Artículo publicado por VICE Colombia.
Ayer, 17 de octubre, hubo una segunda movilización reciente en Colombia a propósito de la crisis financiera que atraviesan las universidades públicas en el país. La primera fue el 10 de octubre, cuando tan solo en Bogotá más de 30.000 personas marcharon para pedirle al gobierno de Duque que ayudara a saldar el déficit de más de 18,2 billones de pesos que tiene la educación superior pública.
Ese mismo día, el gobierno anunció que le daría 500.000 millones a la educación, pero los estudiantes aclararon que esa era una verdad a medias: de esa plata solo 55.000 millones llegarían de hecho a las universidades públicas.
Por eso el 17 de octubre se volvieron a dar cita estudiantes de todo el país para volver a marchar y volver a decirle al gobierno que hasta que no cumpla sus peticiones, las universidades públicas estarán en paro.
La jornada tuvo de todo: estudiantes que se movilizaron ocupando el espacio libre entre los carros que seguían circulando, estudiantes que en varias ciudades marcharon con antorcha, estudiantes que compartieron flores con agentes del Esmad en un extremo, y estudiantes que tuvieron altercados violentos con el Esmad en el otro extremo.
El episodio más dramático tal vez fue en Medellín, en la Universidad de Antioquia, donde varios estudiantes y otras personas que se encontraban en el campus quedaron atrapadas durante tres horas en la universidad mientras el Esmad se enfrentaba con algunos estudiantes violentos en las entradas de la institución. El episodio de violencia se dio en parte gracias a que el presidente Iván Duque se encontraba en un evento cerca a la universidad, por lo que el campus fue rodeado por Policía y Esmad.
Luisa Fernanda Galvis, estudiante de cuarto semestre de la Universidad de Antioquia, fue una de las personas que se ha estado movilizando en las últimas semanas y que quedó en medio del encontrón en la noche de ayer.
Hablamos con ella para entender qué fue lo que pasó ayer entre estudiantes y Esmad y por qué fue que más de una decena de estudiantes terminaron capturados al final de la jornada.
¿Por qué, y hace cuánto, que la Universidad de Antioquia está en paro?
Nosotros estamos en asamblea permanente desde el 15 de septiembre, más o menos, y en paro hace aproximadamente semana y media. Eso va en orden: hay asamblea escalonada, asamblea permanente y el paro es la última instancia, la más grave. Todo se ha hecho con el objetivo de suspender las actividades académicas y tener el tiempo suficiente para darle visibilidad al problema.
¿Y cuál es el problema?
El problema de base es la falta de presupuesto, la desfinanciación de las universidades y todo el dinero que nos hace falta y que necesitamos para funcionar bien.
Hace muchos años que los recursos que recibe la universidad están congelados. A nosotros nos siguen pagando por la misma cantidad de estudiantes que había en 1993 y desde entonces la universidad ha aumentado su estructura, sus programas, sus estudiantes, de todo. Por otro lado está el problema de la Ley 30 que ha estructurado mal la forma en que el Estado costea la universidad pública y que tiene como dos artículos que deben ser reformados. Y está Ser Pilo Paga que no es un programa que beneficie mucho a las universidades públicas.
¿Y cómo afecta a un estudiante esa falta de plata? ¿Cómo se siente en la vida normal?
En la parte de bienestar que brinda apoyo económico y alimentación, por ejemplo, uno ve que hay semestres en los que se reducen los cupos: para un semestre dan 50 cupos, y al siguiente los reducen porque no hay plata.
Otra cosa son las matrículas que aumentan considerablemente cada semestre. Hay estudiantes a los que de un semestre a otro les puede subir 200.000 pesos.
Y también está el tema de la infraestructura. En la Facultad de Medicina, por ejemplo, tenemos muchos edificios sin techo, vos los ves y están los cables de la electricidad ahí, a campo abierto, y no han podido ser arreglados porque no hay con qué.
Esto fue lo que pasó ayer frente a la Universidad de Antioquia según Luisa:
En Medellín ya habíamos tenido tres movilizaciones que habían sido completamente pacíficas y en las que no había habido presencia del Esmad. Ayer se organizó un plantón en puntos estratégicos de varias ciudades del país y nosotros lo hicimos en Punto Cero, un round point (romboy/rompoy) a un par de cuadras de la Universidad de Antioquia. Ahí llegamos a las dos de la tarde y bloqueamos las calles por aproximadamente dos horas. Luego nos movilizamos a la universidad.
Muchos nos dimos cuenta, por indicaciones de algunos de los líderes de la movilización, de que el presidente Iván Duque iba a estar en el parque Norte, justamente al lado de la universidad. Entonces decidimos movilizarnos hacia allá para hacer visibilidad, gritar, cantar, lo que siempre hacemos.
Cuando íbamos llegando nos dimos cuenta de que la policía tenía la calle cerrada y estaban bloqueadas dos de las cuatro entradas peatonales de la universidad. Decidimos seguir derecho. Avanzamos, los policías no nos dijeron nada, pasamos la primera entrada bloqueada y ya cuando íbamos para la segunda nos encontramos con una línea del Esmad que nos impidieron el paso. Eran unos 10 agentes. Nosotros llegamos con las manos arriba, cantando arengas de "sin violencia" y cosas así. Pusimos nuestros trapos y pancartas en el piso y nos sentamos frente al Esmad.
Por una hora todo fue pacífico, no pasó nada. Estábamos muy tranquilos de parte y parte.
