Artículo publicado por VICE Argentina
Hemos venido hasta el lugar en el que se cocina La Ponzoña, una casa chorizo en el barrio de Nueva Pompeya. Su autor es Pablo Garibaldi, más conocido por sus amigos como el Gato. Hace calor, pero afortunadamente nos está esperando con un par de cervezas frías que muy pronto se revelarán insuficientes. Antes de ponernos a conversar nos muestra el lugar donde trabaja, una habitación que ha convertido en galería y biblioteca. Una puerta conduce a un largo y angosto armario pintado de rojo que hace las veces de “laboratorio”. Es un lugar sin ventilación donde apenas caben el escritorio, la computadora y una silla, así como también una estantería con juguetes, ídolos paganos, calaveras y una afiche de Hector Lavoe, el más trágico de los salseros. Aquí se encuentran todas las imágenes que luego aparecen en las escenas que compone Pablo, desde miniaturas de personajes de ficción y colecciones de VHS, hasta revistas de todo tipo, pasando por retratos de Gardel, de la Virgen y los santos, portadas de periódicos y banderines de Huracán, sin contar tres discos rígidos con archivos digitales descargados desde las más diversas fuentes. Este es el fermento en el que se incuban los demonios de La Ponzoña. Pero antes de seguir habría que preguntarse ¿Qué es La Ponzoña?
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Podríamos decir que es el nombre de un mundo de pesadilla que intenta permanentemente derramarse sobre la realidad. También es la dimensión fantástica en la que viven las imágenes de masas, principalmente las de la industria publicitaria, los noticieros y el entretenimiento. Al mismo tiempo es la usina desde la que se transmiten sin pausa, día tras día, los imperativos del ser sexy, joven y feliz; santísima trinidad cuya sombra está en el consumo, el éxito y la plata. Este mundo podría llamarse de otra manera, pero el Gato considera que no hay otro concepto que calce mejor, porque lo ponzoñoso alude a lo deletéreo, al veneno cuyo efecto es la necrosis, no del tejido vivo sino de la mente. En un plano más próximo, La Ponzoña es un fanzine hecho de collages y textos mecanografiados que nació a fines de 2004 y que al día de hoy cuenta con quince números, además de un libro recopilatorio editado por Tren en Movimiento en 2014.
“El tango es re dark y Gardel es el más grande de todos. Me encantan las letras del tango, dejan chiquitos a los Bauhaus o a cualquier banda que se haga la depresiva, porque proviene de gente marginal, desesperada y desesperanzada. Todos los tangueros terminan derrotados, los que eran bohemios se morían a los treinta y pico de años; y si no morían terminaban mirando al presente con despecho al constatar que todo ha cambiado, que uno ya está viejo y que es muy tarde para emprender cualquier proyecto.”
Cuando llegamos a este punto de la entrevista nos hemos quedado sin cerveza. No tenemos más alternativa: debemos ir a por más. Salimos a la calle con la promesa de la embriaguez, aunque sabemos que esa felicidad durará poco. Tarde o temprano todo se termina, el alcohol, la plata, la juventud, las amistades. Simplemente no hay salida, es tarde para todo.
Brian Gray http://bit.ly/2RK9eUH
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