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jueves, 10 de octubre de 2019

¿Qué hay detrás de las búsquedas en internet sobre maneras de suicidarse?

Vivimos en la época más interconectada de la historia. También, en la que cualquier información que queramos obtener la tenemos al alcance de nuestros dedos. Digo dedos, porque basta con teclear algo en una barra de búsqueda. Si googleamos "cómo hacer una bomba casera", saldrá bastante información sobre esto. Si buscamos "cómo suicidarme", aparecerán formas de lograrlo como también foros de ayuda o líneas de apoyo para hablar con alguna persona especializada.

En octubre de 2016 publicamos en VICE un texto titulado "Cuáles son las mejores maneras de morir según la ciencia (sin suicidarse). Es una nota bastante leída y, según nuestros analytics, muchísimas personas llegan a ella luego de googlear "cómo morir”, “cómo morir sin dolor”, “cómo suicidarme”, “maneras de suicidarse”, “cómo suicidarse sin dolor”, “morir sin dolor”, “formas de morir sin dolor”, “cómo matarse sin dolor”, “formas de morir”, “cómo morir instantáneamente"

¿Por qué sucede esto? ¿Por qué fantaseamos con suicidarnos y usamos internet para buscar información sobre el tema? Para Rodrigo Asseo, psicoanalista mexicano, tiene que ver con la relación entre internet y fantasía: "Los jóvenes utilizan internet como una herramienta para todo, incluso para buscar métodos de suicidio. ¿Pero qué quiere decir esto? Internet es una herramienta que funciona muy bien como una extensión de la fantasía. La gran mayoría de las personas hemos fantaseado con el suicidio en algún momento de nuestras vidas. Hay un goce perverso en fantasear con ‘¿qué sería del otro sin nuestra presencia?’. Esta es una forma de lastimar fantasiosamente a quien amamos o a quien le guardamos rencor. Este tipo de pensamientos realmente son ‘normales’, sobre todo en la adolescencia, pero justo se quedan en eso, en fantasías, e Internet hace posible darle rienda suelta a estas ideas. Cuando buscamos 'maneras de matarme' le damos un lugar a ese goce empujado por una mezcla de enojo y tristeza, pero eso no significa necesariamente que vayamos a cometer un suicidio. Y aquí es donde entra en juego la importante diferencia entre el gesto suicida y el acto suicida, pues la cantidad de jóvenes deprimidos hoy en día es alarmante", me dijo Asseo, que tiene más de doce años de experiencia ejerciendo el psicoanálisis, en un correo electrónico.

Uno de los motores de búsqueda más usados en internet es Google. Lo usamos a diario. Según seotribunal.com, en Google se hacen al menos "dos billones de búsquedas por año, 3.8 millones de búsquedas por minuto, 228 millones de búsquedas por hora y 5.6 mil millones de búsquedas por día. ¿Qué sistemas de seguridad implementa la empresa para búsquedas delicadas como “cómo suicidarme”? ¿Cómo regula el contenido que aparece tras hacer una búsqueda de este tipo?

Hace unas semanas les escribí a representantes de Google para preguntarles, y esto fue lo que respondieron: "Hemos recorrido un largo camino desde los primeros días de Google, pero nunca pensamos que la búsqueda sea un problema resuelto. Las personas tienen mayores expectativas para la búsqueda hoy que hace veinte años, y lo agradecemos. Nos empuja a imaginar qué podemos hacer a continuación y cómo podemos conectar mejor a las personas con información sobre el mundo que las rodea. Nuestros sistemas están generalmente diseñados para mostrar los resultados de fuentes autorizadas disponibles y trabajamos continuamente para continuar expandiendo la cobertura de estas mejoras a nivel global, tanto con nuevos idiomas como a través de partnerships con más organizaciones locales que pueden proveer la información y el apoyo necesario".

