Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
Desde hace dos años llevo escribiendo un artículo que recopila todo el arte destacado que nuestros queridos colegas humanos han destruido durante las últimas vueltas al sol. Después de haber escrito el listado de 2016, la edición de 2017 casi que se escribió sola, pues amigos y compañeros de trabajo me mandaban mensajes a lo largo del año cada vez que alguien llegaba a las noticias por haber hecho un desastre artístico.
Así que cuando llegó el momento de preparar esta entrada, me sentía bastante bien. Casi nadie me había mandado noticias de accidentes por selfies o ataques inexplicables a pinturas post-conceptuales. La lista de este año sería corta. ¿Verdad?
¡Pues no! Supongo que mis contactos tenían que guardar su rabia para cosas más importantes que el #artdrama, porque de todas formas encontré muchísimas instancias de destrucción deliberada. Abajo se encuentran ocho ocasiones en las que la gente, intencional o accidentalmente, arruinó piezas de arte en 2018. Dejé por fuera los fenómenos naturales (como los estudios y las obras destruidas por los incendios de California) y a los artistas que intencionalmente destruyeron su trabajo (te estoy viendo, Banksy).
Escultura de Dennis Oppenheim
Infiltrándose en esta lista está un incidente que aparentemente ocurrió a mediados de diciembre de 2017, pero no llego a las noticias internacionales sino hasta comienzos de 2018. El South China Morning Post, entre otros, reportó a mediados de enero que las autoridades locales de la ciudad de Busan, en Corea del Sur, había demolido una escultura del artista conceptual estadounidense Dennis Oppenheim. Se titulaba Chamber, estaba hecha de acero y plástico y había sido creada originalmente para la bienal de Busan de 2010, con un costo de 750.000 dólares, según Artforum. Los oficiales locales dijeron a AFP que la obra se había convertido en un "adefesio" oxidado debido a las brisas del agua salada y a un tifón reciente, y que los residentes cercanos se habían estado quejando. Aunque la escultura fue desmantelada y descartada, el jefe de la oficina del distrito de Busan, Baek Sun-gi, presuntamente se disculpó en persona con Amy, la esposa del difunto artista y para agosto, más de 400.000 dólares habían sido destinados por el gobierno local para construir una nueva versión de la escultura.
Impresión sin título de Robert Rauschenberg
En enero, un artista llamado Nikolas Bentel (tal vez lo conozcan por ser el tipo que hizo...bueno... una banca de madera con su boca) empezó un proyecto llamado The Erased Rauschenberg. Con el fin de responderle a "las tendencias económicas del mercado del arte" y de seguir los pasos del artista Robert Rauschenberg, quien fue famoso por borrar un dibujo de Willem de Kooning en una pieza llamada Erased de Kooning Drawing, Bentel compró una impresión de Rauschenberg por 10.000 dólares, luego pintó publicidad por el precio de 92,59 dólares por pulgada cuadrada para cubrir los costos de la compra, y luego subastó el híbrido empezando en 20.000 dólares. Según la página de Bentel, la pieza fue vendida por 21.000 dólares a la Schroeder Collection, y las ganancias del proyecto fueron usadas para crear una beca en la incubadora New Museum's arts.
Bola de Jeff Koons gazing
Hay muchas personas a las que no les gusta Jeff Koons. De hecho, hay un juego dedicado exclusivamente a destruir su arte con una bazooka. En abril, alguien llevó esas fantasías a la vida real en una exhibición en De Nieuwe Kerk Amsterdam, una vieja iglesia que por alguna razón exhibe arte costoso. Según reportó Hyperallergic, una de las "gazing balls" de Koons fue destruida en el último día de exhibición después de que un visitante "curioso" pasara a través de la cinta en el piso y tocara la pieza.
Mural en Chicago
Una remoción de grafitis en Chicago parece haberse ido por la borda en mayo, cuando terminaron pintando de blanco un mural que llevaba en el barrio Hermosa más de 25 años. Según las autoridades, Es Tiempo de Recordar —hecho por los artistas Sandra Antongiorgi, Marcus Akinlana y Ralph Mueller— estaba lleno de tags de grafiti cuando lo quitaron. Sin embargo los residentes de la zona cuestionan esa afirmación. Gracias a este incidente y muchos otros, el comité de zonificación del concejo municipal de Chicago aprobó un registro para proteger a los murales de ser removidos por limpieza de grafitis.
Escultura del Kansas community center
En junio, The Kansas City Star publicó material de vigilancia de adentro de un community center donde se ve a un niño de cinco años abrazar y luego tumbar una escultura de 132.000 dólares titulada Aphrodite di Kansas City. La escultura, creada por el artista de Kansas City Bill Lyons, aparentemente fue destruida en una boda en mayo. La ciudad consiguió 107.000 dólares para el seguro de la familia del niño.
The List de Banu Cennetoğlu
El proyecto del artista turco Banu Cennetoğlu, llamado The List, es esencialmente un PDF gigante que cataloga los nombres de más de 30.000 refugiados y migrantes que han muerto intentando llegar a Europa. La gigantesca obra de arte puede ser impresa y exhibida prácticamente en cualquier lugar, y fue puesta en una calle de Liverpool como parte de festival de arte bienal de la ciudad. Instalada a mediados de julio, la obra fue "dañada repetidamente" ese mes, y eventualmente fue remplazada por los organizadores del festival con nuevas impresiones. Sin embargo, después de que The List fue dañada nuevamente en agosto, Cennetoğlu optó por no reinstalar la pieza y dejar los restos como "recordatorio de la violencia sistemática ejercida contra la gente", según ArtForum. Los organizadores del festival dijeron que no sabían quién había destruido la obra, o por qué.
El columpio conceptual de Sean Matthews
En agosto, PennLive publicó material de una cámara de seguridad del Susquehanna Art Museum que muestra a una madre y su hija dañando una escultura que parecía un columpio. En el video, la pareja tomaba y halaba los asientos, que fueron fabricados intencionalmente con cadenas fijadas para parecer suspendidos en el aire. Cuando el creador Sean Matthews intentó reiniciar la instalación, titulada Fair and Square, las cadenas se quebraron. Matthews pasó presuntamente 60 horas creando la pieza, que fue estropeada unos 10 minutos antes de que la exhibición abriera.
Coralarium de Jason deCaires Taylor
Según lo reportado por el Guardian, una escultura parcialmente sumergida en el mar hecha por el artista marino Jason deCaires Taylor fue destruida en septiembre después de autoridades de las Maldivas la hallaran anti-islámica. El trabajo, llamado Coralarium, incluía esculturas humanoides, algo prohibido en un país en donde el Islam es la religión oficial y las representación humanas en el arte están mal vistas.
Después de que la oficina del presidente de las Maldivas declarara que la pieza debía ser removida "por una percepción [negativa] significativa del público", los obreros demolieron las figuras con sierras, picas y cuerdas, y dejaron los marcos de las piezas intactos. Aunque Taylor dijo que él estaba "sumamente impactado y afectado por ver que mis esculturas habían sido destruidas", el grupo hotelero Accor, dueño del resort de cinco estrellas donde está Coralarium, afirmó en una declaración al Guardian que ellos habían "iniciado planes de una reinterpretación inmediata con el artista, creando así una nueva galería submarina que esté en armonía con el público y el entorno".
Como siempre, un último recordatorio: Cuando no sepan qué hacer, NO. TOQUEN. EL. ARTE.
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