Hay que tener claro que en cualquier movilización siempre va a haber unos pocos, tres o cuatro, que no están de acuerdo con lo que se está haciendo. Eso fue lo que pasó ayer. Hubo unos compañeros que no entendían cómo era que no nos dejaban pasar. Y además, desde que llegamos —hay fotos de eso— los agentes del Esmad ya tenían los gases en la mano, a pesar de que nosotros teníamos las manos arriba. Eso también molestó a esos compañeros que lo vieron como un acto de provocación.
Pero los demás estábamos en son pacífico y sabíamos que si no nos dejaban pasar era porque había altos miembros del gobierno que obviamente tienen que tener un esquema de seguridad. Pero a la hora ya no eran 10 agentes del Esmad sino eran siquiera 30. La policía se reforzó de una manera impresionante a pesar de que todo era muy pacífico. No había necesidad de traer más agentes, de llamar más policía, de llamar caballos.
Llegó un punto en que unos compañeros se empezaron a encapuchar y les lanzaron unas botellas de vidrio. Los agentes del Esmad no reaccionaron, no pasó nada. Varios de nosotros hicimos una cadena humana cubriendo a los policías para que no pasara esto. Ahí fue que un Subintendente del Esmad, que estaba detrás de mí, dijo muy fuerte: "Tírenme una más para entretenernos un rato dándoles bien duro".
Yo me giré y le dije al agente que no hiciera esos comentarios provocadores, que estábamos tratando de calmar todo. Me respondió que no fuera metida, que no estaba hablando conmigo. Yo me le acerqué y le dije que no me faltara al respeto y él me dio una palmada en el pecho, me empujó muy fuerte. Todo fue muy rápido y cuando él me empujó yo también me le fui encima y lo empujé. Los compañeros revoltosos aprovecharon ese momento y lanzaron más botellas. Ahí sí respondieron los del Esmad y comenzaron a tirar de esas granadas aturdidoras y gases lacrimógenos.
Muchos corrieron, muchos se fueron y ellos se nos vinieron encima.
Yo creería que si hay una confrontación entre ellos y los compañeros violentos no debería también extenderse al resto de nosotros. A esa hora había niños y adultos mayores en la universidad, a pesar de eso los del Esmad lanzaban sus granadas para todos lados. Incluso una de las granadas aturdidoras cayó dentro del edificio de Ingeniería donde había unos pelados estudiando.
¿Y los del Esmad se metieron a la universidad?
No. Hacían el amague de entrar pero se quedaron en las puertas. Los compañeros que se estaban enfrentado a ellos les lanzaban piedras y no los dejaban entrar. Nunca entraron, pero sí lanzaban los gases adentro, donde cayera.
Hubo un momento en que desde una de las entradas lanzaron gases hasta un bloque donde había siquiera 100 personas que resultaron todas afectadas.
¿Cuánto tiempo duró eso?
Así fue desde las seis de la tarde hasta las 9:30 de la noche. Al final llegaron tres tanquetas y nos bloquearon todas las entradas. Todos quedamos atrapados: los que habíamos estado en el plantón, los que no, la gente de la parte administrativa. No había cómo salir. Al final la gente, a eso de las nueve, empezó a salir por la entrada del Metro donde gente del Esmad y de la Policía capturó a algunos de ellos, incluso a gente que ni siquiera estaba apoyando el plantón.
¿Capturaron a gente que simplemente salía caminando?
Sí, eso pasó. De los que tenían capucha no cogieron a nadie porque ellos estaban resguardándose entre ellos. Lo que te digo es completamente verídico porque yo estuve todo el tiempo durante los disturbios y de algo sí estoy segurísima y es que de los que "merecían" ser capturados, porque eran los que estaban haciendo el vandalismo, ninguno fue capturado. Capturaron a otras personas.
¿Cuál era el criterio para capturarlos?
No pues ahí sí no sabría decirte. Solo sé que fueron 15 o 16 en total los capturados. A algunos poquitos los llevaron directamente a la Fiscalía, a otros los llevaron a unos CAI.
¿Viste mucha gente afectada por los gases o heridos?
Sí, claro. Estoy segura de que todos los que estábamos ahí tragamos gas y el sonido de las granadas nos llegó a lastimar los oídos.
Al final de los disturbios unos compañeros de medicina y yo nos pusimos a hacer primeros auxilios porque había muchísimos compañeros muy gaseados y otros tres heridos. Uno de ellos lo tuvimos que remitir a la Policlínica porque tenía una herida muy profunda en la cara por un corte con una piedra que le lanzaron los del Esmad. Además estaba teniendo un ataque de pánico y necesitaba oxígeno urgente.
Si no hubiera estado el Esmad, ¿qué hubiera pasado? Porque entiendo que su propósito era ir al sitio en el que estaba Iván Duque.
Lo mismo de siempre: ir, cantar, gritar, saltar, decir nuestras arengas. No hubiese pasado a mayores.
Lo que pasa es que estos hombres del Esmad son personas arbitrarias y provocadoras. No había necesidad de usar tanta fuerza y de reforzar la seguridad. Eso también enojó a muchos compañeros. Nosotros estábamos muy tranquilos sentados para que de un momento a otro ya no fueran 10 sino 30 y que llegara más policía como si estuviéramos haciendo algo malo.
*Por ahora, me dijo Luisa, la Universidad de Antioquia seguirá en paro.
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