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jueves, 18 de octubre de 2018

Guía para dar una buena mamada

Artículo publicado por VICE Colombia.


Como a las mujeres, a la mayoría de hombres les excita recibir sexo oral, e incluso un alto porcentaje de ellos sólo llega al orgasmo con esta práctica por considerarla cómoda y súper desestresante. Estos secretos de Baranda Pons pueden ayudarte a que, usando tu boca y tus manos, él pueda alcanzar un orgasmo como los que siempre ha deseado.

Busca la posición cómoda y nunca presiones la cabeza

No todas las posiciones permiten pasar del minuto de gloria cuando estás practicando sexo oral a tu pareja. Si él está acostado y tú estás arriba te podrás cansar antes a que si estás sentada o de rodillas. Esto se explica también porque cuando estás sentada o a la altura de su pene, éste entra de forma más natural en tu boca y no hay que hacer esfuerzos por jugar con la erección. Mi consejo sobre posturas va siempre con una expresión: en la mamada mandas tú, quien la hace. Tú decides el ritmo, tú decides cómo y tú decides cuándo. No permitas que tu pareja controle tus movimientos presionando tu cabeza hacia su pene. ¡Es incómodo y puede resultar doloroso porque él no sabe el alcance de tu pene dentro de ti!

Un pene erecto puede adoptar ángulos que no siempre resultan cómodos a la hora de ser chupados. Sentada verás que estas complicaciones se hacen más llevaderas.

Sobre el tamaño, que sí importa ahora

Un pene pequeño se chupa sin complicaciones porque entra y se desliza más fácilmente por la boca y por las manos. Un pene grande supone un esfuerzo a la hora de practicar un blowjob porque nos puede llegar a molestar o a rozar por su gran circunferencia dentro de nuestra cavidad.

Para este tipo de penes lo mejor es ir despacio y concentrándose en lo más importante: la punta del pene. La lengua es nuestra mejor compañera, la que es capaz de crear diferentes sensaciones en el prepucio, la que nos permite jugar más mientras vamos descubriendo todo lo que podemos hacer con este pene en nuestros labios.

Écheme una manita

La mano es clave a la hora de hacer una buena mamada. Si sólo chupamos pero olvidamos masturbar con la mano, es posible que se nos desvíe el pene o tengamos choques dentro de la boca por falta de dirección. La indicada de regular la operación es la mano de quien realiza la mamada. Es súper importante que no apriete al pene y que se deslice con suavidad por el tallo. La velocidad de la mano también interviene en el resultado de una gloriosa eyaculación. Lo que aconsejo a las parejas es que le pidan al hombre que se masturbe delante de ellas, y así pueden conocer la velocidad con la que siente más placer. Un consejo, si te cansas con la derecha, usa la izquierda hasta que hayas recuperado la que más te gusta usar.

¿Lubricante? Yes please

Hacer una mamada sin lubricante es como echarse por un acuatobogán sin agua. No resbala, no entra y puede incluso sacar irritación en las zonas que estamos usando para dar placer: la lengua, la parte interna de las mejillas, la garganta e incluso el paladar. Con el lubricante todo el efecto molesto se suaviza y se convierte en un acto cien mil veces más placentero. Busca lubricantes que a ti te gusten, con los sabores y olores que más te convenzan o, si no te gustan los aromas artificiales, llévate uno sin olor ni sabor. Recuerda que el lubricante en gel no es lo mismo que la vaselina ni que la crema hidratante. Para el sexo oral sólo debes usar lubricantes certificados.

Caliéntalo con tus ojos ¡Desfógate!

Hay que recordar que el sexo es un acto de imaginación en el que todo estímulo supone una respuesta. Y al hacer un blowjob te darás cuenta que todo estímulo: desde tener tu boca caliente rodeando su pene hasta una mirada, supone para los hombres una excitación gigantesca. Exploren los estímulos que más los exciten a los dos: ruidos, gemidos, jugar con tus pechos... Pasa tus pezones por la punta de su pene y cuenta hasta diez para ver lo que pasa ¡Irresistible!

Baranda Pons https://ift.tt/eA8V8J

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