentamiento global tiene un límite que las naciones que firmaron el Acuerdo de París en 2015, entre ellas México, se comprometieron a respetar: menos de dos grados centígrados de aumento en la temperatura promedio durante este siglo.


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Este y otros compromisos ambientales, nacionales e internacionales, que implican reducciones drásticas en el uso de combustibles fósiles, dejaron como legado los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto al de Andrés Manuel López Obrador, con metas que se vencen en el sexenio del presidente actual, quien está inmerso en una batalla por arrebatar el control de los hidrocarburos a la delincuencia, para con esos ingresos construir refinerías.

Este año será clave en el ámbito ecológico, pues en septiembre la ONU convocará a los líderes de 184 países y la Unión Europea a la Cumbre sobre el Clima en Nueva York, que será coordinada por el diplomático mexicano Luis Alfonso de Alba. En esta reunión, los representantes de cada nación reportarán sus avances y discutirán temas como la reducción de medio grado (1.5) en la meta de calentamiento global, un año antes de la renovación del Acuerdo de París.

¿Bartlett podrá con la misión?

De acuerdo con la Ley General de Cambio Climático, firmada en 2012, durante los últimos meses de Felipe Calderón como presidente, las autoridades mexicanas se comprometieron a reducir 30 por ciento los Gases Efecto Invernadero (GEI) para el año 2020. Además de lograr que 35 por ciento de su producción eléctrica se obtenga por medio de fuentes de energía limpias para 2024, es decir, al final del sexenio obradorista. Esta ley fue reformada en 2018, ya con referencias a los Acuerdos de París de 2015.

Estas directrices, en teoría, deberán ser instrumentadas por la Secretaría de Energía (Sener), a cargo de Rocío Nahle; la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con Manuel Bartlett al frente; Semarnat, cuya titular es Josefa González Blanco, y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que estaba en periodo de cambios.

Ese mismo año (2024) se trazó como límite en la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética, publicada con Calderón al frente (2008), para limitar a 65 por ciento la generación de energía con combustibles fósiles.

Posteriormente vino la Ley de Transición Energética, que no tuvo mucha notoriedad, pero fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el 24 de diciembre de 2015, cuyo objetivo es: “Regular el aprovechamiento sustentable de la energía, así como las obligaciones en materia de energías limpias y de reducción de emisiones contaminantes de la industria eléctrica, manteniendo la competitividad de los sectores productivos”.

En su Capítulo III se establece que: “La Secretaría de Energía fijará como meta una participación mínima de energías limpias en la generación de energía eléctrica del 25 por ciento para el año 2018, del 30 por ciento para 2021 y del 35 por ciento para 2024”.

Industria y gobierno tienen que trabajar juntos: expertos

En 2011, ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), México ya había firmado la iniciativa Energía Sustentable para Todos (SE4ALL), que implica duplicar la participación en energías renovables. El compromiso mexicano fue reiterado en 2015 en París: ante la Conferencia de las Partes (COP21) pactó reducir entre 22 y 36 por ciento las emisiones de GEI en el año 2030.

Los últimos datos del Inventario Nacional de Energías Limpias (INEL) señalan que México genera el 17 por ciento de la energía eléctrica por medio de energías limpias, es decir, el gobierno de AMLO tendrá un sexenio para duplicar esa proporción.


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“Tenemos que trabajar en conjunto (industria y gobierno) para impulsar las energías renovables, tener el mismo compromiso que tienen los usuarios con las energías renovables y temas ecológicos, que se puedan implementar más proyectos, con más recursos y tecnología”, indica Andrés Jiménez, director de la Asociación Mexicana de la Industria Fotovoltaica (AMIF), y explica que con energías limpias evitan quemar hidrocarburos, aportan aire limpio y ayudan al país con los compromisos ambientales.

Especialistas consultados por VICE creen que es posible alcanzar la meta de energías renovables, especialmente si se apuesta por energías como la solar, que es barata y con gran potencial de aprovechamiento. Sin embargo, la apuesta de López Obrador parece ir en la dirección contraria, destinando millones de pesos por los hidrocarburos.

Todavía no son accesibles: López Obrador

Apenas el 15 de enero pasado, en una de sus conferencias “mañaneras”, una reportera le preguntó si en el contexto del combate al huachicoleo no sería buena idea adoptar energías alternativas.

A lo que contestó: “Están abiertas las posibilidades y los apoyos para avanzar en la generación de energías alternativas, estamos impulsando eso. Acabamos de tener un acuerdo previo con Canadá para rehabilitar las 60 hidroeléctricas, que significa generar energía limpia y barata con la modernización de las hidroeléctricas”.

Pero advirtió: “No hay todavía la posibilidad de que sean accesibles. Es un proceso de avance tecnológico. Todo lo que podamos hacer en ese sentido lo vamos a llevar a cabo, o sea, de acuerdo al avance en la innovación tecnológica en el mundo”.

Pemex y CFE, consentidas en el Presupuesto

La estrategia energética de AMLO está enfocada en ser autosuficientes, aunque la ruta parece ir en contra de frenar las emisiones de dióxido de carbono. En la presentación de los Programas Nacionales de Electricidad, de Producción de Hidrocarburos y Refinación, no dio cabida a las energías renovables en su discurso y puso como protagonistas a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex).

Con CFE la idea es modernizar para aprovechar todo su potencial y le otorgaron 12 por ciento más presupuesto que el año pasado, 434 mil millones de pesos. La renovación de la compañía, dirigida por el polémico Manuel Bartlett, implica restaurar 60 plantas hidroeléctricas en todo el país y, aunque aseguró que echarán mano de todas las fuentes renovables para potenciar la producción eléctrica, no explicó si se invertirá solamente en la generación hidráulica o se aprovecharán otras energías como la eólica, solar, geotérmica o híbrida.

Peor los planes más ambiciosos de la cuarta transformación son con la petrolera mexicana. Esperan que pase de producir 1 millón 700 mil barriles de crudo a 2 millones 400 mil barriles por día y por ello aumentaron su presupuesto a 469 mil millones de pesos, un 18 por ciento más respecto con 2018, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019.

Las cifras del paquete económico 2019 dejan en evidencia las prioridades de la estrategia. Mientras que para la producción y exploración de hidrocarburos y petrolíferos destinó más de 70 mil millones, para la Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios apenas destinó 29 mil 300 millones y apenas 1 mil 300 millones al Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias.

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