En el correo Google afirmó también que siguen trabajando en sistemas para que los sitios de información relevante y fuentes autorizadas sean más visibles: "En varios países hemos trabajado sobre nuestros sistemas para realzar aún más la visibilidad de la información relevante y de fuentes autorizadas en los resultados de búsqueda. Esto incluye, por ejemplo, las líneas de ayuda nacionales para aquellas búsquedas que reflejen la intención de lastimarse de una persona. El objetivo de este tipo de resultados es conectar a personas vulnerables y en situaciones de riesgo con apoyo confiable y gratuito lo más rápido posible. Esto se muestra como un resultado especial al comienzo de la página de resultados con una caja que contiene los números de contacto de organizaciones confiables que pueden proveer ayuda y apoyo. Esto requiere la cooperación de organizaciones a nivel local, que en ocasiones podría no estar disponible, por lo que continuamos trabajando para ampliar ese trabajo en conjunto”.

Google tiene claro que mucha gente busca información relacionada con la salud. "Hemos realizado alianzas con instituciones y especialistas para siempre ofrecer un apoyo a sus decisiones. Los recursos, instituciones y alianzas pueden no estar disponibles en todos los países. Por lo mismo, los resultados de búsqueda pueden variar de país en país", concluye el correo.

Así Google tenga todos estos filtros y prevenciones, siempre existirá un riesgo. Es casi imposible esconder este tipo de información en internet. Para Jonathan Silva, psicoanalista desde hace diez años en Ciudad de México, las búsquedas y autodiagnósticos son un problema serio: "Para la salud, en general, existe un riesgo alto con respecto a las búsquedas en internet. Las automedicaciones y los autodiagnósticos representan un problema real que genera consecuencias que pueden ser mortales. En el tema del suicidio sucede un fenómeno particular, porque muchas veces no es la intención inicial y lo que ocurre es que no estamos sabiendo escuchar el llamado de esos jóvenes que consultan la red para encontrar, más que respuestas, alguien con quién platicar y hacerles saber que no están solos. Ahí existe una pregunta para quienes nos dedicamos a la salud mental: '¿por qué no somos la primera referencia de una generación que prefiere consultar en internet?'", me dijo por teléfono

Si este tipo de búsquedas llegan a profesionales, hay oportunidad de que todo salga bien. Ahora, dice Silva, si estas situaciones no caen en las manos de profesionales, la situación puede terminar mal: "Imaginemos un joven que comienza a buscar desde cualquier dispositivo en su casa opciones para sobrellevar sentimientos que aparecen en la adolescencia o problemas reales y que al ingresar en el buscador una frase como 'me siento triste' o 'no sé qué hacer con estos sentimientos' se active un algoritmo que arroje respuestas que van desde foros para interactuar hasta páginas que ofrecen diferentes formas de morir. Recientemente también Facebook ha lanzado una herramienta que pretende identificar patrones de riesgo [de suicidio] y notificar a tus contactos si se considera que existe un riesgo alto. Insisto, es imposible no preguntarnos por qué estamos delegando a softwares y algoritmos el trabajo tan delicado que requiere acompañar el sufrimiento de alguien".

A veces buscamos o sentimos más compañía en internet que en otro lado. Vemos las vidas de los demás pasar desde Instagram. Opinamos sobre cualquier cosa en Twitter. Vemos fotos de familiares en Facebook. Al ser una sociedad tan extenuadamente conectada y nativa digital es más bien una consecuencia que hasta nuestros problemas personales que no queremos contarle a algún amigo o profesional los busquemos en soledad en Google. Yo lo he hecho. No nos sentimos juzgados y al final del día todo lo hacemos en internet. Esto es una situación peligrosa según estos profesionales de la salud mental que entrevistamos. Google está haciendo su parte tratando de filtrar la información más veraz posible y confiable. Pero también nos toca a nosotros poner de nuestra parte: nunca es tarde para buscar ayuda profesional.

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Diego Urdaneta https://ift.tt/eA8V8J

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