Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido.
En noviembre del año pasado, Roddy *, un fanático del futbol y autodenominado entusiasta del porno, llegó a un departamento de Londres para tener una cita diferente: un encuentro íntimo con una de sus actrices porno favoritas. No es que Roddy haya pagado por esto (al menos, no directamente), ni que estuviera ahí para una sesión de fotos. Lo habían invitado por una razón: ganó un concurso en línea.
En el mundo de la pornografía en línea, esta experiencia se llama #FuckAFan, y por lo general funciona así: un actor de pornografía publica en las redes sociales que está organizando un concurso, invitando a los espectadores a comprar boletos. El afortunado ganador consigue tener sexo con él o ella, en la película.
La idea de que los fanáticos aparezcan en las películas porno no es nueva: si buscas, encontrarás muchos videos que muestran a los afortunados aficionados conociendo a sus estrellas favoritas. Un director estadounidense llamado Jim Powers incluso hizo una película llamada Fuck a Fan en 2009; produjo 15 secuelas.
Aunque los estudios hicieron todo lo posible para mantener viva la fantasía, un vistazo rápido a las películas fue suficiente para hacer explotar todo el concepto. Al juzgar por sus atributos físicos, los hombres en las películas de Powers parecían tan fans como la protagonista en su película de 2007, The Hitchhiker.
Luego, después de cientos de rumores, el concepto cobró vida repentinamente: en junio de 2018, la actriz Gaby Quinteros, con sede en San Diego, anunció un concurso #FuckAFan en Twitter. Los participantes se tenían que suscribir al sitio web de Gaby para poder participar en un sorteo mensual. Desde entonces, otros artistas estadounidenses han seguido su ejemplo.
Ahora, la tendencia está empezando a ser popular en el Reino Unido. Durante los últimos meses, un pequeño número de estrellas porno han comenzado a hacer estos concursos que aseguran son genuinos.
Una de las actrices con las que hablé (que pidió permanecer anónima) explicó cómo hizo un #FuckAFan en noviembre. Ya que recién llegaba a la industria del porno y buscaba desarrollar un grupo de seguidores, tenía curiosidad por ver cómo funcionaría: cobraba 64 dólares por boleto y limitaba la competencia a diez participantes. A través de mensajes privados, les dijo a los posibles participantes que debían poder demostrar una buena reputación en Adultwork: una plataforma de escorts que funciona en un sistema de revisiones confiables al estilo de Airbnb. Uno de los hombres que participó en la competencia fue Roddy, quien habló conmigo por Twitter.
"Me encantó ganar", me dijo en un mensaje privado, explicando que había estado siguiendo a la artista en redes sociales durante meses.
Me dirigió a su cuenta de OnlyFans (un Snapchat de pago por ver donde los seguidores reciben actualizaciones explícitas de sus artistas favoritas), donde podía ver un video de él recibiendo una mamada, aunque, como él lo pidió la cara de Roddy no aparece en el video.
Cuando hice la pregunta obvia -¿te pusiste nervioso de estar frente a la cámara?- Las cosas se pusieron un poco más interesantes. Al final resultó que, esta no era la primera vez que Roddy participaba en una película. De hecho, él mismo admitió ser un artista amateur. Sin embargo, insistió en que el concurso era real: había pagado para ingresar y fue elegido al azar.
Pero incluso si Roddy no se ajusta a la imagen del amateur que repentinamente es lanzado al estrellato porno, tal vez esa sea la intención. Si bien las estrellas porno en línea suelen tener millones de seguidores, es probable que solo una pequeña minoría de esos fanáticos tenga el deseo de aparecer ante la cámara.
La semana pasada, Sasha Paige, una productora fetichista de Manchester que se hace llamar "shemale escort", lanzó su primer concurso, ofreciendo a los fetichistas la oportunidad de protagonizar un video. En los términos de la entrada, ella deja en claro que los participantes deben estar preparados para ser grabados y firmar un formulario de autorización a tal efecto; si quieren privacidad, dice, pueden usar una máscara.
Entonces, ¿acaso la ficción se ha hecho realidad? ¿Existe realmente #FuckAFan? Mientras más hablaba con artistas, más me convencía de que sí, aunque con una advertencia importante. Los intérpretes con los que hablé tenían una cosa en común: no era la primera vez que vendían sexo.
Una vez más, esto no es nuevo: uno de los grandes cambios en la industria adulta ha sido el desenfoque gradual entre la pornografía y el mundo del escorting, gracias en gran parte a las plataformas en línea que permiten a las estrellas conectarse y evaluar a sus clientes de una manera mucho más fácil y segura.
El acuerdo no escrito detrás de #FuckAFan parece ser este: al ingresar a los concursos, los apostadores tienen la oportunidad de conocer a sus artistas favoritos a un costo mucho más barato. A cambio, los artistas filman la interacción (o al menos parte de ella) y la usan para la comercialización, una técnica que parece que funciona bastante bien.
"Creo que a mis fanáticos les pareció bastante atractivo, el video de mí chupándole el pito", explicó la estrella que dirigió el concurso de Roddy. Ella dice que ha despertado el interés de muchos y que sus fans están ansioso por ver el siguiente. Sus suscriptores también han aumentado a más de 5,000 en pocos meses.
En cuanto a los que no ganan, los artistas con los que hablé dijeron que no los dejan con las manos vacías: al menos, obtienen material nuevo a través de OnlyFans. Algunos incluso recibieron premios de subcampeones (uno de los rivales de Roddy, por ejemplo, consiguió un par de las bragas desgastadas del artista, un bien preciado para las personas que están interesadas en ese tipo de cosas).
Cualquiera que sea la verdad detrás de esto, #FuckAFan es, como mínimo, un caso de estudio interesante sobre cómo internet ha alterado la relación entre los artistas porno y los espectadores. Mientras que, en el pasado, las estrellas porno eran objetos de fantasía lejana, los artistas más exitosos de hoy usan internet para comunicarse directamente con sus fans. Al igual que los vloggers o "personas influyentes", el objetivo es crear un mayor sentido de confianza e intimidad, y luego, cuando sea posible, convertir eso en dinero.
Y para lo que vale, ciertamente parece estar funcionando: dos artistas diferentes me dijeron que los boletos para concursar se habían agotado en unos días y sus amigos de la industria se mostraron interesados en hacer lo mismo. Para los Roddys de este mundo, las cosas podrían estar a punto de ponerse muy emocionantes.
Robert Jackman http://bit.ly/2FCgkUb
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