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miércoles, 9 de enero de 2019

Llevamos 28 feminicidios en 2019: Vanessa fue estrangulada el primer día del año

El feminicidio en México es un problema que nos debe importar a todos. Del 1 al 7 de enero, se han registrado 28 Feminicidios: principalmente en el Estado de México con seis; Veracruz y Baja California con tres en cada entidad.

La semana pasada dimos cuenta del inicio cruel de este 2019: el feminicidio de la pequeña Camila. Ese día la prensa registro cuatro feminicidios más en el país: en Nuevo León, Baja California, Estado de México y Colima. Sin embargo, hubo uno que nadie registró, y que incluso la misma autoridad trató de invisibilizar.

Sin embargo, desde de la detención de Marciano “N”, el presunto feminicida de Camila, no han parado de llegarme mensajes a través de redes sociales. Uno de ellos era la petición que me hizo una familia del Estado de México, por lo que el pasado 5 de enero de 2019 acudí a Nezahualcóyotl para que me contaran la historia de Perla Vanessa, quien fue asesinada las primeras horas del año.

Al llegar al domicilio de la madre de Vanessa, nos recibió una vez más la imagen de una bella mujer en medio de flores blancas, una cruz de cal en el piso, y el sufrimiento de su familia.

Perla Vanessa nació el 12 de abril de 1996, y era la más pequeña de tres hermanas. Fabi, la hermana más grande, le llevaba diez años: “Era la hija de las tres. Yo la cuidaba porque mi mamá trabajaba. Le llevábamos a la escuela; era una niña muy consentida por todas”, me comentó Fabi.

Amante de la escuela y las matemáticas, Perla Vanessa era Técnico en Contaduría, y esté año trataría de ingresar a la Universidad para especializarse en lo que le apasionaba: los números. Su madre recordó: “Estaba entusiasmada después de la separación del papá de su hija hace cinco meses; quería hacer todo para salir adelante con la niña, pero ya no la dejaron”.

El 31 de diciembre Perla Vanessa Contreras pasó año nuevo con su familia y su hija pequeña. Festejó la llegada del año nuevo con la esperanza de que fuera mejor que el que se quedaba atrás, con la vida llena de proyectos.

“Como a las tres de la mañana del primero de enero, Vane se retiró a su casa. Me dijo que estaba muy cansada; yo creo que por eso optó por no llevarse a la niña. Al medio día le marqué al celular, pero me mandaba a buzón. Así estuve todo el día. Como a las ocho de la noche fui a su casa, y entonces la encontré”, relató su madre.

Vane yacía en su cama, boca abajo, con las manos apretando fuertemente las sábanas. De inmediato llamaron a la policía y a una ambulancia. Todo fue muy rápido. Para entonces ya estaba Fabi en el domicilio.

“La Fiscalía Regional de Nezahualcóyotl acudió al llamado. Nos dijeron: ‘A su hermanita se le pasaron las copas; es congestión alcohólica. Llamen a la funeraria para que ya la entierren’. Sin embargo, mi hermana no había tomado más que lo normal durante el festejo de año nuevo. Si se hubiera sentido mal no se hubiera ido de la casa de mi mamá”, me contaron ambas hermanas.

Rompiendo el protocolo de feminicidio, y la sentencia Mariana Lima —que señala que todo asesinato violento de una mujer debe ser investigado desde el primer momento como feminicidio y con perspectiva de género—, las autoridades regionales hicieron lo posible para que la familia aceptará la muerte natural.

“No Frida, cómo íbamos a aceptar eso si ella no era de beber a ese grado. Además había muchas cosas en su cuarto que no me cuadraban. Sus manos apretando las sábanas como si hubiera querido defenderse, aferrándose a la vida” expresó Fabi.

Finalmente, las autoridades trasladaron el cuerpo de Vanessa al Servicio Médico Forense (SEMEFO) en Neza, donde les insistieron en que mejor aceptaran lo que les señalaban desde el primer momento y se evitarán todo “el relajo”. Luego de casi tres horas, les entregaron el cuerpo para que fuera sepultada. La necropsia arrojó que la causa de muerte fue por estrangulamiento, y la carpeta de investigación se abrió a regañadientes como “homicidio” en contra de quien resulte responsable.

Le pregunté a la familia si tienen algún sospechoso.

“No sabemos, Frida. Era muy apreciada y querida por la gente, por todos; no tenemos idea de quién pudo haberla lastimado. Pensamos en uno, en otro, pero nada con certeza. Quien la amaba no pudo haberla arrebatado de su hija; todos aquellos que la conocían sabían que amaba a su nena. No tenemos a nadie que nos odie, ni ella tenía enemigos”, fue su respuesta.

Llena de omisiones, la carpeta de investigación finalmente fue atraída a la Fiscalía de Feminicidios el pasado 08 de enero. La familia fue llamada por las autoridades estatales, y al fin se iniciará con la investigación por feminicidio.

Perla Vanessa tenía 22 años, y era madre de una niña de cuatro. Trabajaba como secretaria y le estaba yendo muy bien. Vane sería el segundo feminicidio en el Estado de México de 2019, de tres que se registraron ese día negro en la entidad mexiquense. “Ese día se veía hermosa, Frida, se puso un vestido negro que resaltaba su belleza, brillaba… ¿por qué me la quitaron”, lamenta su madre.

¿Eres madre, padre, hermana, hermano, hija, hijo de una mujer víctima de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio? Búscame, ayúdame a visualizarlas y contar su historia. Voces de la Ausencia.

@FridaGuerrera
fridaguerrera@gmail.com

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